La jornada sobre casas de madera fue convocada la semana pasada en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla por CEMER y AFCCM, dentro de la Feria Mobiliaria y con la asistencia de ciento cincuenta personas. A ella asistieron, además, personalidades de referencia en Andalucía en los campos de la arquitectura, la construcción con madera, la formación y el urbanismo que explicaron a los asistentes las innumerables ventajas que garantiza el más noble material que existe, y cómo sus prestaciones y los sistemas constructivos vigentes encajan en las exigencias que el nuevo Código Técnico de la Edificación marcará a la obra nueva, en lo que concierne a desarrollo sostenible de ciudades y municipios.
El evento, organizado por CEMER -Consorcio Escuela de la Madera de la Junta de Andalucía- y AFCCM -Asociación de Fabricantes y Constructores de Casas de Madera-, dejó muy claro que este segmento de actividad tiene un prometedor futuro en Andalucía. CEMER y AFCCM han alcanzado un acuerdo de colaboración para la formación de futuros operarios y montadores especializados en la construcción con madera.
Moderada por Francisco Herranz, secretario general de AFCCM-, la jornada fue inaugurada por Felipe L. Maestro -director gerente de FIBES-, Augusto Cruzado -presidente de AFCCM- y María Teresa Arias -gerente del CEMER-.
Miguel Sánchez, en representación de la empresa NATURACASA -miembro de AFCCM-, fue el encargado de dibujar la situación del sector de las casas de madera en Andalucía, así como el peso del mismo en relación con la actividad que existe en el resto de España.
«Tradicionalmente, en Andalucía sólo se construía con madera en la sierra y en las estaciones de esquí -explicó Miguel Sánchez-. La creciente conciencia ecologista, el avance del turismo rural y, sobre todo, la fuerza y empuje de los pioneros de la oferta de viviendas de madera a particulares, han hecho aumentar geométricamente este mercado».
A juicio de los seis empresarios andaluces integrados en AFCCM, «ha nacido la cultura de la madera en Andalucía». «De la casa de madera se presume -concluyó el ponente de Naturacasa-. Se enseña como un museo, y se es consciente de sus prestaciones».
Jean Michel Darbellay y Pablo Martín, profesionales ligados a la oficina técnica de control Qualibérica, mostraron con sus palabras y su presencia en Sevilla su apoyo total al sector de las casas de madera, y anunciaron su absoluta disponibilidad para auditar y certificar las prestaciones de las viviendas de los socios de AFCCM, con el objetivo de alcanzar el seguro decenal para sus futuras promociones.
«La madera ha sido injustamente catalogada como material no tradicional o material no normalizado -explicó Pablo Martín-. Esta situación dificulta la relación con la aseguradora y encarece las cuotas de aseguramiento. Las compañías exigen informes adicionales, certificados de las clases resistentes de cada madera y también de los tratamientos empleados. El nuevo Código Técnico de la Edificación clarificará y unificará las cosas -concluyó-. La madera presenta un óptimo comportamiento estructural y ante el fuego, y no merece continuar marginada en el mercado».
Un debate previo a una pausa en la jornada evidenció que la evolución de los precios ha sido racional en el mundo de la vivienda de madera; mientras que ha «enloquecido» en la construcción convencional.
La casa de madera, como producto fabricado, presenta la ventaja de «lo industrializado», ya que admite la aplicación de sistemas de calidad, así como su control, y elude los riesgos de las decisiones en obra.
«Quien quiere una casa de madera lo tiene muy claro -afirmó rotundo Augusto Cruzado-. No escatima en calidades y opta a tener un traje a medida.»
«Este sector aspira a liderar los criterios de sostenibilidad y bioclimática en la vivienda -terminó Francisco Herranz-, porque su material esencial ya es respetuoso con el medio ambiente, y los sistemas constructivos habituales admiten a la perfección la instalación de sistemas de calefacción, conducción de agua y ventilación basados en las energías renovables».
Cumplirá el CTE
Enrique Morales, Doctor Arquitecto de la Escuela de Arquitectura de Sevilla, plasmó en una conferencia magistral una clasificación de los principales sistemas constructivos con madera, y aclaró que el sistema mixto de fábrica y madera es el más usual en Andalucía.
«El aislamiento es la clave -advertía Morales-. A nivel estructural, la solución ya está garantizada». El prestigioso arquitecto sevillano defendió la madera como el material más respetuoso que existe con el medio ambiente, «que cumplirá todas las exigencias que marca el CTE; aventajado en materia de ahorro energético».
Enrique Morales explicó en Sevilla que el sistema constructivo con entramado ligero permite alcanzar alturas de hasta ocho plantas en edificio, con lo que «no hay que construir con miedo; de hecho, lo estamos haciendo muy bien, porque en nuestra prudencia estamos teniendo más cuidado y precauciones que los países más experimentados en la construcción con madera».
No eludió Morales la grave problemática de la fotodegradación que padece la madera al exterior, causada por la climatología andaluza, basada en los fuertes cambios de temperatura y humedad. Las soluciones a los problemas comienzan con un diseño correcto de las construcciones, el control de la humedad de los materiales puestos en obra, la elección de la especie idónea para cada aplicación, una adecuada protección de la madera y, mal que nos pese, su obligado mantenimiento posterior, para lo cual hay que concienciar al cliente.
El futuro está en la formación
Enrique López, gerente del CEMER -Consorcio Escuela de la Madera de la Junta de Andalucía-, defendió la formación profesional como herramienta clave de cara a garantizar la calidad de las construcciones y el futuro de este sector. Próximamente CEMER y AFCCM firmarán un convenio de colaboración para trabajar juntos en la formación de los alumnos interesados en trabajar el en campo de la fabricación, construcción y montaje de casas de madera. La Asociación se compromete a permitir que los alumnos realicen prácticas en sus empresas.
Punta de lanza del ahorro energético
La casa de madera aspira a ser vanguardia en la progresiva introducción de las energías renovables en la vivienda del futuro. En este sentido, Adolfo Suárez, técnico de la compañía Gamesa Solar, demostró en Sevilla que «la aplicación de la energía solar térmica en la edificación es rentable y limpia. El consumidor aprovecha la energía del sol para calentar el agua, climatizar su piscina, apoyar el sistema de calefacción… El fabricante o constructor obtiene una imagen verde -apuntó Suárez-, ya que está reduciendo el consumo de combustibles fósiles y las emisiones de CO2 a la atmósfera. A partir del próximo día 9 de marzo, con la entrada en vigor del nuevo CTE, esta cuestión será de obligado cumplimiento en la nueva vivienda».
Sin miedo al fuego
Francisco Javier Jiménez Peris, Doctor Ingeniero de Montes y experto en materia de fuego, defendió con una magistral ponencia que «las estructuras de madera son las más resistentes al fuego, y que la reacción de este material al mismo es la ideal entre todas las alternativas, ya que no sufre dilataciones y su velocidad de carbonización se sitúa en torno a 0,7 milímetros por minuto -un 20% del máximo marcado por el Eurocódigo 5-. La madera es inflamable si se alcanza una temperatura crítica de 300º, pero también es ignifugable -sentenció Peris-. Mediante el diseño y la prevención, es fácil evitar que la madera sea el origen de un incendio.»
Nada en contra de la madera
Juan Manuel Cuenca, Jefe de Servicio de Ordenación del Territorio Urbanístico de la Delegación Provincial de Obras Públicas de Córdoba, remarcó durante su intervención en la jornada la ausencia absoluta de referencias que favorezcan o prohiban el empleo de la madera en el desarrollo urbanístico en la reglamentación vigente. «Sí existen, igual que para los demás materiales, normas y recomendaciones estéticas y referidas a la altura, las medidas, las fachadas,etc. encaminadas siempre a lograr el máximo aprovechamiento posible del suelo -informó-. Sí es cierto que el uso y la costumbre favorecen hoy a materiales como el ladrillo, el acero o el hormigón».
Según Cuenca, «en un modelo urbanístico normal puede haber una incidencia creciente de la edificación con madera en los suelos urbanizables de extensión de la ciudad, en forma de vivienda plurifamiliar o unifamiliar, aunque muy especialmente como edificación aislada, en zonas de baja densidad».
Respecto al terreno no urbanizable, el ponente aclaró que la Junta de Andalucía prohíbe edificar en este tipo de suelo; excepto si se trata de una construcción para uso forestal, cinegético o de explotación agrícola o ganadera.