Iberdrola se ha convertido en el principal participante privado en el Fondo Español de Carbono para el comercio de emisiones de gases de efecto invernadero, tras asumir un compromiso de adquisición de 1.645.000 de toneladas de CO2.
Este Fondo, en el que participan el Gobierno y 12 empresas, está gestionado por el Banco Mundial y permitirá a Iberdrola cumplir los compromisos derivados de la aplicación del Protocolo de Kioto a un coste inferior al que se está negociando hoy en los mercados europeos de CO2, con un precio por crédito que ronda los 27 euros.
El Fondo Español de Carbono adquirirá dichos créditos de proyectos que eviten emisiones de CO2 en países en vías de desarrollo que han ratificado Kioto, pero que están exentos de reducir sus emisiones entre 2008 y 2012. El dinero obtenido por los créditos hará viables dichos proyectos, lo que posibilitará una reducción significativa de los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global del planeta, objetivo último del Protocolo.
En esta misma línea, en septiembre del año pasado Iberdrola alcanzó un acuerdo para adquirir dos millones de créditos a través del fondo de carbono Greenhouse Gas Credit Aggregation Pool (GG-CAP), gestionado por Natsource. En este fondo de carbono, de carácter privado, participa un total de 26 compañías europeas, norteamericanas y japonesas.
Con la entrada en vigor, en enero de 2005, del comercio europeo de derechos de emisión, se ha puesto en marcha un mecanismo más flexible y eficiente desde el punto de vista económico para reducir la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Los derechos de emisión proceden de las asignaciones por instalación realizadas por cada país y aprobadas por la Comisión Europea. Posteriormente, se inscriben en un registro de ámbito nacional para cada estado miembro -en el caso español, gestionado por Iberclear-, donde los titulares de dichas instalaciones disponen de una cuenta en la que queda constancia de las operaciones de compraventa.
A pesar de los bajos niveles de emisión de gases de efecto invernadero procedentes de las centrales de Iberdrola (241 gramos de CO2 emitidos por cada MWh producido, frente a los 457 gramos del resto del sector eléctrico), la baja hidraulicidad que ha padecido España en 2005 ha provocado que la Compañía haya tenido que realizar operaciones en los mercados de derechos de emisión de CO2 para cubrir el déficit existente entre las emisiones efectuadas y los derechos asignados.
La Empresa siempre ha manifestado su apoyo al cumplimiento del Protocolo de Kioto y la necesidad de que el sector eléctrico español realizara un mayor esfuerzo en la reducción de emisiones de CO2, dado que tiene mayor capacidad tecnológica para hacerlo que otros sectores industriales.
La entrada en el Fondo Español de Carbono supone una muestra más del compromiso de Iberdrola con el medio ambiente y el desarrollo sostenible. En este sentido, ha sido pionera en la implantación de tecnologías de generación de energía eléctrica más limpias, como lo demuestra su compromiso histórico con la hidráulica desde su fundación, hace ya más de 100 años.