Las tres entidades fundadoras presentaron el proyecto en el Campus Universitario de la Universidad de Alcalá en Guadalajara. En el acto participaron Félix Abánades, presidente de la Fundación Apadrina un Árbol; Fernando Lamata, vicepresidente primero de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha; y José Carlos Moratilla, presidente de la Diputación Provincial de Guadalajara. Además, estuvieron presentes diferentes consejeros de la Junta, alcaldes de la provincia de Guadalajara y de otras provincias de la Comunidad, así como representantes de empresas locales, asociaciones, distintos colectivos y vecinos de la zona.
El proyecto cuenta con dos grandes áreas de actuación. Por un lado, ofrecerá hasta un millón de árboles a todos los que estén interesados en colaborar con la recuperación de esta área, sean particulares o empresas. Con sólo un euro al año, cualquier ciudadano podrá ser padrino de un árbol.
Por otro, la Fundación se encargará de la rehabilitación de las instalaciones del antiguo hospicio que había en la zona y que actualmente están en estado de semi-ruina que hay actualmente en la zona. En ellos se llevarán a cabo distintas actividades, todas relacionadas con la investigación, la educación medioambiental y el ocio. Además, establecerá un programa para impulsar el turismo del área. Con todas estas actividades, la Fundación confía en conseguir la fijación de la población en los alrededores.
La zona elegida para el desarrollo de este programa, la Finca de Solanillos, es propiedad de la Diputación Provincial de Guadalajara. Está ubicada en el término municipal de Mazarete y comprende 2.886 hectáreas; esta fue una de las zonas más afectadas por le incendio. De forma natural tardaría unos 50 años en recuperarse definitivamente, pero la Fundación intentará acortar este tiempo de espera con la ayuda de sus colaboradores. Para ello dedicará un cuidado especial al mantenimiento del bosque.
Actividad de la Fundación
Con las aportaciones de los padrinos, la Fundación financiará todas las labores de conservación que precisen el árbol y su entorno para crecer sanos, multiplicarse y evitar riesgos de incendio. La inversión del ciudadano en el proyecto será de un euro al año durante 50 años. La aportación se puede hacer de una sola vez o en pagos mínimos de cinco euros anuales, durante diez años consecutivos, a partir del primer año.
El padrino recibirá información periódica sobre la evolución del bosque, obtendrá un certificado y tendrá a su disposición la página web de la Fundación, donde podrá conocer también todas las actividades que organice el Patronato. La Fundación se compromete a reemplazar los árboles que por cualquier motivo hayan sido destruidos.
Con los trabajos de investigación, educación y ocio de las cinco instalaciones se pretenden crear nuevas vías de desarrollo y favorecer así la recuperación socioeconómica de la zona. Habrá dos pabellones que se utilizarán para talleres, exposiciones y salas de ocio, entre otros usos administrativos; la iglesia, rehabilitada, tendrá un salón de actos y salas con fines múltiples; por último, habrá una zona de comedores y una casa-residencia.
También en estos pabellones se creará un centro faunístico y otro de vegetación, principalmente afectada por el fuego, así como un vivero forestal. La granja-escuela centrará sus esfuerzos en la educación ambiental para los más pequeños y en el Parque de Ocio se podrán practicar distintas actividades relacionadas con la naturaleza y habrá pistas deportivas. La Fundación organizará, además, visitas guiadas por el bosque e impulsará las rutas y senderos tradicionales.