Los principales destinos turísticos de nuestro país (Baleares, Canarias, Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana o Cataluña) concentran un alto número de visitantes en verano, llegando a recibir al 90% del turismo internacional y esa mayor afluencia, sobre todo en los lugares de costa, produce una mayor presión sobre los recursos naturales y, en concreto, sobre la demanda de agua (la media de consumo diario por persona fue de 167 litros en 2003, pero en regiones como Andalucía o Cataluña se alcanzaron los 184 y 183). Así, es conveniente y necesario contar con los consumidores finales y tratar de incidir en el consumo individual para que la suma de estos no supere las reservas, todo ello en un marco estacional caracterizado también por el uso del agua para el disfrute de actividades lúdicas.
Por tanto, la actuación responsable de los veraneantes y turistas en sus lugares de descanso es fundamental para que no se cree una demanda insostenible para las zonas costeras y de amplia afluencia turística que pueda llegar a suponer cortes en el suministro, teniendo en cuenta que es una época en la que se produce un uso masivo de alojamiento distinto al de la propia vivienda – el más utilizado es el hotel, escogido por un 44,1%, seguido de la vivienda de familiares y amigos (36,5%), vivienda propia (20,1%), vivienda alquilada (14,7%), camping o caravana (10,6%) y otro tipo de alojamiento (1,6%) –. En esas circunstancias, todos aquellos que veranean en nuestro país pueden ahorrar agua siguiendo estos consejos:
- El turista no debe confundir valor y precio, es decir, aunque no se pague directamente el agua que se gasta en vacaciones (por ejemplo en un hotel) hay que pensar en que es un bien necesario y escaso, por lo que hay que hacer como si se estuviera en casa: ahorrar lo posible.
- Durante estas fechas también se ensucia más ropa a causa del calor y la afluencia al campo, a playas o a piscinas, por lo que se puede aprovechar para poner la lavadora cuando esté a plena carga. Lo mismo hay que hacer con el lavavajillas.
- Si dispone de un espacio de jardín el mero hecho de planificarlo adecuadamente puede ayudar a ahorrar agua de forma natural. Un jardín bien diseñado, consume una cuarta parte de agua que uno convencional. Es mejor elegir plantas propias del lugar y que necesiten poca agua.
- También se economiza retirando frecuentemente las malas hierbas y las hojas y ajustando los aspersores para evitar pérdidas de agua, colocándolos adecuadamente en las zonas verdes que se deseen regar. Es mejor utilizar sistemas de riego por goteo que por aspersión o manguera.
- Se debe evitar regar con excesiva frecuencia, ya que ayuda a la planta a crecer y a fortalecerse, haciéndolo preferentemente al amanecer o al atardecer. Se ahorrará hasta un 30% de agua.
- A la hora de limpiar el porche o la terraza, es mejor barrer con escoba que hacerlo con la manguera.
- El césped es el gran consumidor de agua de los jardines, ya que supone hasta el 70% del agua utilizada para el riego. Dejándolo crecer se evitará la evaporación de agua y debe evitar plantarlo en zonas de pendiente, ya que el agua se deslizará. En cualquier caso, hay que decir que el césped no es un elemento imprescindible para un jardín.
- En cuanto a la piscina, es recomendable no hacerla excesivamente profunda, también por seguridad (con unos 2 metros en la zona profunda, bastará). Año tras año, hay que comprobar que la piscina no tiene fugas y es necesario instalar sistemas de depuración adecuados al tamaño de la piscina. Si no se utiliza durante un tiempo, se puede instalar un cobertor para evitar perder agua debido a la evaporación.
- En cualquier caso, también en casa tenemos el deber de ahorra agua lo más posible. Gastar únicamente la que se necesite procurando cerrar el grifo cuando no vayamos a usarla y duchándose en vez de bañarse (un baño gasta cuatro veces más agua), usar grifos monomando que evitan goteos (sólo una gota por segundo de pérdida suponen 30 litros al día) o comprar inodoros con sistema de media descarga para cuando necesitemos poco agua son consejos que pueden conseguir disminuir el consumo de agua en el ámbito doméstico.
Es importante incidir en la responsabilidad del turista en el uso del agua, ya que, según la I Conferencia Internacional sobre Cambio Climático y Turismo, celebrada en Djerba (Túnez) en abril de 2003 y convocada por la Organización Mundial del Turismo, el cambio climático está incidiendo especialmente sobre el desarrollo turístico en ecosistemas sensibles como las tierras áridas, las regiones costeras y montañosas y las islas.
La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) se suma a las conclusiones de esa Conferencia, que alentaba a las asociaciones de consumidores, entre otros interlocutores, a contribuir a sensibilizar a los consumidores en los destinos turísticos para modificar los hábitos de consumo. CECU inicia así una campaña triple del “Turista responsable” para este verano que se podrá seguir también a través de su página web (www.cecu.es) y que se centrará en tres aspectos: el turista en la playa (consumo de agua en zonas turísticas, lo nota que se publica hoy), el turista en el campo (prevención de incendios) y el turista en la ciudad (ahorro energético y consumo sostenible).