El desarrollo de proyectos en energías renovables por parte del ITER implica la necesidad de diseñar y desarrollar a medida estas aplicaciones, actividad que desarrollan investigadores del Departamento de Electrónica del ITER.
Actualmente, este departamento ha volcado sus esfuerzos en el desarrollo de un inversor denominado “TEIDE 100 kW”, de conexión a red, para su aplicación en la Planta Fotovoltaica de 15 MW proyectada por el ITER dentro del proyecto SOLTEN. Este inversor transforma la corriente continua que suministran los paneles fotovoltaicos en corriente alterna para su inyección a red.
El inversor dispone de un sistema de control sofisticado para poder obtener la máxima potencia disponible en los paneles fotovoltaicos e inyectarla en la red, con unas condiciones de estabilidad y calidad adecuadas. La relación entre la potencia generada en los paneles y la que se inyecta en la red es lo que se conoce como «eficiencia» del inversor.
En el caso del inversor “TEIDE 100 kW”, el ITER ha llevado a cabo un trabajo de desarrollo completo, en su línea de trabajo de electrónica de potencia, que cuenta con amplia experiencia en este tipo de equipos. Partiendo de un diseño y prototipo iniciales, se han efectuado diferentes mejoras sobre el mismo, como resultado de las pruebas llevadas a cabo sobre la Planta Piloto Solten. Estas mejoras sobre el diseño del inversor, han permitido llegar a alcanzar unos valores de rendimiento máximo del 98,6%, uno de los más altos que se han obtenido a nivel mundial.
Este elevado rendimiento reafirma la línea de trabajo establecida para el desarrollo de inversores en el ITER, y permite proponer nuevas mejoras, tanto sobre el propio inversor como sobre las plantas fotovoltaicas, actualmente en construcción, hasta lograr obtener la mayor energía posible de las mismas. Asimismo, todas las mejoras realizadas sobre el prototipo inicial se trasladan inmediatamente a los inversores en producción ya instalados, así como a los futuros diseños que se llevarán a cabo para diferentes aplicaciones.
Con estos resultados se confirma la importancia de la labor investigadora llevada a cabo por el ITER, contribuyendo al desarrollo tecnológico en el campo de las energías renovables como una vía para un desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente.