En vísperas de la Semana Mundial del Agua (20-26 agosto), WWF/Adena advierte que la crisis del agua –tradicionalmente considerada un problema de los países pobres- se está agudizando cada vez más en los países más ricos del mundo. El informe de la organización mundial de conservación “Rich countries, poor water” constituye una de las primeras panorámicas completas de los problemas del agua en los países desarrollados.
El informe pone de manifiesto como la combinación de cambio climático, sequías, mala gestión del agua y pérdida de humedales, unido a una irracional creencia en las infraestructuras hidrológicas, ha transformado esta crisis en auténticamente mundial. La crisis no diferencia entre países ricos y pobres. El informe trata los problemas del agua, sus causas y efectos en países como Australia, Estados Unidos, Japón, Reino Unido y España.
Jaimie Pittock, Director del Programa Internacional de Agua de WWF/Adena, señaló: “La riqueza económica no se traduce en abundancia de agua. El agua tiene que ser utilizada de modo más eficiente en todo el mundo. La escasez y la contaminación son cada día más comunes y la responsabilidad de encontrar soluciones descansa hoy día tanto en los países ricos como en los pobres”.
Europa está sufriendo sequías recurrentes, y en el Mediterráneo los regadíos y el turismo están poniendo en peligro sus recursos hídricos. En Australia, el continente más seco del mundo, la salinización constituye una amenaza de primera importancia para sus zonas agrícolas clave.
A pesar de las grandes precipitaciones propias de Japón, la contaminación de las reservas hídricas constituye un problema muy generalizado. En muchas regiones de los Estados Unidos, se utiliza más agua de la que se renueva naturalmente. Estas situaciones se verán irrevocablemente agravadas por la disminución de las precipitaciones, el aumento de la evaporación y los cambios en el deshielo que produce el cambio climático.
Algunas de las ciudades más sedientas del mundo, como Houston y Sidney utilizan más agua de la que almacenan. En Londres, las fugas y pérdidas debidas al envejecimiento de las conducciones podrían llenar 300 piscinas olímpicas cada día o, utilizando otra comparación, la tercera parte del agua que se quería trasvasar del Ebro a Levante . Resulta interesante destacar que otras ciudades con menores problemas de agua, como Nueva York o Madrid mantienen una larga tradición de protección de sus cuencas y de zonas verdes y naturales en su entorno.
Pittock añadió: “La nueva generación de economías en rápido desarrollo económico tienen la oportunidad de no repetir los errores ya cometidos, y evitar la destrucción y el deterioro de los ecosistemas acuáticos. Por desgracia, la inmensa mayoría de esos países parecen ya estar seducidos por gigantescos planes de infraestructuras, como las grandes presas, sin preocuparse por si esos proyectos realmente van a satisfacer las necesidades o tener costos humanos y naturales inaceptables”.
En Brasil, a pesar del liderazgo mundial que ostenta su plan de recursos hídricos, permanecen interrogantes sobre las presas del río Madeira. India, cuya agricultura está amenazada por la sobreexplotación de sus acuíferos, promueve un Proyecto de Interconexión de Ríos que podrá afectar a la vecina Bangladesh. China ha despertado la preocupación internacional por la dimensión y los costes ecológicos y humanos de algunos de sus desmesurados planes de infraestructuras, como la construcción de 105 grandes embalses solo en la cuenca del Yangtze.
Guido Schmidt, Responsable de Agua de WWF/Adena, concluyó: “La crisis de agua en los países ricos prueba que los recursos económicos y las infraestructuras no constituyen ningún seguro contra la escasez, la contaminación, el cambio climático ni las sequías. Resulta evidente que no existe ningún sucedáneo a la protección de los ríos y sus zonas húmedas”.
La agudización de la crisis del agua tanto en países pobres como ricos, constituye una llamada de alarma para volver a la protección de la naturaleza como fuente de agua. Mientras nos aproximamos a la Semana Mundial del Agua, los gobiernos han de encontrar soluciones para todos los países, con independencia de su nivel de desarrollo. Esas soluciones pasan por la reparación de las infraestructuras envejecidas, la reducción de la contaminación y el cambio de los regadíos.
“Rich countries, poor waters”
El Informe “Rich countries, poor waters” es uno de los primeros trabajos internacionales que analiza los problemas comunes del agua en los países ricos. Incluye una serie de casos de estudio en Australia, Estados Unidos, Japón, Reino Unido y España que ilustra con datos, detalles, imágenes y gráficos. A partir del día 16 de agosto podrá bajarse de: www.panda.org/freshwater . Antes de esa fecha puede solicitarse directamente a WWF/Adena.
El Informe resume en tres ideas básicas lo ‘qué debería hacer el mundo desarrollado con su agua’: aplicar los acuerdos internacionales sobre el agua, cambiar nuestra actitud frente al agua y tratar la gestión del agua de modo transparente, participativo y basado en información científica objetiva. Al final del Informe, se explican brevemente las 12 herramientas para una mejor gestión del agua.