La construcción del Pabellón de España de la Expo costará una cifra cercana a los 18,5 millones de euros. El plazo para el concurso de adjudicación de estos trabajos ya ha finalizado y se han presentado siete compañías. La apertura de las ofertas se realizará el 5 de septiembre a las 10.00 horas y los trabajos tienen un plazo de ejecución de once meses con lo que estarán finalizados como muy tarde en marzo del 2008. El concurso ha sido convocado por la Sociedad Estatal de Exposiciones Internacionales (SEEI), que se encarga de la concepción y ejecución de la presencia de España en las diferentes muestras.
Las siete empresas que se han presentado son Acciona, Begar Construcciones y Contratas, Constructora San José, FCC, Ferrovial-Agromán, Dico y Vías y Construcciones. El diseño de este pabellón ya fue seleccionado en otro concurso público que ganó la Unión Temporal de Empresas Mangado-Cener, cuya cabeza visible es el arquitecto navarro Francisco Mangado.
El Pabellón de España tendrá una superficie aproximada de 5.400 metros cuadrados distribuidos en tres plantas (un sótano, una plata baja y una primera planta). La parcela en la que se construirá es de 4.200 metros cuadrados.
Un bosque de pilares y varios volúmenes de vidrio donde se realizan las exposiciones constituyen la base del pabellón. Los visitantes accederán como si se adentraran en un bosque. Dentro se albergarán los contenidos expositivos, creando la posibilidad de reproducir sensaciones visuales, lumínicas y vitales.
Este pabellón se ha concebido bajo unos criterios de ahorro energético, utilización de materiales respetuosos con el medio ambiente e integración de energías renovables. Así, el edificio desarrollará un microclima donde puedan expresarse todas las posibilidades de una arquitectura comprometida con el desarrollo sostenible.
El edificio se construirá como una especie de “pila” autorregulable. Los múltiples pilares, forrados de barro cocido, se convertirán en soportes generadores de microclima. La cubierta, será un contenedor energético donde se dispondrán colectores solares, acumuladores para recuperar el agua de lluvia, paneles fotoeléctricos, etc. Esta condición del edificio de arquitectura con compromiso medioambiental alcanza su máximo exponente en la asociación del arquitecto con el Centro Nacional de Energías Renovables.
Todo el edificio gira en torno al desarrollo sostenible. Los elementos verticales tienen un núcleo metálico forrado con piezas de cerámica iguales, que en contacto con el agua la absorben. Así, las corrientes de aire generan los microclimas al rozar estos elementos. La cubierta, apoyada en todos estos perfiles, permite albergar sistemas de ahorro energético y, a su vez, graduar la luz mediante el reflejo de los rayos sobre los pilares y la superficie de agua en la base.
Los espacios expositivos están dentro del “bosque”. Sus forjados quedarán colgados de la cubierta y sujetos sólo a los pilares. Estos forjados se construirán con vigas de madera procedente también de viruta reciclada. La fachada (cierre exterior) será de vidrio, si bien anclados a la estructura se prevén sistemas de tabique móviles, con aislamiento acústico, que permitan lograr el hermetismo visual y acústico que es necesario tanto para el desarrollo de algunas exposiciones como del uso futuro de centro de cine.
Según el presidente del SEEI, Javier Conde, “la propuesta de Mangado era, de entre las ocho presentadas, la que más se ajustaba al modelo que la SEEI estaba buscando. Se trata de un pabellón que apuesta por la ciencia y la innovación, por una arquitectura ética y comprometida con el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Un pabellón, en definitiva, acorde con el mensaje que España y la Expo quieren dar al mundo”.
La propuesta presentada para el Pabellón de España, que sigue las premisas de ciencia y creatividad establecidas por la SEEI, es un proyecto innovador, en palabras de Mangado, básicamente optimista, que ha tomado el agua como referencia, además de como bien escaso, como protagonista de alguno de los espacios naturales y artificiales más hermosos. Así, el pabellón reproducirá un bosque, “un espacio natural –según el arquitecto- tan sencillo y sin embargo tan rico, donde la luz que traspasa los altos árboles y el ruido del agua nos transporta a una experiencia que hoy, por falta de tiempo, es vista casi como un lujo”.