El caudal de la acequia de Ranillas no es suficiente para renovar las ocho hectáreas de entramado de lagunas y canales que se construyen en el parque metropolitano del agua, junto al recinto de la Expo 2008. El agua encontrada en uno de los ocho pozos ubicados en el interior del futuro pulmón verde de Zaragoza solucionará el problema. La sociedad pública Expoagua deberá solicitar ahora los permisos necesarios a la Confederación Hidrográfica del Ebro para utilizar el pozo de la torre de Bergua, del que manan entre 25 y 30 litros por segundo.
El jefe del área de Infraestructuras de la Expo, Miguel Ángel Soria, explicó que el caudal de la acequia de Ranillas sólo permitía renovar el agua de los canales cada siete o diez días, un periodo de tiempo excesivo en época estival, ya que hubiera provocado la aparición de lentejas de agua, unas plantas que flotan en la superficie de los estanques y se reproducen con gran facilidad.
Los análisis practicados al recurso hídrico extraído del pozo de la torre de Bergua han revelado que se trata de un agua de calidad «perfecta» para el baño. Proviene de un acuífero, situado a cuatro metros de profundidad, que se nutre directamente del río Ebro. Una simple bomba agrícola permitirá la circulación del agua. Debido a su exceso de salinidad, el agua de este pozo no sirve, sin embargo, para el riego de los 22.000 árboles que se plantarán en las 122 hectáreas de parque -un tamaño semejante al ocupado por 122 campos de fútbol-. El volumen de entrada de agua diario que se necesitará para abastecer las balsas y canales rondará los 4.000 metros cúbicos diarios -unas 13.300 bañeras-. La cantidad global de agua del parque fluvial será de 80.000 metros cúbicos.
Este parque urbano construido en la margen izquierda del río, junto a Ranillas, capta agua del Ebro, de la acequia de Ranillas que trae agua del Gállego y del aluvial. El agua se regula y almacena en el canal de depósito, una obra hidráulica ya adjudicada que empezará a construirse en septiembre. Más tarde se conduce por un acueducto hasta los canales y balsas y se devuelve al Ebro mediante las lagunas de infiltración situadas en el ápice del meandro de Ranillas. La proximidad al río ha hecho que los arquitectos que firman el proyecto -el zaragozano Iñaki Alday, Margarita Jover y Christine Dalnoky- hayan ideado un parque muy natural en el borde del río y muy urbano en el centro del meandro de Ranillas.
22.000 árboles
En las orillas se preservará y consolidará el soto de ribera y, para ello, se han plantado ya 6.500 árboles (fresnos, chopos, sauces, olmos y tamarices) y está previsto plantar otros 6.500 más en cuanto termine el verano. Los 13.000 árboles del soto están en la franja que va desde la orilla del río en el puente de la autopista al puente del Tercer Milenio. Con esta intervención, se logrará una franja forestada paralela a la orilla que tendrá entre 50 y 100 metros de ancho, con arboleda muy densa. Esta masa arbórea será una prolongación de la que ya existe en la margen izquierda al oeste y en la propia isla que forma el río en la zona.
Los 22.000 árboles del parque fluvial proceden de viveros de Zaragoza, Extremadura e Italia. Para su conservación, será preciso construir doce kilómetros de tuberías de redes de riego. En el centro del parque se han planificado unos jardines mucho más urbanos con formas tratadas y geométricas que, junto a los canales, balsas y edificios de apoyo a los usos lúdicos de esta zona, contrastarán con las formas libres y naturales del soto.
Las 122 hectáreas de parque urbano se han planificado no sólo pensando en la Expo, sino «principalmente en la post expo», según Iñaki Alday. En esta inmensa zona verde apenas hay construcción, ya que los materiales de trabajo empleados son el agua, la vegetación y la tierra -cuando esté acabado se habrán movido 400.000 metros cúbicos de tierra entre excavación y terraplenes-. El reto es lograr un parque concebido como evolución de un meandro agrícola que ha estado en Zaragoza durante siglos.