La Secretaría de la Asociación Mundial de la Bioenergía (GBEP, por sus siglas en inglés), lanzada en el curso de la 14ª sesión de la Comisión de la ONU para el Desarrollo Sostenible en mayo de 2006, ha comenzado a funcionar en la sede romana de la FAO, según anunció este organismo.
Con el patrocinio del Ministerio italiano del Ambiente, el mandato de la Secretaría es el de constituirse en un foro mundial para promover la bioenergía y fomentar la producción, la comercialización y el uso de combustibles “verdes”, con particular atención a los países en desarrollo.
La Secretaría se ocupará de coordinar las actividades y la labor de comunicación de la Alianza, y apoyará los intercambios de conocimientos y tecnología a nivel internacional. Igualmente facilitará orientación estratégica para la formulación de políticas e identificará las formas de promover las inversiones y eliminar barreras al desarrollo y la realización de proyectos conjuntos.
A corto plazo, actualizará el inventario de las instituciones y entes que se ocupan actualmente de la bioenergía, para identificar las eventuales lagunas existentes. La Alianza apoyará también a sus socios para identificar y ejecutar proyectos bilaterales y multilaterales para el desarrollo sostenible de la bioenergía, y trabajará en la formulación de directrices para medir el impacto que el uso de biocombustibles tiene en la reducción de las emisiones de gases causantes del efecto invernadero.
Fuentes de energía renovables
El objetivo principal de la Alianza es responder a la creciente necesidad de desarrollar fuentes de energía renovables teniendo en cuenta los altos precios del petróleo, el calentamiento global y la preocupación por la disminución de las reservas de combustibles fósiles.
La FAO ha sostenido siempre de forma activa los biocombustibles como herramienta para la reducción de la pobreza y que supone a la vez una energía limpia y de bajo coste. Con la tecnología apropiada, los residuos de las cosechas, la hierba, la paja y la maleza son una fuente de biomasa que puede convertirse en combustible. Cultivos como la caña de azúcar, el maíz y la soja se están usando ya con éxito para obtener etanol y biodiesel.
“Nos complace el hecho de que la FAO haya sido elegida para albergar la Secretaría de la GBEP”, aseguró Alexander Müller, Director General Adjunto de la FAO para el Desarrollo Sostenible. “Su presencia nos empujará a continuar apoyando a los Gobiernos e instituciones a formular las políticas y estrategias apropiadas sobre las bioenergías”, añadió.
“Confiamos -aseguró Müller- que la creación de Asociación Mundial de la Bioenergía ayudará a reducir la actual dependencia del petróleo. Durante las próximas décadas veremos como la bioenergía cubre una parte cada vez más importante de las necesidades energéticas del planeta, y tenemos que asegurarnos de que lo hace de forma sostenible. Una sinergia positiva entre la Alianza y la Plataforma Internacional de Bioenergía (IBEP) de la FAO, contribuirá a un aumento del uso sostenible de los biocombustibles”.