Dentro de las visitas profesionales organizadas por la Feria Expobioenergía´06 hemos tenido la oportunidad de visitar el Centro de Interpretación Vitivinícola Emina, un nuevo complejo de enoturismo construido por Bodegas Emina en el término municipal de San Bernardo, dentro del triángulo de oro que forman las localidades de Valbuena de Duero, Pesquera de Duero y Peñafiel (Valladolid).
El Centro de Interpretación Vitivinícola Emina, nace con la voluntad de convertirse en un lugar de referencia de la Ribera del Duero y ha sido concebido como un centro de ocio, de cultura, empresarial, turístico, de formación, gastronómico… con el único objetivo de acercar a sus visitantes la cultura del vino.
La Concepción de Emina ha sido en todo momento la de realizar un Proyecto Integrado de Desarrollo Sostenible, no siendo sólo una “Bodega”, si no intentando abarcar otra serie de campos, que complementarán la elaboración de sus vinos, y con ellos lograr cerrar el ciclo de vida de la uva, del agua y la generación de energía.
En la actualidad, Emina cuenta con cerca de 80 hectáreas repartidas entre los mejores Pagos del Bajo Duero. El Centro de Interpretación Vitivinícola Emina se encuentra en una parcela de 35.000 m2, en los cuales se localiza un complejo edificio con 10.000 m2 de planta, donde se alberga la bodega, la sala de congresos y formación, laboratorio, oficinas, museo, tienda y destilería entre otros, a los que hay que añadir los accesos y los aparcamientos. Desde un primer momento se pretendió que el conjunto se integrase en la zona generando un fuerte vínculo con el medio ambiente.
El edificio está totalmente integrado con el entorno que rodea la zona de San Bernardo, para lo que se han utilizado materiales nobles de la zona, como el terruño. La estructura está formada por pilares de hormigón, vigas de gran luz de hormigón y pórticos de madera laminada. La zona de embotellado, se encuentra cubierta por una gran cúpula de cristal.
Arquitectónicamente, la bodega es de estilo tradicional teniendo como origen las antiguas construcciones romanas, con una construcción alrededor del Atrium central con claras influencias de Paladio. El edificio busca el equilibrio entre la forma y la funcionalidad. La construcción destaca por la elegancia y la funcionalidad de las que se ha querido dotar a este Centro.
Un proyecto sostenible de generación de energía
Dentro de la filosofía de las Bodegas Emina de “devolver a la tierra lo que es de la tierra”, y considerando la elevada necesidad energética del edificio del Centro de Interpretación Vitivinícola que se planteaba, ya desde el inicio del proyecto se consideró la posibilidad de la utilización de las energías renovables para abastecer el consumo de energía. En este punto el aprovechamiento de sarmientos y demás desechos orgánicos, producidos por el cultivo y elaboración de vino, para la generación de energía surgió de forma natural.
Con el apoyo del Ente Regional de la Energía de Castilla y Leon (EREN) y de la Fundación Cartif, la iniciativa de Emina se hizo posible. Se instaló una caldera de biomasa de 172.00 Kcal/h (200 KWt) de potencia que consume como combustible principalmente los residuos generados en la propia bodega. La caldera dispone de alimentación automatizada, hogar de combustión en parrilla, sistema pirotubular, ciclón depurador de humos, que evita que se evien partículas nocivas a la atmósfera, y recuperador del calor.
El fluido caloportador es agua a 90 ºC. Igualmente se han instalado paneles solares para el agua caliente sanitaria y una caldera de gas complementaria. La energía térmica producida se utiliza tanto en el proceso industrial como en la calefacción del edificio.. Su funcionamiento se basa en recibir una corriente de agua caliente que se envía hasta cada uno de los destinos consumidores. Según Alberto Guadarrana, Director Técnico responsable de I+D de Emina, la caldera lleva ya funcionando un año sin mayores problemas.
La biomasa utilizada para la caldera tiene dos orígenes: uno propio, tratándose del sarmiento de los viñedos, así como restos de racimos y uvas (raspón fundamentalmente), astillas de barricas en desuso, restos de embalajes de madera, etc.; y otro ajeno, que básicamente es cáscara de piña y piñón de actividades del entorno. Los técnicos de la empresa se encuentran ante el dilema de utilizar residuos propios más baratos y fáciles, o biomasa comprada a proveedores de mayor calidad.
En cualquier caso, para mejorar el autoabastecimiento, la empresa ha incorporado una trituradora que reduce y homogeneiza el tamaño del sarmiento. La cáscara de piña y piñón, así como el sarmiento, tienen baja humedad y buen PCI; mientras que el raspón y otros restos del proceso de vinificación son de peor calidad energética. La cantidad de residuos biomásicos que se utilizan en la caldera, instalada en Emina, es de 143 t/año. Esta cantidad la constituyen en su mayor parte los sarmientos o restos de poda del viñedo (72 t/año), seguida de palets y barricas (49 t/año) y raspones (22 t/año). La bodega produce aproximadamente una tonelada de sarmiento por Ha, siendo la producción de este año de 1.245.000 kg de uva que ocupan en volumen 60 depósitos de la bodega. El silo de biomasa instalado tiene una capacidad de 16 m 3, volumen suficiente para el autoabastecimiento del Centro de Interpretación Vitivinícola Emina.
La inversión realizada para la puesta en funcionamiento de este sistema de obtención de energía ha sido de 200.000 €, que abarcan desde las instalaciones y adecuaciones necesarias para la puesta en marcha del proyecto, hasta la compra de la caldera de biomasa, silo de almacenamiento, trituradora y sistemas de transporte. Se ha recibido una subvención de 51.000 Euros del Programa de Ahorro, Sustitución, Cogeneración y Energías Renovables de la Junta de Castilla y León. Este proyecto, es un ejemplo claro del apoyo que el Ente Regional de la Energía (ENRE), está realizando de apoyo a las energías renovables.
Dentro de la parcela del Centro Vitivinícola existe también una instalación de paneles fotovoltaicos, algunos de ellos sobre la marquesina del aparcamiento, con conexión a red para venta de la energía generada. A día de hoy Emina compra energía de la red. Alberto Guadarrana, Director Técnico responsable de I+D de Emina, nos informó también de que está prevista la instalación de un sistema de climatización y producción de frío a partir de calor, que de manera testimonial para completará el conjunto de energías renovables utilizadas.
La energía calorífica generada se utiliza en procesos diferentes:
- Calentamiento del agua caliente del circuito de tubos situado en la sala de los depósitos de vino. Mediante un sistema controlado por ordenador se mantiene constante la temperatura programada de los depósitos.
- Sistema de climatización del edificio y de la bodega. La bodega dispone de fancoils para la climatización, proceso fundamental ya que la temperatura y la humedad del espacio deben permanecen constantes para no alterar el vino almacenado.
Calentamiento del agua Esterilización de las máquinas y conductos de embotellado donde se necesitan temperaturas entre 85-90 ºC. La caldera de biomasa produce agua entre 50-60ºC que posteriormente es calentada hasta alcanzar la temperatura de esterilización.
Conclusión
El aprovechar los residuos, procedentes del cultivo de la uva, de la poda de las viñas y del propio proceso de elaboración del vino, que hasta el momento son quemados sin control con el consecuente problema medioambiental, es una idea novedosa que distingue a Emina frente a otras empresas del sector. Además el uso de esta tecnología supone numerosas ventajas entre las que destacamos:
- Tecnológicas: la incorporación de sistemas de biomasa modernos y automatizados es actualmente un elemento innovador y diferenciador en el sector del viñedo y vino.
- Medioambientales: Se disminuye la utilización de combustibles fósiles, más contaminantes, y se reutiliza un residuo como fuente energética (energía renovable). Como consecuencia se reducen las emisiones contaminantes y se autogestionan adecuadamente los residuos propios.
- Económicas: El uso de la biomasa evita la dependencia de fuentes energéticas externas y el coste de la energía térmica se reduce.
Es indudable que iniciativas como esta resultan muy positivas a todos los niveles siendo, a día de hoy, símbolo de innovación y potente herramienta de diferenciación en los diversos sectores de implantación.