La semana pasada se celebró el acto de entrega de premios de la segunda edición del Concurso Jóvenes Arquitectos Javier Morales, cuyo ganador por unanimidad fue el proyecto “HTL2T06” de los arquitectos Ana Ábalos y Pablo Llopis. Este premio, dotado con 7.000 euros, consiste en el encargo de la redacción del correspondiente proyecto de ejecución y la dirección de obra para construir un hotel en Madrid.
Juan José Cercadillo García, presidente de Fundación Hercesa, destacó la perfecta integración del proyecto ganador en plan parcial del Barrio de Butarque. “Es grato comprobar como los jóvenes arquitectos tienen una nueva forma de entender el hotel como un espacio que tiene que integrarse perfectamente en su entorno, tanto urbanístico como social y económico, y ofrecer una calidad de diseño y de servicios a sus usuarios”, comentó Cercadillo. “A partir de ahora nos tenemos que poner a trabajar, tanto los arquitectos premiados como Hercesa, para poner en marcha este proyecto”.
Ana Ábalos, arquitecto premiado, antes de explicar su proyecto, agradeció en nombre de su compañero Pablo Llopis el esfuerzo de Hercesa por la convocatoria de este concurso, reconociendo que es un gran estímulo para todos ellos. “Esperamos que poco a poco, cada vez más empresas, tanto públicas como privadas, apuesten por los concursos como proceso para la definición de sus proyectos; ya que al fin y al cabo los concursos de ideas son en arquitectura el equivalente al concepto I D I, investigación, desarrollo e innovación, que se emplea y promueve en otras disciplinas con tan buenos resulta”, comentó Ábalos.
«La parcela que Hercesa eligió para ubicar el hotel está situada en el límite del plan parcial del Barrio de Butarque. Contigua a ella, existe una parcela destinada a zona verde que se convirtió en el punto de partida de nuestra propuesta. Es decir, nos propusimos relacionar el edificio proyectado, que por planeamiento era de 7 plantas, con una zona verde que, evidentemente, tiene una escala diferente», explicó Pablo Llopis. «Para ello, reducimos el número de plantas del hotel al máximo, hasta cuatro alturas, y creamos una serie de vacíos concatenados en su interior, que se asoman a la fachada y al cielo y, que de alguna manera, tratan de introducir la zona verde en el entramado del edificio; con ello, intentamos evitar un gran patio central como suele existir en este tipo de parcelas, generando un espacio interior complejo, fluido y continuo, que estaría formado por las zonas de usos comunes del hotel y articulado por estos vacíos o patios ajardinados.
Por otra parte, todo este espacio quedaría acotado por los grupos de habitaciones que se vuelcan al exterior a través de unas terrazas. Éstas son el resultado de retrasar el cerramiento de la línea de fachada, y quedan delimitadas por una piel exterior difusa que recompone el volumen del edificio. Estos espacios interiores-exteriores cumplen una doble función: dotar de cierta privacidad a las habitaciones y mejorar las condiciones térmicas del edificio al reducir la incidencia directa de la radiación solar. En definitiva, buscamos que el usuario del hotel pueda sentirse partícipe del entorno, sin por ello renunciar a su intimidad», señaló Llopis.
El segundo premio, dotado con 3.000 euros, correspondió al proyecto “Viento del Sur” de Antonio Monge; y el tercer premio, de 2.000 euros, fue otorgado al proyecto “h.v.a.”, hotel de valor añadido, de Ana Castillo y Lieven De Groote. Los accésit se entregaron a los proyectos “Jardín secreto” de María Leticia Díaz Blanco, Gerardo Solera Martínez y José Alonso Olague Teruel, y “A cielo abierto” de Ignacio Borrego, Néstor Montenegro y Lina Toro.
La calidad de los numerosos proyecto presentados motivó que se seleccionaran 35 trabajos en una primera fase, 17 en la segunda fase y por último 9 obras finalistas de las que se premiaron 5 proyectos. Debido a la elevada calidad de las propuestas, el jurado decidió por unanimidad otorgar un certificado a los finalistas y exponer los proyectos.
El jurado del concurso estuvo compuesto por los arquitectos Rafael de La-Hoz, Juan Ignacio Mera, en representación del COAM, José María de Lapuerta, designado por la Oficina de Concursos de Arquitectura de Madrid, Óscar Rueda, que presentó a Fuensanta Nieto como arquitecto elegida por los concursantes, y Carlos Vidal Sanz Ceballos, que representó al Colegio Superior de Arquitectos de España. Además, participaron Ana Perpiñá Carrera, directora general de Planificación Urbana del Ayuntamiento de Madrid, Francisco Javier Solano Rodríguez, director de la División de Suelo y Urbanismo de Hercesa, y Eladio Catalán Mínguez, director de la División Técnica de Hercesa. Y actuó como presidente del Jurado, Juan José Cercadillo García, presidente de Fundación Hercesa.
El concurso, que nació como recuerdo y homenaje póstumo a Javier Morales, joven arquitecto que desarrollaba su actividad profesional en Hercesa, busca premiar e incentivar valores como el rigor, la inventiva y la búsqueda de nuevas soluciones. Además, se quiere constituir en fuente de reflexión e innovación en torno a la edificación, así como a su transformación y evolución en función de aspectos sociales, tecnológicos y sostenibles. Es objeto del concurso señalar e impulsar aquellas propuestas arquitectónicas que no siendo viables actualmente propongan líneas de investigación que puedan materializarse en un futuro.
El Concurso Jóvenes Arquitectos «Javier Morales» cuenta con la colaboración del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y Oficina de Concursos de Arquitectura de Madrid (OCAM).