La Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha inaugurado el seminario “Los efectos del cambio climático en España: evidencia empírica y respuesta empresarial”, organizado por la Fundación Gas Natural y el Ministerio de Medio Ambiente.
En el acto de inauguración, desarrollado en el Salón de Actos del Ministerio de Medio Ambiente, la Ministra ha hecho un balance de la reciente Cumbre del Clima de Nairobi. Entre los resultados de la COP 12, la Ministra ha destacado la continuidad de la lucha internacional para frenar la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y el compromiso de España, en el plano internacional, así como el de sus ciudadanos, su Gobierno y sus empresas en la reducción de la contaminación y en la adaptación a los escenarios del cambio climático.
Cristina Narbona, que ha caracterizado esta Cumbre del Clima como la Cumbre de África y de los países más pobres, enumeró los siguientes aspectos, a modo de balance:
- La cumbre de Nairobi ha puesto de manifiesto que el proceso de lucha contra el cambio climático se consolida a nivel internacional.
- El compromiso de Kioto se mantiene y avanza.
- Hay cada vez más evidencia compartida entre los distintos estamentos sociales y científicos de todo el mundo sobre la intensidad del cambio climático y sus efectos.
Contamos con las herramientas para construir el Protocolo Post-Kioto, a partir del año 2012, cuando expire el compromiso establecido en Kioto.
Para que eso sea factible, se ha acordado la revisión en profundidad de los resultados de la aplicación del Protocolo de Kioto durante el año 2008. Eso permitirá comenzar a construir el Post-Kioto en 2009, a fin de que en el año 2012, no se produzcan vacíos en cuanto a la continuidad del esfuerzo sostenido para reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero.
Sobre el modo en que se avanza hacia los objetivos de reducción de la emisión de gases contaminantes, Narbona ha coincidido con quienes expresan su visión crítica porque el camino se está recorriendo más lentamente de lo que se debería y ha abogado por imprimir un mayor ritmo, en la dirección ya emprendida.
En Nairobi, la Comisión Europea planteó la oportunidad de que el mercado europeo de derechos de emisión se conecte con nuevos mercados similares tanto en países firmantes de Kioto, como en los que, aun no habiendo ratificado Kioto, como EEUU o Australia, cuentan, fronteras adentro, con administraciones públicas que se comprometen voluntariamente a reducir sus emisiones. Esto demuestra que hay mercados incipientes que pueden desarrollarse en torno a los instrumentos de los mercados de carbono a nivel internacional.
La Ministra ha señalado, asimismo, la necesidad de que cualquier consenso internacional requiere mucha más equidad y justicia, porque los países más pobres del planeta son precisamente los que registran los efectos más intensos del cambio climático, sin haber contribuido a la contaminación o habiéndolo hecho en menor medida que los países desarrollados. Y es en la corrección de esos graves efectos sociales, económicos y ambientales donde los instrumentos de Kioto demuestran su eficacia, posibilitando, por ejemplo, la transferencia tecnológica a través de los denominados Mecanismos de Desarrollo Limpio.
De ahí que, para atender la prioridad de una mayor equidad en la aplicación de políticas de prevención del Cambio Climático, las iniciativas que surgieron en Nairobi estuvieran destinadas a la consecución de recursos económicos pero también a lograr más capacidad de sinergia entre las herramientas que ya existen y entre las distintas agencias de Naciones Unidas.
El papel de España
En Nairobi, la delegación española pudo constatar que el nuestro ha sido uno de los primeros países de la comunidad internacional en poner en marcha el Programa Nacional de Adaptación al Cambio Climático. Esto no debe entenderse como un especial mérito, en la medida en que el Mediterráneo y la Península Ibérica son precisamente algunos de los ámbitos territoriales que resultan más afectados por el calentamiento global.
Esa urgencia real, a partir de datos y proyecciones sobre los efectos del cambio climático en aspectos ambientales y económicos clave como la disponibilidad hídrica, la elevación del nivel del mar o la desaparición de la nieve en las altas cumbres, han llevado al Gobierno a actuar enérgicamente en dos líneas complementarias: la de adaptación al cambio climático y la de reducción de las emisiones que causan el efecto invernadero.
La mejor política de adaptación al cambio climático es la política de reducción de las emisiones contaminantes. Las dos líneas de acción son necesarias y en las dos se requiere el esfuerzo de todas las administraciones y todos los sectores de la ciudadanía. Hay que incorporar, tanto en la toma de decisiones del sector público como en el sector privado, el conocimiento de cuáles van las nuevas condiciones climáticas a las que habrá que adecuarse en España. Hace unos días, el Informe Stern ha puesto de manifiesto el enorme coste económico de no actuar ante el cambio climático y también, los costes derivados del cambio climático, de acuerdo con análisis sectoriales.
En esa dirección, el Gobierno trabaja, desde el inicio de legislatura, tomando decisiones cuyos efectos comienzan a hacerse notar en datos como el de la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero durante el presente año. En este sentido, la Ministra de Medio Ambiente expresó su confianza en que 2006 constituya el primer año en que el crecimiento económico en España no comporte un incremento ulterior de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para ello, señaló la importancia de las medidas tomadas y a tomar en el ámbito regulatorio, en la fiscalidad y en concertación con las administraciones que tienen competencias sobre sectores estratégicos como el transporte. Además, destacó la relevancia de que tienen las decisiones individuales de los ciudadanos en la lucha contra el cambio climático.