El Presidente Sanz ha inaugurado la primera planta de biometanización de residuos urbanos de Navarra, gestionada por la Mancomunidad de Residuos Sólidos de la Ribera. Esta instalación, situada en el término denominado «El Culebrete» (Tudela), produce energía a partir de la basura que llega de distintos puntos de Navarra.
La inversión necesaria para llevar a cabo este proyecto ha sido de 9.616.193 euros, de los que 4.992.492 han sido aportados por el Gobierno de Navarra, 3.662.082 por el Fondo de Cohesión Europea, y los restantes 961.619 por la Mancomunidad de Residuos de la Ribera. A todo ello hay que añadir la inversión en los accesos, cifrada en 308.902 euros, de los que 209.704 han sido sufragados por el Departamento de Administración Local.
En el acto de inauguración, el Presidente del Gobierno de Navarra ha estado acompañado por los consejeros de Administración Local, Alberto Catalán, y de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio, José Andrés Burguete, el presidente y el gerente de la Mancomunidad de Residuos Sólidos de la Ribera (José María Navarro y Fermín Corella, respectivamente) y el alcalde de Tudela, Luis Casado. También ha estado presente el presidente del Parlamento de Navarra, Rafael Gurrea.
La planta inaugurada tiene una capacidad de tratamiento que, durante un año, alcanza las 50.000 toneladas de residuos, y además, permite obtener 6.000 toneladas de compost y 130.000 megavatios al día. (Un hogar de tres personas consume menos de cuatro megavatios diarios). Además, reduce los residuos depositados en vertedero, lo que permitirá que Navarra cumpla con la normativa europea que establece que, antes de julio de 2009, la cantidad de residuos urbanos biodegradables destinados a vertedero no supere el 50% de los generados en 1995.
Por otra parte, la planta estabiliza la basura orgánica de acuerdo con lo establecido en la normativa sobre vertederos, de tal forma que los restos que son vertidos después de tratamiento de biometanización reducen sensiblemente su capacidad contaminante tanto hacia la atmósfera como hacia el subsuelo.
Durante su visita a la planta, el Presidente Sanz ha seguido las distintas fases del tratamiento de los residuos. Uno de los elementos más significativos de esta nueva instalación es el reactor que trata los residuos orgánicos para convertirlos en biogas, que a su vez genera energía eléctrica. Este sistema evita emisiones de metano a la atmósfera, el segundo gas que más contribuye al llamado “efecto invernadero”, después del dióxido de carbono. La energía que produce es, por tanto, limpia y renovable, y se inscribe en un marco de actuación que pretende ser consecuente con el Protocolo de Kioto.
En estos momentos la planta trata alrededor de treinta toneladas diarias de residuos, separando y depurando por un lado la materia orgánica para su procesado y carga en el digestor, y por otro, residuos inertes reciclables tales como papel, plásticos, latas y briks. Su capacidad permitirá tratar hasta 120 toneladas diarias.
El Presidente Sanz ha calificado la inauguración de esta nueva planta como “un hito histórico que muestra una vez más el compromiso del Gobierno de Navarra, en unión con las entidades locales, con las energías limpias, el desarrollo sostenible y el bienestar de los navarros. Esta nueva planta demuestra el dinamismo de Navarra por liderar iniciativas que tienen en cuenta el medio ambiente, el óptimo aprovechamiento de los recursos y las energías renovables”.
Por su parte, el consejero Catalán ha recordado que con esta nueva instalación “se tratarán los residuos de más de 80.000 habitantes de las 19 localidades a las que va a dar servicio. La unión entre administraciones públicas, ciudadanos comprometidos y empresas con acciones eficaces es la garantía para alcanzar el desarrollo sostenible de la sociedad”.