La entidad de certificación AENOR auditó el pasado mes de febrero el sistema de Gestión Forestal Sostenible (GFS) de Castilla y León. Este proyecto, ejecutado por Cesefor y promovido y supervisado por la Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León (MIMCyL), concluirá con una superficie de 450.000 hectáreas certificadas en Castilla y León. Para ello se ha contado con la colaboración de la Consejería de Medio Ambiente y con la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León (Fafcyle).
Tras la auditoría se han señalado una serie de medidas correctoras que en breve se llevarán a cabo para ajustarse a los estándares recogidos y aprobados por PEFC. La entidad solicitante de la certificación forestal regional ha sido la Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León, que encargó a Cesefor (que en la actualidad ocupa la secretaría técnica de la MIMCyL) la elaboración del referente técnico regional (el conjunto de documentos que recogen las directrices de la gestión en la región a escala operativa, y que permitirá la definición de actuaciones en función de su aplicación).
La obtención de un sello que acredite calidad en la gestión y que además está internacionalmente reconocido, es un modo de decir que las cosas están bien hechas y una forma de revalorizar y hacer más competitivos los productos obtenidos de esos montes.
La responsable del proyecto, Olga Moro, junto con los técnicos Jorge Soriano y Soraya del Río (ingenieros de Montes del Área Forestal de Cesefor), han desarrollado el proyecto durante 2006, impartiendo actividades formativas dirigidas, por un lado, a propietarios privados y a técnicos de asociaciones forestales y, por otro, a técnicos de la Administración regional, a agentes medioambientales y a celadores, con el objetivo de explicar en qué consiste el proceso de certificación y qué supone que un monte cuente con el reconocimiento de que la actividad que en él se desarrolla es una Gestión Forestal Sostenible.
Entre otros aspectos, la GFS:
- Consolida una buena gestión, que potencia la multifuncionalidad de los bosques y que además garantiza, a través de auditorías periódicas, el aprovechamiento sostenible del bosque.
- Es un compromiso de mejora continua.
Mejora la imagen positiva del bosque y de la madera como una materia prima natural, ecológica y renovable. El consumidor tiene constancia del origen de la madera y de las buenas prácticas ambientales a las que se ha sometido.
Fomenta el conocimiento del medio natural y la necesidad de su conservación.