Vegas del Genil (Granada) quiere reducir al máximo su gasto de energía, a la par que las emisiones de CO2, para cumplir con los requisitos que marca el protocolo de Kyoto. Y para ello, el Ayuntamiento ha realizado, en colaboración con la Diputación provincial y la Junta de Andalucía, una auditoría energética que revela cómo y dónde se utiliza la energía en este municipio. Gracias a ella, pronto de pondrán en marcha una serie de medidas que permitirán disminuir esta cantidad en un 41,22 por ciento.
Como explica el alcalde de Vegas del Genil, Francisco Mendoza, el objetivo de esta medida no es otro que “optimizar adecuadamente nuestros recursos, proporcionando a cada aplicación la máxima eficiencia energética a un coste razonable y disminuyendo el impacto ambiental asociado”. De este modo, el estudio energético realizado por la Agencia Provincial de la Energía ha revelado que el consumo eléctrico actual del municipio asciende en la actualidad a 1372,21 MWh por año, que suponen un coste económico para las arcas municipales de cerca de 150.000 euros.
Batería de medidas
Para reducir estas cifras, el plan previsto contempla distintas medidas que van desde la sustitución de más de mil lámparas de vapor de mercurio de las farolas del municipio por otras de vapor de sodio –además de cambiar las propias farolas por otras dotadas de reflectores que aprovechan mejor la luz- hasta la instalación de balastros electrónicos en las luminarias fluorescentes de todos los edificios municipales.
El alcalde vegueño apunta que la aplicación de esta batería de medidas reducirá el consumo eléctrico hasta los 800 MWh/año, ahorrando cerca de 70.000 euros anuales al propio Consistorio. Mendoza cree que, mediante la realización voluntaria de este estudio energético, “Vegas del Genil se adelanta a los acontecimientos y se coloca a la vanguardia en políticas futuristas que traerán beneficio ambiental y ahorro energético y económico”.
Además de las señaladas, el Ayuntamiento pondrá en marcha otras medidas para reducir el consumo de energía, como la instalación de placas solares en todos los edificios de nueva construcción, la promoción de buenas prácticas en las oficinas municipales, la promoción de la arquitectura bioclimática o la realización de campañas de concienciación sobre el uso eficiente de la energía en todos los sectores.