El presidente del Foro de la Industria Nuclear Española, Eduardo González, ha asegurado hoy que “España es el país de la Unión Europea que menos cumple con los compromisos de Kyoto”. De hecho, ha recordado que excede en un 50 por ciento las emisiones de 1990, cuando el compromiso era que se superasen tan sólo en un 15 por ciento.
En declaraciones a los medios de comunicación, González culpó al sistema energético actual de este incumplimiento ya que, según explicó, dentro de la generación de energía eléctrica “hay una parte que también emite Co2”.
González, que ha intervenido en el Encuentro "Energía eléctrica: garantía de suministro, sostenibilidad y seguridad", organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), enumeró algunas de las “debilidades” del sistema español de generación de electricidad entre las que destacó, además, “el tema de costes”.
En este sentido, matizó que “todo el mundo ha oído hablar del déficit entre los costes y lo que la tarifa recupera para pagar a las empresas” y que se cifra, en estos momentos, en el orden de unos 3.000 millones de euros al año. También, aludió a la dificultad para instalar líneas y recordó, en el caso de Cantabria, la línea de alta tensión Soto-Penagos, que “durante más de 10 años fue imposible de construir”.
Por su parte, Martín Gallego, representante de la Fundación de Estudios sobre la Energía, citó como “debilidad” la posible concentración de lo que hasta ahora era una forma de obtener la electricidad muy diversificada. De hecho, alertó de la concentración “excesiva o muy alta” de una de las fuentes como es el caso del gas. “Depender del gas para generar más del 50 por ciento de la electricidad sería una debilidad del sistema”, aseveró.
No obstante, Javier Alcalde, director general de ENAGAS, abogó por la planificación de redes conjuntas de gas y electricidad que, a su juicio, “ha permitido que el enorme aumento de la demanda, tanto de la electricidad como de gas que ha habido en los últimos años, se haya cubierto sin que los consumidores nos hayamos enterado de que se ha duplicado la capacidad y la utilización del gas”.
Al margen del debate sobre la diversificación de las fuentes de energía eléctrica, Gallego recordó otras debilidades del sistema español de generación de electricidad como, por ejemplo, la “falta de aceptación social” de algunas de las fuentes alternativas como la energía nuclear y por otro el carbón por distintas causas. “En el caso de la energía nuclear, por percepciones relacionadas con la seguridad, y, en el caso del carbón, por el problema de emisión de Co2”, puntualizó.
Precisamente, a preguntas de los periodistas sobre la gestión de los residuos nucleares, el presidente del Foro de la Industria Nuclear Española, señaló que, de momento, “se guardan en las centrales que tienen instalaciones para poder almacenarlos sin ningún tipo de riesgo para el exterior”.
En este sentido, explicó que “lo que se discute es la necesidad de construir un almacén temporal centralizado”. Un sitio, matizó, donde se llevarían todos los residuos y que sería también un centro de investigación para poder ver en el futuro qué se puede hacer con estos residuos. González afirmó en rueda de prensa que un aspecto importante de los residuos es que pueden ser en el futuro fuente de energía. “En el combustible nuclear usamos menos del 1 por ciento de la energía que este material contiene. Entonces, si somos capaces en el futuro de desarrollar sistemas que permitan utilizar mejor esa energía tendríamos una fuente mayor”, concluyó.
Además, insistió en que la electricidad de origen nuclear que suministra el 20 por ciento de la electricidad en España “es la mayor productora de electricidad y energía en general sin emitir Co2”. De hecho, señaló que “si prescindiésemos de la energía nuclear en España emitiríamos 40 millones de toneladas de Co2 más al año que es, más o menos, el 40 por ciento de lo que emite ya el sector eléctrico”.
Sobre el papel del carbón como fuente suministradora de energía eléctrica, el representante de la Fundación de Estudios sobre la Energía, afirmó que “debería resolverse el problema principal que tiene el carbón que es el de la emisión de Co2 que produce el efecto invernadero y el calentamiento climático”.
Gallego avanzó que “la captura es un problema tecnológicamente ya desarrollado” porque existen tecnologías para capturar el Co2 “antes, durante o después de la combustión”. “La captura está solo en fase de escalar y aplicar de forma generalizada ya que no se aplica porque tiene un coste y mientras no exista una presión no se generalizará”, explicó al tiempo que aseveró que “el tema del confinamiento presenta más incertidumbres”.
En este sentido, recordó que en España y en la mayor parte de los países “no se ha profundizado” en los estudios geológicos necesarios para identificar formaciones, a más de 1.000 metros de profundidad, y con las características técnicas necesarias para poder meter allí el Co2.
Es necesario que, una vez que se mete allí, permanezca y se asegure que en los próximos mil años no habrá una pérdida de Co2 porque, aunque no es un producto tóxico, añadió, “deben estar suficientemente sellados”. No obstante, Gallego anunció que “se están empezando a hacer estudios en España porque aquí no tenemos grandes yacimientos de gas como en Noruega, Reino Unido u Holanda que se han agotado y pueden ser rellenados con el Co2, producido en todos los procesos de combustión y, principalmente en las centrales eléctricas”.