El sector de la madera y el mueble español, representado por CONFEMADERA y que agrupa a más de 38.000 empresas, ha suscrito un Compromiso de Buenas Prácticas Medioambientales (*) por el cual todas las organizaciones y empresas asociadas, se comprometen a:
- Cumplir los principios generales de respeto al medio ambiente.
- Promover la gestión forestal sostenible.
- Utilizar procesos de producción limpios.
- Gestionar adecuadamente los residuos.
- Informar a clientes, consumidores, empresarios y trabajadores del sector.
Uno de los aspectos clave de este compromiso social es que los procesos de aprovisionamiento, producción y distribución tengan en cuenta el respeto al medio ambiente, de modo que se permita un desarrollo sostenible. En definitiva que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de los recursos del planeta.
La madera, como elemento central de su actividad, es un material ecológico que no sólo es parte de la naturaleza sino que su uso resulta beneficioso para ella. La madera es natural, renovable y reciclable, contribuye a la reducción del cambio climático, mediante el almacenamiento de carbono y el ahorro energético en su transformación y utilización.
Para Francesc de Paula Pons, Secretario General de Confemadera y Federmueble: “En la sociedad actual existe una gran sensibilización hacia los temas medioambientales, el cambio climático, la conservación de los espacios naturales, el paisaje, etc. Esta sensibilidad se materializa en una modificación de las conductas del consumidor, que busca productos más respetuosos con el medio ambiente”.
“En este contexto” -continúa Pons- “los empresarios españoles del sector de la madera y el mueble no podíamos ser una excepción. De hecho, en los últimos tiempos han ido surgiendo cada vez más iniciativas ligadas a la “utilización sostenible” de lo que constituye nuestra principal materia prima y nuestro material de trabajo, así como del resto de elementos que participan en el proceso productivo”.
(*) COMPROMISO
- Asumimos los principios generales de respeto medioambiental, incluso aunque no estén incluidos por el momento en la normativa que nos afecta:
- Quien contamina paga.
- El desarrollo sostenible pasa por una producción concebida y llevada a cabo de tal modo que maximice “las 3 Rs” a lo largo de todo el ciclo de vida del producto y con cada uno de los materiales empleados. Nos referimos a: Reducción, Reciclaje y Reutilización.
- Para poder continuar fabricando objetos de madera en el futuro, tenemos que cuidar los bosques desde el presente, con una perspectiva realista. Ello pasa por considerar el monte como un sistema socioeconómico activo, en el que su propia existencia y supervivencia está íntimamente ligada con su utilidad y, por tanto, con el aprovechamiento –sostenible- de su madera. Ello significa también tener en cuenta el largo plazo, para poder compatibilizar la explotación económica con la conservación de los ecosistemas forestales.
- Cumplimiento de las leyes locales, estatales y nacionales en aspectos relacionados con la protección al medio ambiente y temas sociales, del país de origen de la madera, así como convenios internacionales en esta materia.
- Control cuidadoso de las fuentes de suministro.
- Mantener y mejorar la política de compra responsable de productos forestales, para que estos procedan de bosques gestionados de manera sostenible.
- Fomentar la implantación de sistemas de gestión forestal sostenible y cadena de custodia.
- Nos oponemos firmemente a las prácticas de aprovisionamiento ilegal de madera y en este sentido apoyamos el Plan de Acción de la Unión Europea: Forest Law Enforcement, Governance and Trade (FLEGT).
- Utilizamos procesos de producción limpios. El sector de la madera es un sector cuyos procesos de producción suponen un bajo impacto medioambiental, puesto que su materia prima es renovable y en su transformación se requiere muy poca energía, siendo ésta en muchos casos procedente de fuentes renovables. A pesar de ello el sector está siempre atento a las mejores técnicas disponibles para minimizar su impacto. No sólo cumplimos con la legislación vigente, sino que tendemos a la incorporación progresiva en nuestras empresas de sistemas integrados de gestión medioambiental, que tengan en cuenta esta variable en la toma de decisiones que afectan a cada una de las fases del proceso productivo: desde la concepción y el diseño, pasando por la propia producción y/o transformación, reducción y valorización de sus residuos y subproductos, hasta la finalización de su vida útil en cualquiera de sus formas (nos importa también “qué ocurre después” con nuestros productos). En este sentido, asumimos que un sistema de gestión de estas características no es un gasto sino una inversión que aporta valor añadido a nuestras empresas y a nuestros productos, así como un factor que nos permite identificar los puntos del proceso donde es posible introducir mejoras y que contribuye a minimizar el coste de gestión de nuestros residuos.
- Gestionamos correctamente nuestros residuos, tanto los inertes como los peligrosos, aprovechando las economías de escala que supone la vertebración sectorial. Para ello:
- Utilizamos únicamente a los gestores autorizados establecidos en cada territorio.
- Si no existen gestores autorizados que puedan hacerse cargo de los residuos generados por las empresas de algún territorio, promovemos la creación de nuevas plantas de transferencia que sean viables.
- En uno u otro caso, respetamos el principio de las “cargas compartidas”, dado que el volumen de residuos generados por la inmensa mayoría de las empresas no es suficiente para una sola.
- Controlamos también el resto de los aspectos que generan un impacto medioambiental de nuestra actividad, aunque no sea de gran magnitud. Y, en concreto, los vertidos de aguas residuales y las emisiones a la atmósfera.
- Informar a clientes, consumidores, empresarios y trabajadores del sector. Actuando en nuestro ámbito respectivo, nos comprometemos a “educar” a nuestros clientes y a los consumidores finales. Unos consumidores más informados son un estímulo para nuestra mejora continua y, por tanto, para el incremento de nuestra competitividad. En definitiva, para nuestra supervivencia en el largo plazo. Es necesario generalizar el conocimiento de que una mayor utilización de la madera es beneficiosa para el medio ambiente. Continuaremos con el esfuerzo ya iniciado para informar y formar a todos los recursos humanos del sector e, incluso, para llevar a cabo actuaciones de sensibilización que contribuyan a la extensión de los principios que garantizan que el sector seguirá siendo sostenible en las próximas generaciones.