La subida del precio de los cereales y de los alimentos básicos de la cesta de la compra no está causada por la producción de biocarburantes sino por el desequilibrio entre la demanda y la oferta de materias primas en el mercado agroalimentario ocasionado por las malas cosechas –provocadas por la sequía en los principales países productores–, el fuerte aumento de la demanda alimentaria en países como China e India, la especulación financiera en los mercados internacionales de cereales y el mantenimiento de tierras sin cultivar impuesto por la política agraria comunitaria (PAC).
Esta es una de las principales conclusiones del informe “Biocarburantes y desarrollo sostenible. Mitos y realidades”, presentado por APPA Biocarburantes, que agrupa a los productores españoles de bioetanol, biodiésel y biogás. Este documento analiza de forma pormenorizada lo que hay de mito en algunos de los tópicos más extendidos sobre la sostenibilidad de los biocarburantes en materia de cambio climático, eficiencia energética, uso de la tierra, biodiversidad y mercado alimentario.
El Presidente de APPA Biocarburantes, Roderic Miralles, ha sido rotundo al afirmar que “la industria de biocarburantes no tiene ninguna responsabilidad en la subida del pan. Cómo podríamos tenerla si el bioetanol sólo utilizará en 2007 el 1,6% de la producción europea de cereales y, además, el trigo blando, que es el que se emplea para producir bioetanol, no se suele usar para elaborar el pan”. “La industria de biocarburantes”, añadió, “es la primera interesada en que el precio de las materias primas baje lo más posible, ya que representa entre un 60% y un 70% de sus costes de producción. Los productores sufrimos el alza del precio, no lo generamos”.
Biocarburantes y cambio climático
El documento “Biocarburantes y desarrollo sostenible. Mitos y realidades” analiza con detalle la actividad de la producción de biocarburantes y su incidencia en el cambio climático. A este respecto y ante el mito de que los biocarburantes emiten más gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles a los que sustituyen, el documento editado por APPA pone de manifiesto la realidad de que los biocarburantes producidos en España reducen las emisiones de gases de efecto invernadero en hasta un 88% por cada kilómetro recorrido en comparación con el gasóleo y la gasolina, según concluye un reciente estudio de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) de los biocarburantes en España, llevado a cabo por el CIEMAT por encargo del Ministerio de Medio Ambiente.
De hecho, se señala en el documento que los biocarburantes son en estos momentos la única alternativa disponible para empezar a sustituir al petróleo en el transporte, reduciendo sus impactos ambientales, aumentando la seguridad de suministro y contribuyendo al desarrollo de las economías locales.
Biocarburantes y eficiencia energética
Hay quien afirma que los biocarburantes tienen un balance energético peor que el de los combustibles fósiles. En este caso, el citado estudio del CIEMAT es, asimismo, concluyente: el balance energético de los biocarburantes es siempre mejor que el del gasóleo y la gasolina, ya que su producción, distribución y uso requiere menos energía primaria y fósil que la utilizada por los combustibles fósiles convencionales.
Es también concluyente el estudio en lo que se refiere a la eficiencia energética de los biocarburantes, que algunos ponen en duda al afirmar que requieren más energía para su producción y distribución que la que ellos mismos finalmente contienen.
El citado estudio de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) de los biocarburantes en España concluye que la eficiencia energética de los biocarburantes es siempre mejor que la de los combustibles fósiles. A diferencia del gasóleo y la gasolina, que tienen siempre una eficiencia energética negativa, los biocarburantes tienen en la mayoría de los casos una eficiencia energética positiva, ya que la cantidad de energía requerida para su producción y distribución es inferior a la que contienen.
Biocarburantes, uso de la tierra y biodiversidad
Otro mito extendido en ciertos sectores de la opinión pública es que la creciente demanda de materias primas para la fabricación de biocarburantes es la causa de la deforestación de bosques tropicales, como los del Sudeste asiático o Brasil, al fomentar la sustitución de los bosques tropicales por plantaciones agrícolas.
La realidad es que la demanda de materias primas para la fabricación de biocarburantes tiene una escasa influencia en la deforestación tropical en el Sudeste asiático y Brasil, un fenómeno que desgraciadamente, por otra parte, se viene produciendo desde hace décadas y, por tanto, mucho antes de que empezara la reciente producción a gran escala de biocarburantes. Así lo proclama la Comisión Europea en su primer informe sobre el progreso de los biocarburantes en la UE y la incidencia del biodiésel en la extensión del cultivo de la palma.
El ejecutivo comunitario aporta datos muy significativos: mientras la producción global de aceite de palma creció entre 2001 y 2005 en casi 10 millones de toneladas, la cantidad de dicho aceite destinada a la producción de biodiésel ha sido de sólo 30.000 toneladas en 2005. La industria alimentaria es, por tanto y con gran diferencia, la principal responsable de la creciente demanda de aceite de palma en el mundo. Por otra parte, en el caso de Brasil, según sus autoridades, el área dedicada al cultivo de caña de azúcar destinada a la producción de bioetanol es actualmente de 6 millones de hectáreas y estas áreas se encuentran muy alejadas de la selva amazónica.
En el futuro tampoco es previsible ninguna interacción negativa, dado que la tierra potencialmente disponible para la agricultura en Brasil – sin afectar a la selva amazónica y otras áreas protegidas – alcanza los 90 millones de hectáreas, mientras que el Estado sólo tiene pensado explotar 17 millones de hectáreas adicionales para la producción de caña. Además, conviene saber que la caña de azúcar no tiene buenas condiciones agronómicas en el área amazónica.
Deforestación y pérdida de hábitats
Se aduce también que el cumplimiento de los futuros objetivos europeos de biocarburantes –10% para el año 2020– provocará una mayor deforestación y pérdida de hábitats. En este caso, en el citado informe la Comisión Europea señala que “si el cultivo de las materias primas necesarias para la producción de biocarburantes tiene lugar en las tierras apropiadas, el impacto medioambiental que ocasionaría alcanzar un cuota de mercado de biocarburantes del 14% será manejable”. Lógicamente, más limitado será el impacto ambiental si el objetivo es llegar sólo al 10%.
Al respecto, con el fin de que la producción de biocarburantes continúe contribuyendo en el futuro a la sostenibilidad, la Comisión Europea trabaja en el establecimiento de un sistema de certificación de los biocarburantes que permita incrementar todavía más sus beneficios en materia de cambio climático y minimizar sus riesgos ambientales.
En cualquier caso, la producción de biocarburantes puede tener impactos positivos en la biodiversidad al diversificar los cultivos en sistemas intensivos, pasando del monocultivo al policultivo, y permitir cambiar de especies anuales a especies perennes –chopo o jatrofa para bioetanol y biodiésel, respectivamente.
En última instancia, la Comisión Europea ha recordado en su informe un dato obvio pero que no puede dejar de mencionarse: el incremento del consumo de biocarburantes implicará un menor consumo de productos petrolíferos y, por tanto, una disminución de los enormes impactos ambientales asociados a los carburantes fósiles.
En conclusión, los biocarburantes no pueden verse como la panacea que va a resolver todos los problemas ambientales y energéticos del planeta, pero sí como una contribución significativa a un nuevo modelo energético y de transporte más diversificado, eficiente y sostenible.
Biocarburantes y mercado alimentario
El documento explica ampliamente en su última parte la incidencia de los biocarburantes en el mercado alimentario, concretamente en el precio de las materias primas, la influencia que el sector pueda o no tener en la inflación, qué efectos tendrá el objetivo del 10% de biocarburantes para 2020 y analiza en detalle el caso de las tortitas de maíz mexicanas.
En lo referente al impacto del objetivo del 10% de biocarburantes para 2020, el documento examina su efecto en el mercado de cereales y bioetanol, en el de semillas oleaginosas y biodiésel, en la ganadería y lo productos alimentarios acabados y en la disponibilidad de tierras para cultivos energéticos. Biocarburantes y seguridad alimentaria
Por último, el documento “Biocarburantes y desarrollo sostenible. Mitos y realidades” analiza cómo la producción de materias primas para la elaboración de biocarburantes puede ser una oportunidad para incrementar la seguridad alimentaria y energética de los países en vías de desarrollo.