La búsqueda de la eficiencia energética fomenta la innovación en la técnica y el diseño y actualmente ocupa un papel destacado, especialmente en el campo de la iluminación. Ya sea por motivos ecológicos o por el creciente precio de la electricidad, el ahorro energético se ha convertido en una prioridad. El objetivo es conseguir un elevado rendimiento lumínico con un reducido consumo de energía, además de fuentes de iluminación duraderas.
Por ello, hoy en día los diseñadores se centran más si cabe en las novedosas combinaciones de las innovaciones técnicas, los conceptos creativos y los programas estéticos resultantes. Como transmisora de todos estos aspectos, destacamos la celebración de la Feria alemana Light+Building, que tendrá lugar del 6 al 11 de abril de 2008 en Francfort. Esta Feria Monográfica Internacional para Arquitectura y Técnica ofrece una gama global de productos y soluciones que combinan aspectos funcionales y creativos y es, a la vez, uno de los mayores puntos de encuentro internacional del sector de la iluminación.
En este momento, una de las cuestiones más de actualidad es la tecnología LED (diodo emisor de luz), que ha abierto nuevos caminos a la iluminación. Esta tecnología ha evolucionado tanto, que ya tiene múltiples aplicaciones en muchos aspectos de nuestra vida. Los LED se utilizan en la iluminación de visores, faros de automóvil, farolas o pantallas planas, y su uso está cada vez más extendido en lámparas de pie, de techo y de mesa. Es sólo una cuestión de tiempo que los LED se conviertan en el único método de iluminación. Como sucede con la mayoría de tecnologías nuevas, también los LED han iniciado su incorporación empezando por los diseños más exclusivos. Sin embargo, su desarrollo se encuentra en el umbral de la producción en masa.
Es interesante comprobar que la combinación de las nuevas tecnologías como los LED o las lámparas fluorescentes y los avances técnicos y económicos han dado lugar a nuevas soluciones creativas.
Un claro ejemplo de ello es la lámpara “Vortexx”, diseñada por los arquitectos Zaha Hadid y Patrik Schumacher. La lámpara de techo se presenta como una cinta de luz infinita que recorre la habitación, ingrávida pero veloz y enérgica. Este efecto se consigue mediante un trazado oscilante combinado con una modulación dinámica de los colores de la luz.
El color de la luz cambia de forma continua y prácticamente imperceptible, pasando de rojo a amarillo y después a azul. Este cambio preciso de los colores se consigue con un módulo de LED, que emite luz indirecta de varias tonalidades. En la parte inferior de la cinta lumínica se aprecia una línea iluminada que sigue el contorno oscilante del diseño, y de la luz emitida surge el cambio luminoso de colores. Se observan dos detalles interesantes: por un lado, la luz blanquecina acentúa el contorno del diseño y, por el otro, la modulación controlada de los colores otorga a la lámpara un aire mágico que inunda inmediatamente toda la sala.
Los diseños del francés François Azambourg muestran un tratamiento formal completamente distinto de la tecnología más vanguardista. Su creación, “Faisceau”, es una de las lámparas de pie más innovadoras. Se asemeja a una cuerda de fibras deshilachada de forma que quede una cavidad en su interior. En los extremos de las fibras se han fijado 150 LED.
“Faisceau” es una lámpara que produce un efecto excepcional, tan ligera y voluble que parece que el haz de luz pudiera bailar por la habitación.
No menos espectacular es la lámpara de techo “Brindille» de Azambourg. 108 LED unidos entre sí con fibra óptica iluminan como si se tratara de un enjambre de luciérnagas, haciendo que la habitación parezca difusa. Utilizando los LED de menor tamaño, Azambourg consigue una lámpara que es la máxima expresión de fragilidad y efectividad. El modelo «Brindille», que significa «pequeña ramita» en español, parece gozar de ingravidez y la luz que emite es tan delicada y frágil como la propia lámpara.
Durante estos últimos años, el maestro Ingo Maurer ha diseñado una gran cantidad de lámparas de LED, que revelaban de una forma siempre distinta una conexión única entre diseño y tecnología. Lo mismo ocurre en su proyecto actual, el tapiz de LED, un papel pintado con diodos emisores de luz, o su banco de LED, fabricado con cristal de seguridad y que cuenta con 288 LED internos de intensidad regulable.
En estos diseños hay un elemento diferenciador: la luz ya no proviene de una sola fuente que ilumina la habitación. En un caso, es la propia arquitectura la que distribuye la luz y, en el otro, la luz se convierte en parte integrante de un objeto que originalmente tenía otra función muy distinta. Es indudable que los avances tecnológicos tienen mucho que ver con la nueva definición de lo que hoy en día puede constituir un elemento de iluminación.
Podría citarse una gran cantidad de diseños para ejemplificar de qué modo una nueva generación de métodos de iluminación han permitido la creación de innovadoras soluciones creativas en diseño. “Chandelier” de Hani Rashid, “One line” de Ora-Ito, “Taolf” de James Irvine o “Hashi Long” de Naoto Fukasawa son sólo algunas muestras de la gran cantidad de nuevos caminos formales y estéticos que han abierto los LED, tubos fluorescentes, etc.
Los LED orgánicos (OLED)
Mientras que los LED empiezan ya a formar parte de nuestra vida cotidiana, los LED orgánicos (OLED) prepararan ya la próxima revolución en el mundo de la iluminación. Los OLED están formados por compuestos orgánicos semiconductores que se colocan sobre un soporte de vidrio o láminas flexibles. Son únicos en cuanto a eficiencia, flexibilidad y respeto por el medio ambiente. La capa luminiscente tiene un grosor inferior a 1,5 milímetros, ofrece un gran ahorro energético y su fabricación también resulta más rentable que la de los LED. Además de la delgadez del material, también tienen otra particularidad interesante para el mundo del diseño: la emisión de la luz es plana y uniforme. Esto permite la creación de sistemas de iluminación de grandes superficies y sutiles a la vez. También para la arquitectura se abren nuevas posibilidades, como la introducción de OLED en fachadas de cristal o techos luminosos con menor profundidad de instalación.
Los OLED aún se encuentran en las primeras fases de desarrollo y su aplicación todavía es reducida; además, tienen una vida útil demasiado corta, si bien en estos últimos años se ha decuplicado. A esto hay que añadirle el hecho de que su impacto medioambiental aún no está suficientemente controlado. Los primeros datos acerca de los posibles campos de aplicación de esta tecnología en el futuro son muy prometedores y los avances en cuanto a eficiencia, brillo, homogeneidad y extensión de la superficie son notables.
Los OLED darán lugar a nuevas y distintas formas de iluminación que podrían provocar una revolución creativa en el mundo del diseño. Los científicos ya tienen una idea de lo que será posible construir con los OLED: televisores extremadamente planos y sistemas de iluminación que puedan fijarse como tapices, o lámparas transparentes a modo de ventanas, en las que de día brille el sol y que iluminen por la noche. Aunque para que esto se haga realidad, todavía tendremos que esperar algunos años. No obstante, los primeros prototipos de OLED podrán verse en abril en Light+Building en Francfort.
Conclusiones
Gracias a los LED, en el futuro será posible prácticamente cualquier hazaña en el mundo del diseño. Pero el esfuerzo que deben realizar los diseñadores es grande ya que deben aprender a utilizar todo el potencial de esta tecnología, y al mismo tiempo, limitarla para no dejarse cegar por ella. Todo ello para conseguir desarrollar productos convincentes para el mercado que reúnan los requisitos de un buen diseño a la vez respetuoso con el medio ambiente.