El presidente de Unión Fenosa afirma que los principales retos tecnológicos para la humanidad están relacionados con la energía.

El presidente de Unión Fenosa, Pedro López Jiménez, ha subrayado en Valencia que “los principales retos de la ingeniería de este siglo están relacionados con la energía”. Durante el encuentro empresarial organizado por el Foro Económico Financiero de la Fundació Vives, López Jiménez ha reiterado su tesis de que la energía debe ser considerada un “asunto de Estado” tanto por el Gobierno como por la oposición, con el fin de establecer una política energética consensuada, realista y sostenible.

Bajo el título “España y el desafío energético global”, el presidente de Unión Fenosa ha compartido sus reflexiones con un grupo de empresarios y políticos valencianos. Pedro López Jiménez ha hecho una apelación al realismo; de hecho, considera que debe acentuarse la importancia de aquellos asuntos energéticos que pueden abordarse de forma efectiva en los próximos años, y que han de ser una guía para la conformación de políticas generales.

Pedro López Jiménez ha destacado también la necesidad de hacer compatibles los objetivos del “Triángulo de Equilibrio”: garantía de suministro, mejora de la eficiencia en el funcionamiento de los mercados energéticos y nuevas demandas de sostenibilidad medioambiental, que son “valores positivos y por tanto deseables, pero deben ser combinados de forma realista, adecuada al lugar y al tiempo, dado que no son totalmente compatibles entre sí”.

Entre los retos tecnológicos a los que la ingeniería tiene que encontrar y aplicar soluciones destacan, entre otros, el desarrollo de la energía solar, la fusión nuclear o los sistemas de secuestro y almacenamiento de CO2, según ha destacado la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos.

El Congreso Mundial de la Energía, celebrado recientemente en Roma, concluyó que entre los principales factores que condicionarán en el futuro cercano la evolución del sector energético se encuentra la aceptación generalizada de las consecuencias que la actividad energética tiene sobre el medio ambiente.

Hacia una economía baja en emisiones

Además, este congreso abogó por la cooperación de las instituciones a escala internacional, una colaboración de la que no existen precedentes y que no debe desarrollarse al margen de la evolución de las economías emergentes. Asimismo, se defendió un mix de tecnologías y materias primas que incorpore tanto el carbón sostenible, con nuevas tecnologías de Captura y Almacenamiento de CO2, como el resurgir de una nueva etapa de la energía nuclear, por su contribución a la reducción de emisiones y a la seguridad energética. “Puede decirse que éste ha sido el año del cambio climático y de los cambios tecnológicos que son inicio de la transición hacia una economía baja en emisiones”, ha explicado el presidente de Unión Fenosa en su intervención.

Pedro López Jiménez ha señalado que el Plan BIGGER de Unión Fenosa, que contempla duplicar en 2011 el beneficio neto obtenido en 2006, con una capacidad de inversión en el periodo de hasta 9.000 millones de euros sin recurso al accionista, pretende aprovechar las oportunidades que surjan en ese contexto. “El Plan BIGGER responde a esos desafíos energéticos. Gas, renovables, nuclear y carbón sostenible son los negocios a los que la empresa se dedicará en los próximos años. La meta que nos hemos propuesto es ambiciosa pero razonable dado el reparto equilibrado de las inversiones previstas, tanto geográficamente como entre las distintas áreas de negocio, y a nuestro posicionamiento como empresa energética integrada”.

En cuanto al contexto económico general, ha reflexionado sobre el inicio de un cambio de ciclo, la incertidumbre y falta de confianza que está provocando una fuerte volatilidad en los mercados y el endurecimiento de las condiciones de financiación debido a una menor liquidez.

En lo que respecta a España, ha mostrado su optimismo al apuntar que “hemos conseguido unos espectaculares resultados en términos socioeconómicos, pero una vez alcanzada esa situación de partida, es el momento de transformar el modelo de crecimiento económico hacia el logro de una mayor productividad. Ésa deberá ser una de las prioridades del Gobierno que salga elegido el próximo 9 de marzo: desarrollar programas de innovación y aplicar reformas de modo que, en colaboración con el sector privado, se consiga movilizar e impulsar el capital humano, la innovación y la flexibilización de nuestras estructuras para que España pueda desarrollar toda su potencialidad”.

 
 
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