Evaluación Ambiental, compañía especializada en asesoría y consultoría medioambiental, ha puesto en marcha su servicio de Diagnóstico de Limitaciones Urbanísticas (DLU). El servicio DLU es una novedosa prestación dirigida a propietarios de terrenos, promotores o empresas que desarrollen actividades industriales, urbanísticas o de infraestructuras.
DLI es un servicio de particular valor añadido en un entorno como el actual, caracterizado por aspectos como la crisis en el sector de la promoción inmobiliaria, la ralentización en la venta de inmuebles y los márgenes cada vez más estrechos, en el que no necesariamente se recuperan las inversiones en suelo por vías de las plusvalías que se obtengan, lo que obliga a incrementar al máximo los niveles de previsión y exactitud. DLU permite cuantificar las limitaciones y evitar sorpresas que afecten la viabilidad de aquellos proyectos que se deseen desarrollar, así como fijar o negociar el valor del suelo en función de la capacidad de acogida que éste tenga.
DLU es un servicio de consultoría medioambiental en el que, a través de un conocimiento previo de las limitaciones medioambientales de aquellos terrenos que se pretendan urbanizar, se analizan, entre otras variables, espacios naturales protegidos, hábitat comunitarios, flora y fauna, contaminación acústica y de suelos, hidrología o patrimonio arqueológico protegido.
El Diagnóstico de Limitaciones Urbanísticas surge del análisis de la merma de la superficie aprovechable de ciertos terrenos, debido a legislaciones vinculadas con la protección ambiental. Con este servicio, Evaluación Ambiental aporta una solución, tanto a propietarios de terrenos como a empresas promotoras, que facilita la toma de decisiones para la promoción de actividades económicas y urbanísticas así como para la compra y venta de terrenos.
Con un plazo de ejecución aproximado de dos semanas, la aplicación de este estudio se adecúa a distintos tipos de terrenos (urbanos, rústicos, urbanizables) y detalla todos aquellos condicionantes que puedan suponer una merma de la superficie urbanizable prevista en el proyecto, las posibles dificultades o retrasos en la obtención de autorizaciones o licencias, así como posibles inversiones adicionales necesarias para paliar eventuales efectos negativos en el medio ambiente por el desarrollo de actividades económicas diversas.
En opinión de Manuel Mayo, Consejero Delegado de Evaluación Ambiental, “En momentos de crisis en el sector de la promoción inmobiliaria, de ralentización en la venta de inmuebles y de márgenes cada vez más estrechos, un servicio como DLU adquiere más significado que nunca. Ahora ya no, necesariamente, se recuperan las inversiones en suelo por vía de las plusvalías que se obtengan y la elevada incidencia del precio del suelo en los precios de la promoción adquiere una importancia clave en los márgenes de los promotores”.