Se inaugura la cuarta planta de residuos de construcción y demolición de Toledo.

El director general de Calidad Ambiental, Mariano Martínez, ha inaugurado la cuarta planta de tratamiento de residuos de construcción y demolición de la provincia. Martínez aseguró que ya hay otras 15 peticiones para ubicar infraestructuras de estas características en la provincia toledana.

Con la puesta en funcionamiento en la localidad de Pantoja de la cuarta planta de tratamiento de residuos de construcción y demolición, la provincia de Toledo ofrece en estos momentos una capacidad de procesamiento de este tipo de residuos de 400.000 toneladas anuales. Así lo resaltaba hoy el director general de Calidad Ambiental, Mariano Martínez, que inauguraba esta mañana el Centro de Tratamientos de Inertes de Castilla-La Mancha S.L. en el municipio toledano de la Sagra y que dará servicio a las empresas constructoras de esta dinámica comarca de la provincia de Toledo.

Reciclados y Contenedores de Castilla-La Mancha S.L en Yeles, Castellano Manchega de Limpieza S.L. en Esquivias y Gestión y Control de Residuos S.L en Alameda de la Sagra suman, junto a la planta de Pantoja, las cuatro infraestructuras de estas características que aglutina la provincia de Toledo, siendo un total de 11 las puestas en funcionamiento en estos momentos en Castilla-La Mancha.

Según manifestó el director general, que estuvo acompañado en la inauguración por el delegado de la Junta en Toledo, Fernando Mora; el delegado provincial de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Manuel Guerrero, alcaldes y concejales de pueblos cercanos y representantes de la empresa que ha puesto en marcha la planta, ya se han registrado otras 55 solicitudes para la apertura de plantas de tratamiento de residuos de construcción y demolición, de las cuales 15 corresponden a la provincia de Toledo.

Mariano Martínez aseguró que el Plan regional de Residuos de Construcción y Demolición, elaborado por el Gobierno regional y que se desarrollará en el periodo 2007-2015, está cumpliendo sus objetivos con la creación de las infraestructuras necesarias para una gestión adecuada de esta clase de residuos con la consecuente solución al problema, especialmente, medioambiental que provoca su vertido incontrolado en el paisaje.

El director general apeló al compromiso de todos en la solución de este problema, tanto administraciones como empresas y ciudadanos, y que en esta línea encontrarán el apoyo del Gobierno autónomo, que apuesta por la eliminación del paisaje de estos vertidos y por no permitir que se continúen produciendo.

“No queremos más incontrolados en la gestión de los residuos de construcción y demolición, sino que sean los autorizados a la misma los que se encarguen de esta labor”, agregó Martínez quien aseguró que ya se han autorizado en Castilla-La Mancha a un total de 80 transportistas para llevar a cabo este transporte y hay en tramitación otros 130 más.

Por su parte, Fernando Mora insistió en que los escombros en el paisaje de nuestros pueblos y entornos no es ya el sentimiento que los ciudadanos tenemos por la naturaleza y que la Administración será contundente a la hora de perseguir este tipo de vertidos incontrolados.

Mora resaltó la importancia de la puesta en marcha de infraestructuras como la de Pantoja y felicitó a los empresarios que la han llevado a cabo, recordando que, además de la correcta gestión de estos residuos y caminar hacia un desarrollo sostenible que favorezca la mejora y la protección del medioambiente de la provincia y de la región, estas plantas suponen la creación de puestos de trabajo.

Mariano Martínez recalcó que las plantas de tratamiento no sólo dan solución a la eliminación de los residuos de construcción y demolición, sino que su objetivo final es recuperar los materiales que puedan ser reciclados o reutilizados por gestores autorizados.

Así, esta clase de residuos, tras su pesado en la báscula que hay en los centros de tratamiento, se descargan en la superficie habilitada para ello, donde se separarán aquellos susceptibles de reciclado (plásticos, maderas, vidrio…). El resto de residuos exentos de estos voluminosos, mediante una pala cargadora pasan por una cinta de eliminación de gruesos y un electroimán separa los elementos metálicos mientras un ciclón separa plásticos y otros volátiles. Una vez separados correctamente, también serán entregados a un gestor autorizado.

Los fragmentos de tamaño intermedio pasan por una cabina de triaje, capaz de procesar hasta 150 toneladas/hora, separándose elementos no inertes (maderas, gomas, tuberías,…) que se depositan en contenedores bajo cabina, con destino a gestores finales.

Una vez realizada esa operación, se evacuan por una cinta transportadora los residuos de construcción y demolición limpios, que vierten en un molino de impactos, donde son triturados, obteniéndose un producto similar a la zahorra utilizable en la construcción.

 
 
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