La Consejería de Industria y Sociedad de la Información de C-LM ha convocado la nueva Orden de Energías Renovables para autoconsumo que, con un presupuesto de 2 millones de euros, este año 2008 contará aproximadamente con 550 beneficiarios que podrán solicitar ayudas para instalar tres tipos de tecnologías que ayudarán tanto a impulsar la producción de energía limpia como a reducir el consumo y por tanto la factura energética que pagan.
El director general de Industria y Energía, Benito Montiel, que presentó en Cuenca esta convocatoria junto con el delegado de la Junta, Ángel Valiente, y el delegado provincial del ramo, Enrique Hernández Valero, señaló que la provincia de Cuenca tiene prioridad a la hora de acceder a este tipo de subvenciones, debido a que más de 200 localidades están por debajo de los 1.000 habitantes.
De esta forma, “se pretende favorecer a aquellos núcleos de población que tienen más dificultad para poder llegar a las energías ordinarias”, explicó.
El pasado año 2007 se contabilizaron en la provincia de Cuenca un total de 139 beneficiarios de estas ayudas, cuyos proyectos generaron una inversión de 11 millones de euros, de los que el Gobierno regional subvencionó cerca de 650.000 euros.
El director general indicó que la primera de estas tres tecnologías es la solar térmica de baja temperatura que permite generar agua caliente sanitaria a través de placas fotovoltaicas. Hasta el 30% del consumo de un hogar se emplea en calentar agua, de ahí la importancia de esta tecnología en la reducción de este consumo.
En segundo lugar, otra de las ayudas que se puede solicitar es para la instalación de biomasa térmica, es decir la generación de calefacción a través de biomasa. Los análisis de la Agencia de la Energía de Castilla-La Mancha indican que emplear esta tecnología puede suponer hasta un 50% del ahorro en el consumo respecto a los combustibles fósiles; además, las calderas de biomasa para calefacción están teniendo gran aceptación en la región, en particular en las zonas rurales y en los municipios más pequeños en los que el suministro por canalización de fuentes como el gas natural es más difícil.
Finalmente, el tercer tipo de ayudas que permite esta Orden es para instalaciones de energía fotovoltaica aislada que permite la generación de energía eléctrica para autoconsumo y que se suele dar en viviendas, naves, etc.
La intensidad de las ayudas oscila entre el 37%, la más alta para la solar térmica de baja temperatura, y el 22% para la fotovoltaica aislada. En cuanto a las cantidades, irán como máximo de 60.000 euros a 30.000 de mínimo. El presupuesto total que se destinará asciende a 2.030.000 euros.
Se pueden acoger a estas ayudas particulares, principalmente familias, empresas, corporaciones locales, asociaciones, entidades sin ánimo de lucro y comunidades de bienes.
La convocatoria de 2008 ya está publicada en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha y estará abierta para la presentación de solicitudes hasta mitad de julio, en total hay 45 días de convocatoria para presentar proyectos de energías renovables para autoconsumo.
La Orden desde 2003
Desde el año 2003 y hasta 2007, se han registrado unos 3.000 beneficiarios de alguno de estos tipos de ayudas. La inversión generada en este tiempo es de 34 millones de euros con una subvención por parte del Gobierno regional y del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético de más de 11’5 millones de euros.
Además, desde el punto de vista ambiental, la puesta en marcha de estos proyectos ha supuesto un ahorro de 3.000 toneladas equivalentes de petróleo.
Del mismo modo Montiel, hizo hincapié en los efectos sobre el empleo que está generando esta Orden ya que muchos autónomos se están especializando en la instalación de este tipo de tecnologías. Un dato significativo al respecto es la demanda de cursos de formación para especialización en estas tecnologías que se está registrando y por los que ya han pasado uno 700 profesionales.
Con esta Orden, el Gobierno de Castilla-La Mancha da un paso más en el cumplimiento de sus objetivos en materia energética que tienen dos puntas de lanza: el fomento de las energías renovables y la reducción del consumo energético mediante hábitos de ahorro y eficiencia.