Las medidas —algunas obligatorias y otras voluntarias— se recogen en el nuevo Plan de la Comisión Europea sobre diseño de productos ecológicos y etiquetado energético y medioambiental. Con ellas será posible reducir un 30% la cantidad de energía que se utiliza en calefacción, alumbrado y mantenimiento de edificios.
Los modelos actuales de consumo y producción tienen un importante impacto ambiental, pues generan gases de efecto invernadero, aumentan la contaminación y agotan los recursos naturales del planeta. No obstante, existen maneras fáciles de limitar las agresiones al medio ambiente sin que ello implique una pérdida de bienestar.
La Unión Europea ha creado un sistema de etiquetado de la eficiencia energética y las tiendas de electrodomésticos están obligadas a utilizarlo. Ahora se propone ampliar este etiquetado a un abanico mucho mayor de productos como, por ejemplo, las ventanas. Un mejor aislamiento de las ventanas podría reducir un 11% los gastos de calefacción y limitar más de un 20% los gases de efecto invernadero.
El etiquetado es solo uno de los apartados de la política industrial sostenible de la UE , que proporciona incentivos a los fabricantes para desarrollar productos y métodos de producción más respetuosos del medio ambiente. Así Europa podrá conservar una ventaja competitiva en este campo frente a economías emergentes como China e India.
Los poderes públicos también son importantes a la hora de garantizar el consumo y la producción sostenibles. Las administraciones nacionales, regionales y locales de la UE gastan una parte importante del PIB de sus países en transporte, construcción, limpieza y adquisición de otros bienes y servicios.El nuevo plan establece una serie de objetivos para fomentar que el gasto y las inversiones se dirijan hacia los productos verdes.