La preocupación por factores como el cambio climático, la falta de recursos o el tratamiento agresivo del planeta, ha llevado a las empresas a tomar conciencia y adquirir un rol social en la lucha contra el deterioro del medio ambiente. Para contribuir a esta sostenibilidad ambiental que demanda la sociedad, las diferentes entidades han comenzado a elaborar productos y diseños ecológicos, bajo los términos de ecoproductos y ecodiseños, con los que no sólo adquieren una responsabilidad social, sino también un posicionamiento estratégico en el mercado competitivo.
Según ha puntualizado el gerente de AENOR, la Asociación Española de Normalización y Certificación, José Magro González, este compromiso es necesario para asegurar la permanencia en el tejido empresarial. Durante su intervención en uno de los cursos de verano que organiza la Universidad de Extremadura, y en el que se aborda el tema de la gestión ambiental como reto de futuro, el responsable de AENOR, ha explicado que en la actualidad la demanda pasa por crear productos respetuosos con la naturaleza en todo el ciclo de vida. Y es que por ejemplo el 80 por ciento de los impactos ambientales se producen durante el diseño, de ahí la importancia de desarrollar estrategias en su elaboración como la minimización, la utilización de recursos renovables o reciclables e incluso, el uso de residuos como subproductos.
Pero, estos nuevos sistemas de producción, que son ya una realidad en comunidades como Cataluña o el País Vasco, todavía continúan como una asignatura pendiente para Extremadura. “Las comunidades vasca o catalana, pioneras en España, se han iniciado en la gestión medioambiental de forma paulatina”. En Extremadura, los primeros pasos son de carácter legislativo, aunque se prevé que en breve la región apueste por este desarrollo de forma paralela el acondicionamiento de las instalaciones y el ciclo de vida de los productos.