"No al frenazo a la energía solar fotovoltaica". Este es el mensaje que, en sólo una semana, ha recibido en más de tres mil ocasiones el Ministro de Industria, Miguel Sebastián, como rechazo a su propuesta de decreto que frenaría en seco el rápido desarrollo de esta energía limpia. Los mensajes están siendo enviados desde la página web www.ciberactuacongreenpeace.es, a iniciativa de la organización ecologista.
La inquietud en el sector de las energía solar es máxima, dado que Sebastián sigue estancado en sus planteamientos, y podría llevar el decreto al Consejo de Ministros del próximo viernes 26. El nuevo borrador de Decreto de retribución de la solar fotovoltaica que el Ministerio ha enviado al Consejo de Estado, paso previo a la aprobación en Consejo de Ministros, incluye la "concesión" de permitir la instalación adicional de 200 MW en el año 2009, a añadir al tope anual de 300 MW. Esto sigue siendo totalmente insuficiente, pues en 2008 se van a instalar unos 1800 MW. Además, el decreto penaliza gravemente a las instalaciones fotovoltaicas en edificios, con exigencias injustificables como la retirada de la exención actual de depositar un aval de 500€/kW.
Las pretensiones del Gobierno español contrastan con las de Alemania, el país líder mundial en energía solar fotovoltaica, que no impone ningún límite de potencia a la energía solar que se pueda instalar, a pesar de que a final de 2007 había alcanzado los 3.800 MW instalados y que prevé alcanzar los 6.500 MW en 2010. Para regular el mercado, el sistema alemán parte de una tarifa más generosa que la española, pero la reduce en un 8% cada año, con lo cual estimula a que la producción sea cada vez más eficiente y económica. La fotovoltaica también disfruta de tarifas iguales o mejores que la española, sin contar con el recorte que propone Sebastián, en países como Corea del Sur, Francia, Italia, República Checa o Austria.
"Es increíble que un Gobierno que se autoproclama defensor de las energías renovables arremeta despiadadamente contra la energía solar", ha declarado José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace. "Lo que hay que frenar son las energías sucias y peligrosas, como la nuclear y el carbón, que sobreviven gracias a las subvenciones que históricamente han recibido, y no las energías limpias y renovables, que cada vez producen más energía con menos apoyo."
Más allá del grave daño que el nuevo decreto puede hacer a la energía solar en España, Greenpeace ve con preocupación el efecto que este frenazo puede tener en la escena internacional, tanto en los mercados como en las legislaciones nacionales, dado que España es uno de los países punteros en fotovoltaica y muchos países miran hacia ella para tratar de imitar el éxito experimentado en el crecimiento de las renovables.
Greenpeace considera que, mientras las centrales nucleares no paran de tener incidentes que pueden amenazar nuestra seguridad, mientras España es el país que más se aleja de cumplir el Protocolo de Kioto debido al aumento de las emisiones de CO2 (causadas en primer lugar por las centrales térmicas), que siguen en niveles máximos, es evidente que necesitamos cambiar con urgencia a fuentes de energía limpias, seguras y capaces de crecer rápidamente.
La energía solar fotovoltaica es una de las que mejor está respondiendo a este reto energético, creciendo a una velocidad sin precedentes, y gracias a ella España ha desarrollado un sector industrial líder a escala mundial, que ha creado más de 26.000 puestos de trabajo. Según los informes de Greenpeace, esta tecnología podría abastecer siete veces la demanda eléctrica que tendría la península en 2050 y a escala mundial la fotovoltaica podrá suministrar electricidad a dos tercios de la población mundial en 2030. Además, todas las previsiones apuntan a que para mediados de la próxima década será más barata la electricidad producida en los paneles solares ubicados en España que lo que tendrá que pagar el consumidor doméstico por comprar electricidad de la red.
Para Greenpeace, la respuesta del Gobierno tendría que ser la de garantizar que ese rápido desarrollo se mantenga y ayudar a que sea cada vez más económico. Por eso pide a Sebastián que no limite la cantidad de energía solar que se pueda instalar y que, antes de publicar ese Decreto, tenga en cuenta las observaciones de Greenpeace y de tantas organizaciones sociales, comunidades autónomas y organismos oficiales que han presentado alegaciones a la propuesta.