El Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center (BSC) ha presentado los resultados del estudio Efectos en la calidad del aire por la introducción de la limitación de velocidad a 80 km/h en las vías de acceso a Barcelona, encargado por el Departamento de Medio ambiente y Vivienda.
El estudio hace una evaluación preliminar de los primeros seis meses de implantación de la limitación de la velocidad en las vías rápidas de acceso a Barcelona, una de las 73 medidas que conforman el Plan de actuación para la mejora de la calidad del aire en 40 municipios del entorno metropolitano.
Del estudio se desprende que, si comparamos los datos del primer semestre del 2007 con los del mismo periodo del 2008, el impacto de la limitación de la velocidad ha representado una disminución de la contaminación en el área de aplicación de la medida, aun cuando la intensidad de vehículos ha sido similar.
Datos relevantes
La reducción de las emisiones se estima entre el 3,5% y el 4% para los óxidos de nitrógeno (NOx) y del 3,5% para las partículas (PM10) como valor mediano en toda la zona 1, y se centra esencialmente sobre los ejes viarios. Esta reducción se atribuye tanto a la disminución de la velocidad como la reducción de la congestión.
La medida también ha favorecido la reducción de emisiones de CO2, responsable del efecto invernadero, en aproximadamente un 3,7%, lo cual representa un ahorro de unas 93.400 toneladas de CO2 anuales.
Paralelamente, ha comportado una disminución en el consumo de combustible del 3,7%, es decir, si sigue esta tendencia, se producirá un ahorro de unas 30.000 toneladas anuales de combustible (18,56 millones de litros al año de gasolina y 18,85 millones de litros al año de gasoil). Económicamente, supondrá a finales de año un ahorro de 44,43 millones de euros.
Otro beneficio de la medida fue una reducción del 50% del número de muertes y heridos graves en el conjunto de vías del área metropolitana de Barcelona.
También se ha evidenciado una reducción de las congestiones de tránsito y disminución de la intensidad del ruido procedente de las vías principales de hasta 3 decibelios, según un estudio encargado a la empresa de certificación Applus.