En la confluencia de las calles Crevillente y Carcagente de Castellón se ha inaugurado el emblemático edificio Aynos. Construido por Renos, el edificio cuenta con 36 viviendas de alto standing, espacios para oficinas y locales comerciales.
La totalidad de las necesidades térmicas del edificio Aynos están cubiertas mediante una novedosa instalación geotérmica, que le permitirá suministrar, simultáneamente, calefacción, aire acondicionado y agua caliente sanitaria. La potencia térmica instalada es de 550kW, permitirá un ahorro anual de 438.000 kWh y evitará la emisión de 201 toneladas de CO2 a la atmósfera. La instalación ha sido realizada por la empresa especializada en energía geotérmica Geoclima, distribuidora de las bombas de calor WaterFurnace, líder mundial en el sector, y por su empresa colaboradora Fafret.
La energía geotérmica basa su principio de funcionamiento en la inercia térmica del subsuelo para mantener una temperatura constante durante todo el año. Es el mismo efecto, ya conocido por nuestros padres y abuelos, por el cual el agua de los pozos está fresca en verano y templada en invierno. De manera similar, el subsuelo está más fresco en verano y más caliente en invierno que el aire exterior. Este hecho, unido a que el fluido caloportador es agua en lugar del aire, hace que el rendimiento energético de las máquinas sea un 50% superior al de una bomba de calor tradicional, y un 70% superior al de una caldera de gas natural o de gasóleo.
La energía geotérmica cuenta con subvenciones a fondo perdido para su instalación, que se tramitan a través de las comunidades autónomas, y desgravaciones fiscales en la declaracion de la renta y el impuesto de sociedades. Reconocida por la comunidad europea como una energía renovable, la energía geotérmica es rentable sin necesidad de subvencionar el precio del kilovatio-hora consumido. Los periodos de retorno están entre tres y ocho años, dependiendo del uso más o menos intensivo de la instalación.