La UVa elaborará un proyecto con estrategias de movilidad sostenible subvencionado por el Ministerio de Fomento.

El Instituto de Urbanística de la Universidad de Valladolid tiene entre manos la elaboración de un plan que propondrá estrategias de movilidad sostenible asociadas al desarrollo y consolidación del polo universitario norte de Valladolid, que engloba el Campus del Esgueva y el nuevo Campus Miguel Delibes, ambos casi contiguos, y que están próximos a los terrenos en los que en un futuro se edificará el Parque Científico. Este proyecto será posible gracias a la subvención de 46.506 euros que acaba de ser concedida por el Ministerio de Fomento a la Fundación General de la Universidad de Valladolid, entidad que gestionará el proyecto, aunque el estudio y la redacción correrán a cargo del Instituto Universitario de Urbanística, bajo la dirección del profesor titular Juan Luis de las Rivas.

El plazo de ejecución de este proyecto serán 18 meses, a contar desde diciembre de 2008, y se pretende abordar en dos fases. La primera será analizar la movilidad que tanto por estudio como por trabajo genera este polo universitario, que además conecta con la Facultad de Medicina y el área hospitalaria, espacios universitarios que tienen su continuidad con las dependencias universitarias del centro urbano: la sede del Rectorado, en el Palacio de Santa Cruz, y la Facultad de Derecho. La segunda fase será plantear las propuestas complementarias de movilidad sostenible para y desde la universidad como el transporte público, peatonalidad, bicicleta, estructura urbana, diseño de espacios público y movilidad.

En esta segunda fase se proponen dos niveles de resultados: ideas y criterios aplicables a la zona norte de Valladolid y al conjunto del sistema urbano y, en segundo lugar, propuestas concretas para desarrollar en los espacios universitarios y en su entorno inmediato, algunas definidas como anteproyectos.

El estudio de las demandas de viaje creadas desde este nuevo polo permite no sólo evaluar uno de los generadores de movilidad obligada más importantes de la ciudad –la Universidad- y ver la eficiencia de los sistemas de transporte público existentes, sino introducir en Valladolid una perspectiva capaz de integrar urbanismo y transporte. También gravita otra idea: las rutinas cotidianas de los estudiantes y del personal universitario pueden convertirse en un indicador para la mejora del transporte y en germen del cambio de mentalidad en la ciudad, que cree las bases de un proyecto general de movilidad sostenible.

Lo destacado del proyecto, tal y como se señala en la memoria del proyecto presentada al Ministerio de Fomento, es que en España, y en particular en Valladolid, no hay una tradición consolidada de integración entre planificación urbana y planificación del transporte. Tampoco hay cultura de un estudio estructurado por tipos de demanda de transporte. De ahí, el carácter innovador del proyecto. Además, entre los efectos positivos esperados se señala que si se atienden los resultados del estudio, cabe esperar una mejora del plan local de movilidad con consecuencias inmediatas en mejora del transporte público, reducción del uso del automóvil privado- y la consecuente bajada de las emisiones y consumos energéticos-, aparcamientos, fomento del uso de la bicicletas, promoción de la peatonilidad, entre otros.

Además de lo indicado, una correcta gestión del transporte y de la movilidad en el polo universitario puede incidir en uno de los sectores más congestionados de la ciudad, en el entorno de la parte norte de la primera ronda de circunvalación.

El futuro soterramiento del trazado ferroviario -asociado al futuro del AVE en Valladolid- es relevante porque la rampa-trinchera de salida surgirá justo entre el Campus Miguel Delibes y el Parque Científico, por lo que resolver los problemas de movilidad de la universidad es analizar la movilidad urbana de la ciudad.

 
 
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