La Universidad de Lleida (UdL) ha obtenido una patente nacional, y está tramitando la internacional, para un sistema solar de concentración que produce calor, frío y electricidad, y que puede integrarse arquitectónicamente en los edificios donde se instale.
Un módulo solar de concentración que consigue producir calor, frío y electricidad y que se puede integrar arquitectónicamente, ya sea en fachadas o cubiertas de edificios, es la nueva patente obtenida por la UdL. Este sistema ha sido desarrollado por Daniel Chemisana, investigador del grupo de investigación de Agrometeorología y Energía para el Medio Ambiente de la UdL, que dirigen los profesores Manel Ibáñez, y Joan Ignasi Rosell.
Se trata de un sistema modular térmico y fotovoltaico, de concentración a 10 soles, es decir, que necesita sólo una décima parte de la superficie activa de un sistema estándar para producir la misma energía, ya sea eléctrica, en forma de calor o las dos simultáneamente. Además de la reducción de la superficie de células solares utilizadas y el abaratamiento de costes que eso supone, esta nueva tecnología permite generar frío mediante la conexión de una bomba de calor al sistema.
Rosell ha destacado integración arquitectónica que permitirán estos módulos, ya sea en cubiertas o en fachadas, reduciendo el impacto visual. Se pueden instalar directamente en tejados, sobre el cierre de bloques de hormigón y de ladrillos, formando un muro cortina en las fachadas, o como parte en las barandas|barandillas de las terrazas, "como si fuera una segunda piel del edificio". Y podrán utilizarse en edificios residenciales, empresas o granjas.
El sistema produce calor, frío y electricidad con sólo una décima parte de la superficie de un sistema estándar, con el abaratamiento de costes que eso supone. El sistema, del cual ya se ha solicitado la patente internacional, consta de una lente estacionaria y un absorbidor linial que concentra la luz solar para generar después energía. Este sistema de concentración reduce el espacio que hasta ahora se necesita con las placas tradicionales que se mueven buscando la luz del sol.
Rosell ha destacado la eficiencia global de conversión energética del módulo que podría superar el 60%. Los investigadores de la UdL prevén que un año se puede comercializar el producto si las empresas apuestan por esta tecnología.
El prototipo ha sido financiado por el CIDEM y cuenta con el apoyo|soporte del Trampolín Tecnológico de la UdL.