Extremadura incluye 25 medidas en su estrategia contra el cambio climático para reducir las emisiones a la atmósfera.

El consejero extremeño de Industria, Energía y Medio Ambiente, José Luis Navarro, ha presentado la Estrategia de Cambio Climático para Extremadura, un documento que recoge veinticinco medidas encaminadas a reducir las emisiones a la atmósfera, aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado día 20 de marzo.

El titular de la Consejería considera la Estrategia como la contribución de Extremadura a la lucha contra el cambio climático y a los compromisos de España con los acuerdos de Kioto. Además, considera que constituirá “el libro de cabecera del Gobierno regional en esta materia para lograr un desarrollo económico y social en Extremadura, equilibrado y sostenible”.

La Dirección General de Evaluación y Calidad Ambiental ha desarrollado el trabajo con la colaboración de un grupo de expertos en cambio climático y, posteriormente, lo ha sometido a participación social. En ese sentido, recoge el análisis sobre la situación socioeconómica y ambiental de la que parte Extremadura, así como los objetivos a conseguir con las medidas propuestas y bajo los principios de Sostenibilidad, Responsabilidad, Prevención, Gobernanza, Innovación y Difusión.

Para el consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente, el cambio climático es hoy uno de los principales retos ambientales a los que se enfrenta la sociedad actual, con efectos sobre la economía global, la salud y el bienestar de las personas. En su opinión, el cambio climático ha dejado de ser un asunto puramente científico porque “preocupa a los ciudadanos y es también un asunto prioritario para los gobiernos. No tenerlo en cuenta pondría en riesgo el futuro de las generaciones venideras”.

El Consejo de Gobierno ha dado luz verde a la Estrategia extremeña y la Junta de Extremadura trabajará a partir de ahora en la mitigación de las emisiones y en la adaptación a los efectos del cambio climático. En la mitigación, se prevén medidas dirigidas a la reducción de emisiones a la atmósfera que afectarán a todos los sectores contaminantes: agricultura y ganadería, transporte, comunicaciones, sector energético, construcción, urbanismo y ordenación del territorio, y gestión de los residuos.

Por otra parte, los sumideros naturales de carbono serán una pieza clave en la mitigación, por lo que se fomentarán las prácticas que promuevan la captación de carbono y la investigación orientada a la búsqueda de nuevos sumideros de CO2 distintos de las masas forestales.

En este sentido y según estudios recientes, Extremadura puede ser considerada un sumidero de carbono en su conjunto, ya que en el 97% de la superficie extremeña se produce captación neta de CO2.

En cuanto a la adaptación y de acuerdo con el Plan Nacional de Adaptación al Cambio climático, la política extremeña se basará en un Mapa de Impactos del cambio climático en Extremadura que integre todos los datos que se generen en el proceso de control de este fenómeno.

Una de las 25 medidas contempladas en la Estrategia es el fomento de las energías renovables aprovechando las condiciones climáticas y geográficas de la región. Se prevé que Extremadura llegue a generar una potencia de 865 megavatios procedentes de fuentes renovables en 2010, lo que supondría un ahorro de emisiones estimado en 710.500 toneladas de CO2 equivalentes.

Asimismo, el texto propone cambios en el transporte, con una conducción más eficiente, fomentando el transporte público y el uso de vehículos eléctricos e híbridos; una adecuada gestión de los residuos; el uso eficiente del agua y una fertilización sostenible en la agricultura, entre otras medidas.

Además, contarán con apoyo público aquellas industrias que reduzcan sus emisiones a la atmósfera, la búsqueda y difusión de tecnologías más eficientes, las instalaciones de energía renovable para autoconsumo, los planes de movilidad urbana, la realización de auditorías energéticas, la promoción del transporte público, o la sustitución de electrodomésticos de alto consumo energético por otros de mayor eficiencia energética.

Todas las políticas en materia de cambio climático serán coordinadas por un Observatorio extremeño de Cambio Climático; asimismo, se desarrollarán inventarios anuales de emisiones y sumideros de Extremadura, y planes de formación sobre el impacto del clima en todos los sectores de la sociedad extremeña.

El consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente, José Luis Navarro, considera como un objetivo fundamental de la Estrategia extremeña contra el Cambio Climático “propiciar un cambio profundo en la sociedad y en las instituciones en nuestra relación con el entorno, de manera que no tengamos que hipotecar el futuro de nuestros hijos”.

En el año 2007 las emisiones en Extremadura fueron de 1,09 toneladas equivalentes de CO2 por habitante, frente a las 4,19 toneladas emitidas en valor medio a nivel nacional. Es decir, las emisiones de CO2 per cápita en la Comunidad de Extremadura son un 74% inferiores a las del conjunto de España, de las cuales las industrias extremeñas son responsables sólo del 0,63% de las emisiones nacionales.

Medidas contra el cambio climático propuestas en la Estrategia

  1. Fomentar las energías renovables y la eficiencia energética
  2. Promover la producción y el uso de los biocarburantes
  3. Mejorar y promover el transporte pública
  4. Aplicar de forma pro-activa el Código Técnico de la Edificación
  5. Gestión de residuos sólidos urbanos
  6. Fomentar el compostaje como tratamiento de los residuos orgánicos
  7. Llevar a cabo una correcta gestión de los residuos ganaderos
  8. Incorporar prácticas agrícolas con una fertilización sostenible
  9. Fomentar la captación de carbono por los sumideros
  10. Fomentar el uso eficiente del agua
  11. Incorporar criterios que tengan en cuenta el cambo climático en la evaluación ambiental de planes y programas
  12. Incorporar criterios de cambio climático para el otorgamiento de licencias y autorizaciones administrativas
  13. Puesta en marcha de Planes de Ordenación Territorial
  14. Observatorio Extremeño de Cambio Climático
  15. Desarrollo de inventarios anuales de emisiones de GEI
  16. Desarrollar el inventario de sumideros de Extremadura
  17. Desarrollar un mapa de impactos del cambio climático en Extremadura
  18. Elaborar un Plan de acción para la adaptación al cambio climático
  19. Desarrollar acciones de formación en materia de cambio climático en todos los sectores de la sociedad Extremeña
  20. Contribuir al desarrollo y demostración de enfoques innovadores, tecnologías, métodos e instrumentos.
  21. Contribuir a consolidar el conocimiento de base del desarrollo, control y evaluación de la política y legislación ambiental
  22. Facilitar la aplicación de la política ambiental comunitaria
  23. Desarrollo de campañas de sensibilización en todos los sectores de la sociedad Extremeña
  24. Llevar a cabo acciones de reducción de emisiones en las sedes del Gobierno de Extremadura que sirvan como ejemplarizantes para los demás sectores de la sociedad Extremeña
  25. Implicar a los ciudadanos

Acuerdos internacionales

Los principales acuerdos internacionales para la lucha contra el cambio climático son el ‘Protocolo de Kioto’, que se firmó en 1997 y entró en vigor en 2005, y el ‘Paquete de Energía y Cambio Climático’ de la Unión Europea, aprobado por el Parlamento Europeo en diciembre de 2008.

El Protocolo de Kioto fijó como objetivo la reducción en un 5% de la media de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) entre 2008 y 2012, con respecto a los niveles de 1990.

La Unión Europea, como agente especialmente activo en la concreción del Protocolo, se comprometió a reducir sus emisiones en un 8%. En aplicación del “principio de reparto de la carga”, a cada país de la Comunidad se le fijó un margen diferente, en función de diversas variables económicas y medioambientales. Por ejemplo, Dinamarca (-21%), España (+15%), Portugal (+27%), etc.

El denominado Paquete de Energía y Cambio Climático fue aprobado por la Comisión Europea en enero de 2008 y, tras 11 meses de negociaciones, el Consejo y la Eurocámara lo aprobaron el pasado mes de diciembre.

Para alcanzar el objetivo de reducción del 20% (que podrá llegar hasta el 30%, en función de los acuerdos internacionales) en 2020, con respecto a los niveles de 1990, se pide un “esfuerzo compartido, con equidad entre los Estados miembros”.

Respecto a los llamados sectores difusos, no sujetos a comercio de derechos de emisión, la propuesta de decisión del Parlamento y del Consejo recoge literalmente: “Los esfuerzos de reducción deberán sustentarse en el principio de solidaridad entre Estados miembros y en la necesidad de crecimiento sostenible, teniendo en cuenta el PIB per cápita relativo de cada país”.

Para estos sectores no sujetos a comercio de derechos de emisión (transporte, edificios, servicios, agricultura y pequeñas industrias), el acuerdo fija un objetivo global para la Unión Europea de reducir las emisiones un 10% en 2020, con respecto a 2005.

Por países: Dinamarca (-20%), España (-10%), Portugal (+1%), Polonia (+14%), etc.

En cuanto a las grandes industrias y plantas energéticas, sujetas al comercio de derechos de emisión, se establece un límite de asignación comunitario, que supone una reducción del 21% en 2020 respecto a 2005.

El reparto de los derechos entre los Estados miembros tiene como factor corrector la renta per cápita. A España le corresponde por este criterio un incremento del 13% del porcentaje de derechos de emisión.

Como conclusión, Navarro ha señalado que tanto el Protocolo de Kioto en 1997, como los acuerdos del Consejo y del Parlamento Europeo en 2008, se basan en los principios de ‘reparto de la carga’ y ‘esfuerzo compartido’ o, lo que es igual, “de equidad y solidaridad”.

En ese sentido ha afirmado que “no se trata de que a un país o a una región se le permita contaminar más que a otro, sino que existe un acuerdo internacional en que no se le puede exigir el mismo esfuerzo a todos y en que se deben tener en cuenta las necesidades de crecimiento y el PIB per cápita relativo”.

“Nadie cuestiona que el Protocolo de Kioto exija a Alemania una reducción del 21% y le permita a España un incremento del 15%. La diferencia está en el PIB. Ese es el criterio que se debe aplicar a Extremadura frente a otras regiones españolas. El mismo grado de compromiso, pero diferentes objetivos”, ha añadido.

 
 
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