Ya se ha publicado en el Boletín Oficial de Castilla y León la Ley del Ruido de dicha Comunidad Autónoma, que en opinión de la Asociación Española para la Calidad Acústica – AECOR, “constituirá la legislación más avanzada en materia de contaminación acústica de España” según Ana Espinel, Directora de la Comisión de Legislación y Calidad.
Así, la normativa adaptada a la Ley del Ruido 37/2003 y sus posteriores desarrollos reglamentarios, así como al reciente Documento Básico de Protección frente al Ruido del Código Técnico de la Edificación, sitúa a la comunidad castellano-leonesa al nivel de los países europeos con más tradición en la protección del ciudadano y de la contaminación acústica del medio ambiente.
Uno de los principales aspectos de la nueva legislación es la exigencia de realizar mapas de ruido antes de junio 2012, así como adoptar los respectivos planes correctores un año después, que se aplica a los municipios de más de 20.000 habitantes, mientras que la Ley Nacional 37/2003 del Ruido únicamente se aplicaba a los municipios de más de 100.000 habitantes.
Asimismo, la nueva legislación requerirá de la elaboración de estudios de impacto acústico previo a la obtención de las licencias de nuevas actividades y construcciones con el objetivo de evaluar los niveles de ruido que producirán en el entorno o, en caso de edificios, valorar como las condiciones acústicas del entorno afectarán a los nuevos emplazamientos que sean sensibles al ruido.
Además, para controlar la calidad acústica de las nuevas viviendas, la normativa exigirá que se verifique que su aislamiento acústico cumple con las nuevas exigencias del Código Técnico de la Edificación, con la consiguiente protección para el usuario final, que venía desde hace mucho tiempo reclamando una adecuada calidad acústica en el interior de su domicilio.
En opinión de Juan Frías, gerente de AECOR, “hay que felicitar a la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León por su iniciativa, y emplazar al resto de Autonomías y Ayuntamientos españoles a tomar esta legislación como referencia a la hora de redactar sus respectivas normativas”.