ADECES (Asociación pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales) considera que es preciso que las administraciones públicas mejoren sus políticas de comunicación sobre eficiencia energética en el hogar y evalúen de forma precisa el esfuerzo inversor en los diferentes programas, reformulando, si es preciso, algunos de los programas presentes en ediciones anteriores y repetidos en 2008-2012.
Está es al menos la conclusión de ADECES después de examinar con detenimiento la evolución del Índice de Eficiencia Energética elaborado por Unión Fenosa, uno de los instrumentos más rigurosos e ilustrativos disponibles para instituciones, agentes socioeconómicos y ciudadanos.
De la evolución del citado Índice y la comparación con los programas de ayudas públicas para mejorar la eficiencia en el sector residencial del período 2008-2012 y anteriores, ADECES, extrae las siguientes consecuencias:
Revisión de la política de Comunicación
- Etiquetado energético – El 50% de la población desconoce todavía el etiquetado energético de sus electrodomésticos y, por tanto no es un parámetro de compra que tenga interiorizado. Un porcentaje excesivamente amplío si se tiene en cuenta que un electrodoméstico de la clase A consume un 35% menos que uno de clase C y un 45% menos que uno de clase D.
- Frigoríficos y lavavajillas: la falta de campañas específicas – Aunque mejora el porcentaje de frigoríficos non-frots, la cultura de los ciudadanos para conseguir un correcto mantenimiento de frigoríficos y congeladores es escasa, faltando campañas específicas que mejoren la eficiencia de sus electrodomésticos. La falta de una eficaz cultura de ahorro se traslada también al uso de los programas de media carga de los lavavajillas. Del 12% de hogares que utilizan este programa sólo un 37% lo hace cuando tienen muchos cacharros.
- Aire acondicionado: confusión de mensajes – Especialmente preocupantes resultan los datos sobre la temperatura de consigna en aire acondicionado. Así, mientras la campaña desarrollada en 2007 sobre la temperatura de la calefacción (menos de 20º C) parece haber tenido efecto en 2008 con una mejora del 23% de hogares que siguen las indicaciones; en el aire acondicionado no ocurre lo mismo ya que aumenta en más de un 30% el porcentaje de hogares que programa entre 21º C y 22º C, cuando la temperatura indicada es de 24º C o más. Parece evidente que se ha generado una confusión entre la población entre las temperaturas de consigna de aire acondicionado y calefacción.
Reformulación de programas
Según ADECES, aunque todos los planes de eficiencia energética son dignos de tomar en consideración, algunos presentan signos de agotamiento o requieren ser activados con medidas complementarias.
- Plan Renove de Electrodomésticos – A pesar de las ayudas públicas no ha impedido que en 2008 las ventas de estos aparatos se redujesen en más de 1 millón respecto al ejercicio 2007, después de que en los años precedentes el parque de aparatos eficientes (etiquetado A y B) aumentase un 14%. Con el Plan Renove la inversión necesaria para ahorrar una tonelada de CO2 es de 65 €.
- Lámparas de bajo consumo – Aunque ADECES se ha manifestado en contra de seguir promoviendo este programa mediante incentivos públicos (ayudas de 2,5 € por pack de 2 lámparas) la asociación considera que en el caso de que se continúe con el mismo debe hacerse de modo que la distribución de las lámparas no obligue a los ciudadanos a desplazamientos que incorporan costes de recogida y emisiones de CO2, con lo que la eficiencia energética se ve disminuida. Recuérdese que la distribución de lámparas se efectúa a través de las oficinas de correos en vez de en lugares de tránsito.
- Aislamiento en ventanas – El simple anuncio de las ayudas públicas que algunas Comunidades han puesto en marcha para cambiar ventanas y marcos, ha provocado un incremento moderado de la sustitución de las ventanas, pero también un efecto no deseado. El escaso porcentaje de ayudas (16% aproximadamente) en relación con los vidrios recomendados favorece que la ayuda sea sustituida por la no emisión de factura a cambio de ahorrarse los trámites de solicitud.
Finalmente es preciso reseñar que, aunque la eficiencia energética es el instrumento más eficaz (en coste y volumen) para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, ya que aportan costes netos negativos, es decir, generan ahorros, las inversiones en este ámbito están lejos de las inversiones en energías renovables.
De hecho, en 2008 la inversión en eficiencia alcanzó los 2,36 € por habitante mientras que en energías renovables ya en 2006 superaba los 60 € per capita.