Hoy, 1 de julio entrarán en vigor las nuevas tarifas eléctricas. La desinformación está siendo la tónica entre los usuarios. Por este motivo Inergetika ha decidido colgar en su web, una guía online en la que los usuarios podrán obtener respuesta a las dudas que les plantea todo este nuevo sistema tarifario y el pase al mercado libre.
Ahora bien, en el nuevo sistema se hace una clara segregación entre los contratos de más de 10kW de potencia y entre los que no llegan a la misma. En los primeros contratos, en los que entran la gran mayoría de las Pymes, comercios, restaurantes, entidades públicas, etc, los precios aplicados tendrán un claro carácter sancionador y creciente (se habla de un aumento del 5% trimestral, llegando hasta el 20% en Abril 2010) hasta que decidan negociar y pasarse al mercado libre. En el segundo grupo (en el que entran prácticamente el 100% de las viviendas), se aplicará la denominada Tarifa de Ultimo Recurso (TUR) que seguirá marcada por el estado.
Para Cabanillas “el problema está, de momento, en las empresas que de no hacer nada verán como su tarifa eléctrica se incrementará un 20% en unos meses”.
La culpa: el déficit tarifario
El gerente de Inergetika echa principalmente la culpa al déficit tarifario que no es otra cosa que las pérdidas que el estado debe asumir en el intercambio comercial relacionado. “Estamos hablando de cifras superiores ya a los 5.000 millones de euros” – afirma Iñigo. “El coste de la generación de la energía en España, debido principalmente a la escasa cantidad de materia prima con la que cuenta, es muy elevado. A esto hay que añadirle las fluctuaciones de precios que en los últimos años se han dado en estas materias primas al alza. Además, el transporte de esta energía añade un sobrecoste, que no hace más que encarecer la combinación producción + transporte de energía. Como las tarifas se daban reguladas por el estado, a este le ha sido imposible repercutir estos gastos en los precios de venta, por los fuertes incrementos que ello conllevaría a la ciudadanía. Eso es el famoso déficit tarifario”- explica Cabanillas.
“La única manera con la que el Estado puede deshacerse de semejante déficit es incitando a los consumidores hacia el mercado libre y potenciando la competitividad en el mercado, de manera que pase a ser un asunto comercial entre cliente y comercializador. El cambio que vamos a sufrir ahora, no es más que un paso más en esta andadura. Cada medio año, se publican nuevas condiciones para las tarifas reguladas en el BOE, que nos incitan a dar el paso hacia ese mercado libre. Por otra parte, hay directivas europeas que marcan que los usuarios deben contar con el derecho de selección de la compañía que quieran, dentro de un marco competitivo entre ellas y que además, estas, deben ser empresas ajenas a las distribuidoras/transportadoras de energía”.
Encarecimiento del precio
En principio, el hecho de que tengamos a nuestra disposición un mercado competitivo nos lleva a pensar que esta “pelea” entre comercializadoras nos aportará un mejor servicio y precio para el consumidor. Aunque por otra parte, contamos con experiencias similares en otros sectores, en los que al final se ha demostrado que la competitividad no ha sido tanta y que los usuarios, como poco, no hemos salido ganando. Para Cabanillas es lógico pensar que el precio final va a verse incrementado, “ya que hemos hablado que la ecuación ventas-generación-transporte sale negativa y el objeto final de cualquier empresa es el beneficio. Luego, aunque puede que sea en un proceso paulatino, el precio de venta deberá llegar a sobrepasar los costes iniciales que, por otra parte, no es probable que bajen en los próximos años”.
A nivel general, apenas podemos influir en las tarifas, como consumidores que somos. Ahora bien, en lo que si podemos influir, es en el uso que le damos a esa energía que compramos. Se trata de adoptar medidas para conseguir un verdadero ahorro energético, que suponga un recorte en el cómputo total de la factura.
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