Será la primera estación de la red de Metro con un sistema geotérmico de climatización. Esta instalación ahorrará hasta un 75% de energía y se reducirán en un 50% las emisiones de CO2.
La estación de Metro de Pacífico se convertirá en unos meses en la primera estación de la red de Metro cde Madrid capaz de generar su propia energía para la climatización de sus instalaciones gracias a un sistema de intercambio energético basado en la geotermia, que permite obtener calor y frío de la tierra. Este sistema, cuya instalación ha supuesto una inversión de 700.000 euros, permitirá ahorrar hasta un 75% de energía y reducir en un 50% las emisiones de CO2.
Este proyecto, impulsado por la Consejería de Transportes e Infraestructuras, puede marcar una tendencia en lo relativo al suministro energético de Metro de cara a su progresiva implantación en el resto de la red. En esta misma línea se inscriben otras medidas de ahorro energético implantadas por Metro, como la ralentización de las escaleras mecánicas cuando no son utilizadas para reducir su consumo, la colocación de cristaleras en los accesos de las estaciones para aprovechar la luz solar en la iluminación o la instalación de acumuladores en los trenes que permiten recuperar parte de su energía de frenada.
La energía geotérmica permite aprovechar el subsuelo como fuente inagotable de energía para generar tanto calefacción como refrigeración, ya que basa su funcionamiento en la capacidad de la tierra, a partir de una cierta profundidad, de acumular el calor procedente del sol, manteniendo una temperatura prácticamente uniforme a lo largo de todo el año.
Gracias a esta instalación, se dotará de un sistema de climatización completamente respetuoso con el medio ambiente a los andenes de la línea 1 de la estación de Pacífico, así como a los cuartos técnicos y a los locales comerciales de la estación, lo que supone una superficie total de 1.090 metros cuadrados (640 m2 en andenes y 450 m2, en locales comerciales y dependencias). Análisis del terrenoEl sistema funciona a través de un intercambiador de calor terrestre y unas bombas de calor geotérmico que ceden calor al suelo cuando funcionan como refrigeración y absorben calor del suelo mientras funcionan como calefacción.
La instalación de este sistema ha supuesto una inversión de 700.000 euros y estará lista para su puesta en marcha durante el verano. En las fases iniciales del proyecto se procedió a la realización de estudios previos de hidrogeología en la zona, para determinar la viabilidad del terreno y sus características en cuanto a temperatura, conductividad térmica media y profundidad del nivel freático.
Sobre la base de los resultados de dicho estudio, se determinó la implantación de un intercambiador de calor terrestre formado por un bucle cerrado que consiste en 32 tubos en forma de ‘U’ de polietileno de alta densidad introducidos a unos 150 metros de profundidad, ya que a esa profundidad la temperatura del suelo es de unos 15º. Por el interior de estos tubos circularía un gel especial capaz de mantener unos determinados valores térmicos. Posteriormente, una serie de bombas de calor geotérmico se conectan a este intercambiador de calor para transferir el calor o el frío extraído del subsuelo al sistema de distribución (a los sistemas de ventilación), lo que permite hacer llegar a la estación la calefacción o la refrigeración en cada caso.
Este sistema presenta una serie de ventajas respecto a los sistemas tradicionales, como el ahorro energético y la menor dependencia del suministro eléctrico de la red. Se estima que por cada kW de energía eléctrica consumida por este tipo de sistemas, se puede generar como mínimo 4kW de refrigeración o 4 kW de calefacción, mientras que con los sistemas convencionales de climatización por cada kW de potencia eléctrica se generan aproximadamente 2 kW de calefacción o refrigeración. Esto supone un ahorro energético de entre el 50 y el 75%. Menos emisiones de CO2Además, en épocas intermedias, como la primavera o el otoño, se podría realizar enfriamiento gratuito impulsando agua de circulación por los colectores con un coste energético mínimo ya que no intervendrían las máquinas térmicas de producción. Este considerable ahorro de energía permite a su vez la reducción en un 50% de las emisiones de CO2 y la reducción de la contaminación acústica, ya que no hay emisiones de ruido. Por último, este sistema tiene unos bajos costes de mantenimiento y posibilita el incremento de la vida útil de las instalaciones.
Esta actuación se enmarca dentro de la política general de Metro que busca optimizar todos sus recursos con el fin de contribuir al desarrollo sostenible de la ciudad. En este caso concreto, se trata de mejorar la eficiencia energética mediante la utilización de energías renovables medioambientalmente sostenibles, recurriendo al terreno como fuente inagotable de energía.
Metro de Madrid está llevando a cabo la remodelación de la estación de Pacifico, una importante estación de la línea 6 con conexión a la línea 1, que suma cerca de 2 millones de viajeros al mes. Los cambios que supondrán las obras se traducirán en un mayor espacio y en una mejor accesibilidad debido a la instalación de 3 ascensores y cuatro rampas mecánicas.