Myriam Sola y Ana Urbina, alumnas de 5º de Arquitectura de la Universidad de Navarra, han desarrollado un proyecto de vivienda bioclimática partiendo de una estructura convencional de invernadero multicapilla.
El proyecto forma parte de la asignatura de Proyectos, impartida por los profesores César Ruiz-Larrea y Pucho Vallejo. Los profesores plantearon a sus alumnos el reto de crear una vivienda bioclimática, situada en las proximidades del Pantano de Irabia, que debía ser fácil de montar y desmontar, y que podría cumplir las funciones de vivienda de fin de semana en un entorno natural como el de la Selva de Irati.
En la concepción del proyecto los alumnos debían tener presentes dos condicionantes más, por un lado la preocupación por el medioambiente y por otro la actual situación de crisis económica, en la que los mercados exigen productos a precios ajustados. Teniendo en cuenta estos requisitos Miriam Sola y Ana Urbina optaron por utilizar una estructura de invernadero, fácil de montar, y que complementada con sistemas de energía limpia y de gestión de residuos reunía las condiciones óptimas a un precio más ajustado que el de otro tipo de construcciones.
La empresa IMA-MSC colaboró con Miriam y Ana facilitándoles todos los datos técnicos necesarios para concebir la estructura y calcular sus costes con todo detalle. El invernadero, tal y como fue proyectado, mide 64 m2 y se divide en tres grandes zonas. En primer lugar el núcleo central de agua, que además de las instalaciones de la cocina y el baño, alberga unos armarios. En segundo lugar otra zona con un núcleo de armarios, en el que también se camuflan las camas. Y por último, una estancia abierta en forma de terraza, que tiene las características más propias de un invernadero. Gracias a la cobertura vegetal de la Selva de Irati y a los sistemas de ventilación de los invernaderos, esta vivienda es viable en los meses calurosos. Mientras que en los meses fríos permite conservar bien el calor y además puede incluir sistemas adicionales de calefacción.
La vivienda fue concebida como una estructura portátil, no sólo para reducir costes sino también para reducir al mínimo su impacto ambiental. La energía de la casa procedería de una turbina de viento, suficiente para un número reducido de electrodomésticos y para el agua caliente. Dispositivo que podría también complementarse con la instalación de placas solares. Del mismo modo, para reducir su impacto en la zona, la casa dispondría de un sistema de gestión de aguas. El agua de lluvia sería reconducida por la propia estructura para ser posteriormente reutilizada para el riego, mientras que las aguas residuales se conducirían a una fosa séptica, desde la que podrían verterse, previa depuración, en el cercano pantano de Irabia.
Sin duda, una de las mayores curiosidades de este proyecto es la reinvención de una estructura inicialmente concebida para el uso agrícola, en una vivienda de recreo. Y a pesar de su ingeniosa aplicación, la estructura en sí no dista mucho, ni en su concepción, ni en sus materiales, de lo que sería un invernadero convencional. La estructura se compone fundamentalmente de un entramado de acero y una cubierta de policarbonato, y es complementada por un sistema interior de rieles, que permite la utilización de pantallas de sombreo a modo de protección contra los rayos del sol, o para salvaguardar la intimidad del espacio interior de la vivienda. De este modo una estructura auxiliar habitual en los invernaderos agrícolas, cumple también aquí una función esencial.
La colaboración de IMA-MSC en este proyecto ha sido un ejercicio muy enriquecedor del que la firma espera poder sacar ideas para crear algún producto competitivo en un futuro cercano. La versatilidad de las estructuras de IMA-MSC es un factor con el que los técnicos de la empresa siempre cuentan a la hora de desarrollar nuevos productos, y a partir de ahora el campo de las viviendas portátiles y de bajo coste es un mercado a explorar.