El informe "Potenciales de Mejora Medioambiental de los Edificios Residenciales (IMPRO-Building)" recoge el enfoque, resultados y conclusiones derivadas del proyecto IMPRO-Building, cuyo objetivo es el análisis de los potenciales de mejora ambiental de los edificios residenciales. Realizado por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, establece que, de aplicarse las medidas estudiadas en el informe en los edificios analizados, sus emisiones de gases de efecto invernadero podrían reducirse entre el 30 % y el 50 % durante los próximos 40 años.
Esta guía, que Ihobe acaba de publicar en castellano, destaca que en cuanto a su comportamiento ambiental la situación actual del volumen de los edificios de vivienda en Europa está "lejos de alcanzar los estándares de reducción de energía", a la vez que establece que existe "un gran potencial de mejora".En este sentido, insta a los agentes implicados a llevar a cabo una promoción activa y acciones significativas con el objetivo de aprovechar las oportunidades medioambientales apuntadas en el informe.
El texto, que sienta las bases de los debates y los pasos que se pueden dar en esa dirección, valora y compara los impactos ambientales del ciclo de vida de los tipos de edificios utilizados como viviendas (tanto los nuevos como las ya existentes en la UE-25), reconoce las principales opciones de mejora ambiental y realiza una evaluación de la viabilidad y de los impactos socioeconómicos de las opciones de mejora identificadas.
Metodología y análisis
El estudio se estructura en ocho capítulos, entre los que se abordan cuestiones como la metodología empleada para evaluar los impactos ambientales en los edificios, una visión general de los inmuebles residenciales en la UE-25, la información relevante sobre la metodología para el análisis del ciclo de vida y sus resultados y la identificación de los puntos medioambientales conflictivos.
Asimismo se describen las opciones de mejora para aumentar el rendimiento ambiental tanto de los edificios nuevos como de los ya existentes y se calculan los potenciales de mejora para las medidas identificadas, tanto a nivel de edificios como europeo, así como la rentabilidad de las opciones de mejora.
Los edificios analizados se clasifican en 72 categorías, 19 de ellas correspondientes a edificios de nueva edificación. Los modelos se sometieron a un análisis de ciclo de vida, en el que se calculó, en particular, la demanda energética final de calefacción. Respecto a las oportunidades de mejora identificadas en los edificios nuevos la cuantificación de los beneficios ambientales se limita a las oportunidades que reducen los impactos de la fase de construcción cambiando la composición de los edificios; mientras que en el caso de los ya existentes las medidas se corresponden con el papel dominante de la fase de uso.