En un país como España, con una dependencia energética del 83%, la quema de residuos representa una pérdida de oportunidad de reducción de la dependencia energética y de creación de puestos de trabajo que no nos podemos permitir. Además, según SVEBIO, la Asociación Sueca de la Bioenergía, se crean 400 puestos de trabajo, directos e indirectos, por cada TWh producido en el cambio de gasóleo y/o gas natural a biomasa. Y mientras en España, la industria tradicional de la madera está a punto de desaparecer.
Estas son las afirmaciones de Emilio López Carmona, Consejero Delegado de Gestamp, y de Gustav Melin, presidente de SVEBIO. Según datos del IDAE hay en España 53 millones de toneladas de biomasa disponibles. Actualmente se están utilizando 5 millones de toneladas al año. De utilizarse 10 millones de toneladas de biomasa para uso energético, se crearían aproximadamente 10.000 puestos de trabajo, lo que suponen 1.000 millones de €/año de ahorro energético, según Ignacio Mazicior de la empresa Foresa.
Estados Unidos versus España
Los precios de la madera de industria han bajado en la mayor parte de los mercados mundiales, incluyendo Europa, América del Norte y Japón. La debilidad de los mercados de la madera han empujado los precios de la madera en rollo a precios de hace 5 años (2004). Las bajadas de precio han sido del 50% al 25%, este último en los casos de Alemania y Austria, según datos de Wood Resource Quartely.
“En Estados Unidos se están cerrando plantas de tablero y de pasta de papel. La recesión ha paralizado el consumo de estos productos, y en su lugar se están construyendo plantas de cogeneración”, afirma Emilio López. Mientras que en EEUU la bioenergía está creciendo rápidamente, en España el crecimiento es muy tímido. Según Emilio López, “en España no existe un equilibrio razonable entre el riesgo de la inversión y el retorno de la inversión en el sector eléctrico”. Estas plantas son proyectos muy intensivos en capital que a menudo necesitan la participación de 3 ó 4 bancos. Según Emilio López el mercado de la electricidad con biomasa en España aún no ha despegado porque “hacen falta políticas encaminadas a reducir el riesgo crediticio para que los bancos entren a financiar la bioenergía sin reticencias”.
Eléctrico versus térmico
El uso térmico aporta más valor que el eléctrico a la cadena de la biomasa. El problema es que consume menos biomasa. “Es difícil crear una red de empresas suministradoras que sean competitivas con pequeños consumos. Lo ideal es generar en torno a una planta un consumo de al menos 50.000 t/año para que la empresa suministradora pueda invertir en tecnología que disminuya los costes del suministro y entonces se pueda dirigir también al uso térmico”, afirma Emilio López desde que habla desde el punto de vista del inversor.
Por su parte, AEBIOM, La Asociación Europea de la Biomasa, calcula que las calefacciones con calderas de biomasa se multiplicarán por 10 en toda la UE y se espera que haya un fuerte crecimiento del district heating, sobretodo en los países del Este. “Desde AEBIOM ecomendamos la inversión en la construcción de plantas mixtas de producción de energía térmica y eléctrica (CHP). En estas plantas es donde se produce mayor eficiencia, pues aprovecha el calor de la planta para ACS y calefacción”, afirma Heinz Kopetz, Presidente de AEBIOM. Esta situación de CHP es la ideal, pero hay que tener en cuenta el individualismo español en un país en el que la mayor parte de las calderas está en la cocina de casa.
Propietarios y rematantes versus Tablero
“La biomasa inyecta dinero en nuestros montes”, afirma Fernando Molina, Presidente de COSE, la Confederación de Propietarios Forestales de España. Y continúa: “hay biomasa para los diferentes usos, aunque la Administración Pública no hace todo lo que tiene que hacer para el desarrollo de la bioenergía”. Miguel Ángel Duralde, Presidente de ASEMFO, la Asociación Nacional de Empresas Forestales, afirma que “no entiende cómo se puede aceptar que se traigan combustibles fósiles de la otra punta del planeta y no se utilice la energía que tenemos a la puerta de casa”. Reginal García, de la empresa GUIFOR piensa que la empresa de aprovechamiento forestal en España está a abocada a la desaparición, y comenta: “ahora el rematante forestal es más pobre que hace 20 años. El uso energético de la biomasa es la supervivencia del sector.”. Y en referencia al lobby del tablero dice: “El mercado en todo caso, es el que tiene que decidir a dónde va la biomasa”
Todas estas cuestiones se desvelarán con ejemplos prácticos y datos económicos en el IV Congreso Internacional de la Bioenergía, organizado por AVEBIOM, la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa. Al Congreso vendrán expertos de todo el mundo, que en 50 clases magistrales aportarán soluciones e ideas innovadoras en los ámbitos térmico, eléctrico y transporte en el sector de la biomasa. Se celebrará del 20 al 23 de octubre coincidiendo con Expobioenergía09 en Valladolid.