El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido dar un paso más en el fomento de las energías renovables a través de la aplicación, de forma inicial en el 2010, de una nueva ordenanza que regule la instalación de centrales solares fotovoltaicas en edificios públicos o privados de la ciudad. Esta iniciativa prevé también que los propietarios del edificio destinen la energía producida a consumo interno o la integren en la red eléctrica convencional.
Con el fin de continuar con el fomento del uso de las energías renovables en la ciudad, el Ayuntamiento aplicará una nueva ordenanza que regule la instalación de centrales solares fotovoltaicas en las nuevas construcciones.
Esta iniciativa, que se prevé aprobar inicialmente en el 2010, afectará a edificios públicos y privados de nueva edificación o a rehabilitaciones integrales -que afecten a más del 80% de la superficie útil- que destinen más de un 80% de su suelo a usos comerciales, de alojamiento o servicio abierto al público de más de 3.000 metros cuadrados, así como almacenes de más de 5.000 metros cuadrados y edificios destinados a usos sociales como centros cívicos o casales.
Energía para consumo interno o para la red eléctrica
La ordenanza contempla también que las instalaciones de las placas puedan hacerse aprovechando las cubiertas y fachadas de los edificios y en otras superficies con elementos integrados en la construcción.
Además, el propietario del inmueble donde se instalen las placas podrá hacer uso de la energía generada para el propio consumo interno del edificio o bien destinar la potencia generada a la red eléctrica convencional.
Esta ordenanza, que se tramitará en el marco de la modificación de la ordenanza de Medio Ambiente, ha contado con un amplio consenso de la Mesa Solar donde están implicados todos los agentes sociales de la ciudad que trabajan por esta energía renovable.