El desarrollo de la primera edición del Congreso Internacional de Arquitectura Sostenible, celebrado en la Feria de Valladolid durante los días 12 y 13 de noviembre pasados, ha sido calificado de éxito por quienes han participado en alguna de las actividades que conformaban el programa de este encuentro.
El número de congresistas superó, finalmente, los 300 y entre ellos figuran arquitectos de prestigio internacional que abordaron en sus intervenciones cuestiones de trascendental importancia en el ámbito de la sostenibilidad. En Valladolid se dieron cita arquitectos de Argentina, Alemania, Gran Bretaña, Bélgica, Chile, Colombia, Ecuador, Venezuela, Francia, Dinamarca, Guatemala, México, Perú, Portugal y Japón, entre otros.
La organización del congreso corrió a cargo de la Feria de Valladolid en colaboración con la Junta de Castilla y León, a través de las Consejerías de Fomento y Medio Ambiente, y los dos Colegios Oficiales de Arquitectos de la región.
En la clausura de este encuentro, el director de Relaciones Institucionales de la Feria de Valladolid, Juan Useros, tras agradecer a los participantes su presencia, anunció que “seguiremos trabajando en la línea iniciada con este Congreso, mejorando aquellos aspectos que sean necesarios, para conseguir que la segunda edición sea aún mejor”.
Como objetivo general del congreso se había planteado la reflexión y propuesta de modelos urbanos y arquitectónicos sostenibles de mínima huella ecológica, de tal forma que permitan alcanzar la sostenibilidad de la edificación en el siglo XXI, mediante la formulación de propuestas de ciudad y edificios de cero emisiones de CO2, en una primera fase, y de cero impacto ambiental como objetivo irrenunciable para el futuro.
Diecinueve ponentes internacionales intervinieron en las sesiones plenarias y bloques temáticos en los que se estructuró el contenido del encuentro, mostrando las distintas facetas relacionadas con la arquitectura sostenible. El número de ponencias recibidas rondó el centenar, entre comunicaciones orales y escritas.
Importantes empresas dedicadas a la fabricación de materiales utilizados en arquitectura sostenible patrocinaron esta primera edición del congreso, en la que también colaboraron instituciones como la Fundación Laboral de la Construcción, el Instituto de la Construcción de Castilla y León, la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valladolid, los ya citados colegios profesionales de arquitectos y el colectivo Arquitectos por la Sostenibilidad (AxS).
Las compañías patrocinadoras fueron Actiu, Ascensores Zener, Rockwool, Junkers, Isover y Knauf Insolation. Además, otras 17 empresas asistieron como expositores en este Congreso de Arquitectura Sostenible.
El arquitecto japonés Shigeru Ban pronunció la conferencia inaugural, en la que habló sobre “Proyectos y actividades humanitarias”. A lo largo de su carrera profesional Shigeru Ban ha desarrollado proyectos como las viviendas de papel que construyó en la ciudad japonesa de Kobe tras el terremoto de 1995 que destruyó la ciudad, el templo de Takatori o el pabellón japonés en la Expo 2000 de Hannover, en el que se utilizaron materiales que permitieron reciclar el edificio una vez finalizada la exposición (madera, cartón, papel, etc.).
A continuación intervino Niclas Svenningsen, responsable del programa “Naciones Unidas Sostenible – SUN” (PNUMA), en concreto sobre la “Iniciativa de edificios y construcción sostenible”. SUN es un proyecto puesto en marcha para “transformar todo el sistema de Naciones Unidas hacia la neutralidad climática en los próximos años”.
El director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, Salvador Rueda, centró su conferencia en torno a los “Instrumentos de intervención ecológica en la ciudad”. Rueda, nacido en Lleida en 1953, es licenciado en Ciencias Biológicas y en Psicología, diplomado en Ingeniería Ambiental y en Ingeniería Energética y autor de artículos científico-técnicos y de divulgación sobre medio ambiente urbano.
CONCLUSIONES
No hay tiempo que perder. La sostenibilidad nos atañe a todos desde nuestro compromiso social y hacia ella debemos converger. Es urgente un cambio de criterios con el fin de hacer posible lo necesario. La reflexión común de todos los ponentes del congreso nos orienta en esta dirección. Desde Shigeru Ban, cuya arquitectura ligera, limpia y bella responde a las demandas sociales, privilegiadas y no privilegiadas, a las ponencias espontáneas, y la sugerencia tecnológica de Ruiz-Gelí, todas las intervenciones han apuntado hacia la sostenibilidad como parte del nuevo paradigma de la vida del ser humano.
Fernando Prats, bajo el pronóstico de que los próximos 10 años serán determinantes, aportó una consigna ambiciosa y completa: Queremos vivir bien sin limitar los bienes de la biosfera. Para ello, es obvio que los problemas sobre sostenibilidad no se pueden solucionar con la misma lógica que se crearon, por lo que es preciso el cambio hacia un nuevo paradigma. Juan María González, de la fundación Al Gore, abundó en este mensaje positivo para entender la sostenibilidad como una oportunidad para avanzar, para crear una situación mejor para todos, que puede ser alcanzable e incluso oportuna para el desarrollo de nuevos negocios, como ya lo han sido otros objetivos que parecieron inciertos en su momento.
Este cambio de reglas afecta a las distintas disciplinas de nuestra forma de vida y, desde luego, a la arquitectura. La innovación, desde su posición de anticipación, ha pasado a cuestionarse las reglas que empiezan a no ser funcionales: la palabra sostenibilidad necesita de estudio claro, diáfano, que distinga y que haga concretas muchas ideas que ahora están dispersas y cualquier iniciativa que la use debería explicitar los términos que lo justifican. Niclas Svenningsen, desde las Naciones Unidas propone una métrica de la sostenibilidad. Nos recordó que la respuesta al aviso científico sobre el cambio climático compete a los ciudadanos y a la administración: ésta debe proponer incentivos fiscales para mostrar una implicación real. Nuevamente se recuerda el dato de que el 40% de los impactos ambientales son debidos a la construcción.
Salvador Rueda propone la lógica de la sostenibilidad como un cambio de estrategia, en la que debemos imitar a la naturaleza con una arquitectura del conocimiento. Hemos de parametrizar, usar indicadores que nos garanticen que la relación entre demanda de recursos y adopción de soluciones sea, al menos, equivalente para conseguir un buen balance sin perjuicio del medio ambiente. Este rigor en el estudio arquitectónico desde el apoyo técnico del conocimiento, es también adoptado por César Ruiz-Larrea, aplicándolo a la industrialización de las soluciones, con objeto de abaratar costes y conseguir edificios vivos.
No hay posibilidad de solución para el territorio sin la adopción de una estrategia de transición hacia un nuevo modelo económico y social, que implique disciplinas diversas; modificando el concepto y uso de la ciudad que están en el origen de los graves problemas con que nos enfrentamos. Lucien Kroll aportó su conocimiento y práctica en la promoción de la participación de los usuarios en los procesos arquitectónicos y urbanos como paso imprescindible para afrontar estos problemas, Ekhart Hahn participó de la idea del necesario entendimiento de la ecología aplicada a la práctica y como esta práctica y mediante la constitución de unidades de gestión a escala de barrio puede modificarse el metabolismo de las ciudades. En la idea de Manuel Saravia la ciudad ha de entenderse de forma completa y colectiva, y no se puede aceptar una situación en la que la sostenibilidad se utiliza como emblema pero en la que las decisiones estratégicas, políticas y de inversión se realizan con una lógica en la que la movilidad, la seguridad, la salud, y los derechos humanos de los ciudadanos son relegados.
El entendimiento entre urbanismo y arquitectura, exige coordinación entre construcción, espacio urbano y movilidad, con objetivos de eficiencia y excelencia. En este entorno, la rehabilitación en términos de sostenibilidad del activo existente de nuestras ciudades, nuestros barrios, nuestros edificios deviene una parte importantísima. No se precisan viviendas nuevas, sino una rehabilitación integral y energética, que las normativas actuales no favorecen. Pablo Lazo hace un requerimiento a la Arquitectura multidisciplinar, completa, que analice antes de la actuación las consecuencias de la propuesta. Hay mucho por hacer, y la técnica y el estudio permitirán ahondar en el conocimiento.
Tanto Susanne Theumer, que desarrolló cómo con el análisis de soluciones sencillas se puede llegar a la construcción de viviendas pasivas y con alto rendimiento energético, como Carlos Expósito, sobre la evaluación de soluciones arquitectónicas bioclimáticas y tecnológicas energéticamente eficientes, expusieron las posibilidades de la tecnología y el diseño coordinados para obtener las mejores soluciones. El camino hacia una arquitectura comprometida con el medio exige más medios y más conocimiento en el estudio de materiales y sistemas que permitan discernir y seleccionar lo óptimo: debemos evitar que el concepto de sostenibilidad se convierta en la obligada consigna publicitaria, deshaciendo la estética del tópico con la experiencia y el conocimiento rigurosos.
Finalmente, tal como señala Fernando Prats, ya que tenemos el conocimiento y el convencimiento, todos, el colectivo de la población, y no solo los arquitectos, debemos tener el coraje para actuar con coherencia. No hay tiempo que perder.
Gracias a todos los participantes.
Documento elaborado por AxS, Agrupación de Arquitectos por la Sostenibilidad del COACYLE.