De las naciones que conforman el G20, sólo algunas conseguirán ajustarse a los límites máximos previstos de emisiones de CO2 para el periodo 2000-2050, según un informe realizado por los economistas y expertos en cambio climático de PricewaterhouseCoopers(PwC). El estudio analiza los niveles de intensidad de emisiones de CO2 del G20 entre 2000 y 2008 y el camino que queda por recorrer hasta 2050, subrayando la importancia de lograr un ambicioso acuerdo en Copenhague.
El estudio de PwC afirma que si queremos limitar el aumento de la temperatura mundial a 2ºC hasta el 2050, sin sacrificar el crecimiento económico a largo plazo, el máximo global de emisiones que podemos emitir será de 1.300 GtCO2 (Gigatoneladas de CO2) para el periodo 2000- 2050.
Si seguimos con los actuales niveles de incremento de emisiones de CO2, el mundo habrá superado en 2034 el tope global estimado de emisiones para la primera mitad de este siglo, 16 años antes de lo previsto. Este escenario podría provocar unas concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera superior a los 1.000 ppm (partes por millón) de CO2e (frente a los 450ppm recomendados) a finales de siglo, con consecuencias para el sistema climático y la economía global.
Para realizar este análisis, PwC he elaborado dos índices. El primero de ellos, -denominado Low Carbon Achievement Index-, mide los progresos realizados por los países en la reducción de la intensidad de carbono de sus economías , expresado como desviación en la reducción de la intensidad de emisiones de CO2 (cantidad de CO2 emitida por unidad de PIB) entre 2000-2008 en relación a los límites máximos estimados para este periodo. Y, el segundo -Low Carbon Challenge Index-, analiza el esfuerzo que deberá realizar el mundo para estar en la senda de una economía baja en carbono en 2020 y continuar por esta vía hasta 2050.
De la lectura del Low Carbon Achievement Index se desprende que:
- Casi una quinta parte del límite máximo de emisiones de CO2 globales previsto para la primera mitad de este siglo se ha consumido en los últimos ocho años
- El mundo debería haber reducido en un 2% anual la intensidad de las emisiones para el periodo 2000-2008 para ajustarse a los límites máximos previstos de emisiones en este periodo.
- Como resultado, la diferencia de emisiones de CO2 acumulada a nivel global en 2000-8 se estima en torno a 13 GtC02 (Gigatoneladas de CO2), casi el equivalente a las emisiones anuales de China y Estados Unidos juntos en el 2008.
- La intensidad de las emisiones globales de CO2 en 2008 superan en casi un 10% las previsiones asumidas para ese año
- La UE, que ha reafirmado su posición de liderazgo en la agenda del cambio climático, ya ha sobrepasado las previsiones de emisiones de CO2 para 2008 en un 7%, aunque ha reducido la intensidad de emisiones en un 1,8% anual en 2000-08 frente al 2,6% fijado en 2000.
- Sólo Rusia ha conseguido reducir su intensidad energética desde el 2000 en un mayor porcentaje de lo previsto gracias a las rápidas mejoras en eficiencia energética durante este periodo, aunque con un punto de partida relativamente bajo.
Para recuperar el terreno perdido desde el 2000, el estudio ha estimado la distancia a recorrer por cada una de las naciones del G20 frente a los límites de CO2 previstos para 2000-2050. Este análisis pone énfasis en el papel clave de China, Estados Unidos, la UE e India en cualquier acuerdo global de cambio climático. Juntas, estas ‘4 Grandes’ economías representan en torno al 63% de las emisiones globales acumuladas previstas para 2000-50, subrayando el papel fundamental de estas economías para lograr un acuerdo global en Copenhague.
De la lectura del Low Carbon Challenge Index se establece que:
- Para recuperar la trayectoria establecida, con el año base 2000, para una economía baja en carbono, el mundo necesita reducir los niveles de intensidad de emisiones en torno a un 3,5% anual para el 2020, o un 35% acumulado entre 2008- 2020, y en torno a un 85% en total entre 2008- 2050.
- Debido al efecto acumulado de cualquier déficit, si los políticos fijan objetivos provisionales más bajos que éste para 2020, habrá que lograr unas reducciones mucho más ambiciosas a partir de 2020 hasta 2050 con el peligro de un gran coste económico en comparación con una vía de transición más suave.
- Los índices de reducción requeridos en 2000-20 son cuatro veces más rápidos que el índice real de intensidad de emisiones de CO2 logrado globalmente desde el año 2000
- Aunque la vía para una economía baja en carbono establecida por China para reducir su intensidad de emisiones asume retos similares a los de Estados Unidos y la UE, las emisiones agregadas de este país continuarán creciendo hasta 2025 en línea con su rápido proceso de industrialización.
- Se prevé que las emisiones per cápita de China continúen aumentando durante los próximos años hasta unas 6 tCO2 (toneladas de CO2) en 2020, pero tendrán que reducirse en 2050. Esta cifra es inferior a las 9tCO2 (toneladas de CO2) per cápita en Reino Unido o a las 8tCO2 per capita actuales en España. España deberá reducir las emisiones per capita a 6,8t para el 2020 y a 2,6tCO2 para el 2050.
- India, que tiene aún por delante un largo recorrido en su proceso de industrialización, cuenta con un objetivo de reducción de la intensidad de emisiones más bajo, de más del 75% hasta 2050. India es uno de los pocos países donde las emisiones per cápita en el 2050 serán más altas que en la actualidad, pero sólo por un estrecho margen y frente al telón de fondo de una economía en rápido crecimiento
Se estima que el PIB en España duplicará los niveles actuales para el 2050, mientras que las emisones de CO2 deberán reducirse al menos a un tercera parte de las actuales. Aunque España representa aproximadamente sólo un 1% de la emisiones globales, sin embargo su papel en la reducción de emisiones, como parte de la UE, será fundamental.
PwC ha calculado un limite de intensidad de emisiones para el periodo 2000-2008 para España, de cuyo objetivo nos hemos desviado un 2,3% en este periodo. Como resultado, deberemos reducir nuestra intensidad de carbono en un 83% para el año 2050.
Mari Luz Castilla, directora de Sostenibilidad y Cambio Climático de PricewaterhouseCoopers, considera que “para ser una economía baja en carbono, las grandes economías deberán pasar a la acción y poner en marcha políticas firmes que incentiven las inversiones en tecnologías de eficiencia energética y reducción de emisiones. Entre los puntos clave del acuerdo de Copenhague destaca el reto de fijar objetivos para 2020 y años posteriores y tomar medidas para establecer un precio global del CO2. Cualquier retraso o falta de acción hará aún más difícil evitar el fenómeno del cambio climático.”