El edificio de la Escuela infantil de Delicias en Zaragoza se ha construido con criterios bioclimáticos aunando sostenibilidad y confort.

La escuela Infantil de Delicias ( 0 a 3 años), constituye ya una referencia arquitectónica y un elemento dinamizador en el sur del barrio, tras los trabajos de construcción que se realizaron en 2009 con la inversión de los fondos FEIL. Urbanismo, que ha coordinado la ejecución de este equipamiento, orientado a resolver las necesidades de escolarización de los más pequeños, ha cedido ya esta obra al Patronato de Educación y Bibliotecas para que pueda organizar su posterior gestión.

La nueva escuela infantil se adjudicó a la empresa Bruesa por un importe de 2,1 millones de euros y con el compromiso de acometer esta intervención en un plazo de siete meses (entre mayo y diciembre del año pasado), que se ha cumplido escrupulosamente. La dirección de obra ha estado a cargo del arquitecto Javier Unceta, del arquitecto técnico José Ramón Diago y de la ingeniera Pilar Peco.

Cuidada orientación

La escuela se localiza en la calle Asturias, en una parcela dotacional de 2.400 m2, en una zona donde predomina el uso residencial y los edificios de altura.

La escuela infantil se concibe como un elemento urbanizador que busca la excelencia medioambiental, ya que desde los servicios de Arquitectura se considera que una construcción que genera confort no debe hacerlo al margen de la sostenibilidad. De hecho, en su construcción se utilizan mecanismos de arquitectura bioclimática, como fachada ventilada, construcciones sin puentes térmicos, acumuladores solares en la cubierta para calefacción y agua caliente sanitaria, carpinterías de aluminio con rotura de puente térmico, control de soleamiento, entre otros elementos. También se ha cuidado la orientación, de manera que los grandes ventanales se localizan en la zona sur, igual que los voladizos, a modo de porche, que tratan de evitar en lo posible la radiación solar en verano, consiguiendo sombra en las horas de mayor incidencia solar. En la fachada norte, en cambio, los huecos son reducidos para evitar pérdidas de calor.

Jardín interior

La nueva escuela, con capacidad para 70 alumnos, se ha diseñado como un bloque compacto de ladrillo blanco y aluminio lacado, con una sola planta en forma de "L", al entender que es el sistema que evita de manera más clara la pérdida de energía. En total, la superficie construida alcanza los 1.211 m2, además de disponer de 827 m2 de jardín, concebido para un notable uso por parte de los escolares, que les permitirá disfrutar del aire libre y del jardín de manera continua y con seguridad. El edificio también cuenta con 349 m2 de zona de aparcamientos.

La distribución del edificio responde a criterios de máxima funcionalidad, donde los espacios dirigidos a los niños son zonas de gran confort y perfectamente adaptadas a su edad y condición. De hecho, todas las aulas (orientación sureste) además de la sala de usos múltiples ( orientación suroeste) se abren al jardín con grandes ventanas, que van desde el techo hasta el suelo, y hacen de la zona verde una prolongación natural de la clase.

La escuela está organizada por zonas de edad, de manera que cada una es independiente de las otras para garantizar la intimidad, el confort y el buen funcionamiento, ya que los distintos tramos de edad de los alumnos de preescolar suponen necesidades bien diferenciadas. Así, a cada sector (4 a 12 meses; 12 a 24 meses y 24 a 36 meses) se accede por un vestíbulo, que tiene entrada desde el pasillo. Cada uno de ellos dispone de las aulas, los aseos- servicios (compartidos cada dos aulas) y los dormitorios correspondientes. Éstos se sitúan en el interior del edificio, protegidos del ruido de la calle, con iluminación natural tamizada con celosías, ventilados y distribuidos de manera que den cobertura a dos aulas con niños de la misma edad. De esta manera, estas estancias se han convertido en la zona más tranquila y resguardada del edificio. Además, tanto los dormitorios como los aseos cuentan con ventanas interiores para el control visual por parte de los monitores.

Seguridad

Las aulas tienen colores fuertes y alegres en los suelos y las paredes, que diferencian también los tramos de edad en los que se organiza la escuela. Se utiliza el linóleo para los interiores y el caucho para los accesos al jardín. También se dispone de estudiadas dotaciones en cuanto a la iluminación artificial, a los armarios y a las puertas, que disponen de un diseño de seguridad, de manera que los pequeños no pueden dejar atrapados los dedos ni en el canto del cierre ni en las bisagras. Además, el picaporte no se encuentra a su altura. La seguridad también está presente en las formas de las cunas y de las camas de los pequeños, ya que se ha prescindido de herrajes y otros elementos que pudieran entrañar un riesgo por pequeño que fuera. En general en todos los materiales que se han empleado en este centro ha primado la idea de un correcto mantenimiento y de fácil limpieza.

Los espacios restantes del edificio se localizan en el brazo opuesto (el de menor longitud) de la "L". Es la zona reservada para la administración, la cocina, la lavandería, el vestuario del personal, con una estética más seria y uniforme en los acabados.

 
 
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