Greenpeace pide al Gobierno que el nuevo plan de renovables de ejemplo al resto de Europa.

Ante la celebración en Pamplona del Seminario europeo, organizado por la Presidencia Española de la Unión Europea (UE), para analizar las propuestas de planes de acción nacionales de energías renovables (1), Greenpeace exige muestras de liderazgo al Gobierno español, para lo que debe presentar un plan con objetivos más ambiciosos de los que manda la Directiva europea de energías renovables.

Según la Directiva 2009/28/CE relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables, todos los estados miembros de la UE deben alcanzar un objetivo mínimo obligatorio de contribución de las renovables a la demanda final de energía en 2020, de forma que el total de la UE represente un 20%. Para España, el objetivo mínimo obligatorio es también del 20%. Además, la Directiva obliga a presentar antes del fin de junio de 2010 un Plan de Acción Nacional, en el que se especifique de qué manera va a alcanzarse el objetivo obligatorio, incluyendo objetivos sectoriales, objetivos intermedios y medidas para eliminar las barreras existentes.

Greenpeace considera que, para establecer los objetivos nacionales para 2020, es necesario definir el objetivo último de largo plazo, que no puede ser otro que un 100% renovable, cuya viabilidad técnica y económica ya ha sido demostrada por la organización ecologista. Según Greenpeace, el debate ya no es sobre qué porcentaje de energía renovable se quiere alcanzar sino en qué plazo se quiere alcanzar el 100% renovable y, a partir de ahí, definir el objetivo para 2020, que sin duda puede y debe ser más ambicioso que los hasta ahora planteados por el Gobierno.

Como mínimo, el Plan de Acción Nacional de energías renovables debe garantizar que al menos un 50% de la electricidad que se consuma en España en 2020 proceda de fuentes renovables. Los objetivos de electricidad renovable deberán aumentarse, a su vez, en función del grado de electrificación del transporte con la introducción del vehículo eléctrico.

"El plan de renovables no debe quedarse en el objetivo para 2020, sino que debe marcar la estrategia y los plazos para alcanzar un 100% renovable, que es la única solución viable que permitiría evitar a tiempo un cambio climático catastrófico y situar a España como líder mundial de la revolución energética", ha declarado José Luis García Ortega, responsable de la campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace. "Lo que importa no es tanto el reparto de los objetivos por tecnologías, sino asegurar que entre todas las renovables se sustituyan lo más rápido posible las energías sucias".

Greenpeace denuncia que el Gobierno español está dando la vuelta a los objetivos mínimos de renovables, transformándolos en límites máximos, a través del nuevo sistema de cupos, que limitan la cantidad de energía renovable que puede instalarse cada año para acogerse al sistema de incentivos económicos. Este sistema va en la dirección contraria a las obligaciones marcadas por la Directiva, ya que no sólo dificulta enormemente el logro de los objetivos sino que, de hecho, supone añadir una nueva y gran barrera.

También es una señal preocupante, según Greenpeace, que la propuesta del Gobierno de un mix eléctrico con un 43% de renovables (que ya había sido adelantada a la Comisión Europea en diciembre como parte de las obligaciones establecidas por la Directiva) no forme parte finalmente del llamado "Pacto de Zurbano", sino que la decisión quede relegada a las conclusiones que alcance la "Subcomisión de análisis de la estrategia energética española para los próximos 25 años" del Congreso. Greenpeace ya propuso, en su comparecencia ante dicha Subcomisión, una estrategia energética con varios pasos:

  1. Adoptar la decisión política de fijar un objetivo de suministrar con fuentes renovables el 100% de la energía que se consuma en España, para no más tarde de 2050.
  2. Realizar los pertinentes análisis técnicos (como los que ya ha avanzado Greenpeace) para evaluar la combinación óptima de cada tecnología renovable que será necesaria, así como las infraestructuras óptimas para el transporte, distribución y gestión de la demanda de energía. Sobre esos análisis debe descansar la planificación energética.
  3. Un marco legal específico para hacer realidad esa nueva estrategia. La medida fundamental sería una Ley de Energías Renovables, que debe dar estabilidad al sistema de apoyo basado en primas decrecientes con el tiempo (sin cupos ni discontinuidades), eliminar las barreras que persisten, garantizar el acceso y conexión a las redes y proporcionar una información clara y accesible para todos.

Nota: (1) Entre el 15 y el 16 de abril se celebra en Pamplona el seminario europeo titulado: "Planes de Acción Nacionales: el reto de las energías renovables en el cumplimiento de los objetivos de la UE para 2020". La semana concluye con otro evento directamente relacionado, los días 16 y 17: la 10ª Reunión Interparlamentaria sobre Energías Renovables, organizada por Eufores en Madrid.

 
 
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