Las empresas extremeñas comienzan a creer en la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) como una inversión estratégica que les permita diferenciarse en términos no sólo de rentabilidad económica, sino también en criterios relacionados con la cooperación al desarrollo, la cercanía con los problemas que afectan a la sociedad o la sostenibilidad medioambiental.
El gobierno regional quiere que el incipiente escenario de la comunidad autónoma en esta materia cambie a un ritmo mayor del actual, y de hecho estima que Extremadura pueda contar a partir de este verano con una Ley de Responsabilidad Social Empresarial, la cual “posibilitará otra manera de gestionar una empresa”, según ha anunciado el director general de Trabajo del gobierno autonómico, durante la inauguración de un curso de verano organizado por la UEx que está analizando este tema.
Para Juan Manuel Fortuna, la ética y los negocios deben ir de la mano incluso en momentos económicos difíciles como los actuales. Por este motivo, las grandes firmas instaladas en Extremadura y las pymes, si quieren ser realmente competitivas e innovadoras, tendrán que incorporar a su particular plan empresarial el concepto de Responsabilidad Social. “No es un problema de dimensión sino de práctica y mentalidad directiva”, ha apuntado el Director General. La futura Ley tendrá en cuenta precisamente la necesidad de este cambio e incluirá diferentes acciones formativas y divulgativas destinadas a los responsables de las empresas. Además, la Junta maneja la idea de poner en marcha un sello propio que identifique a las firmas socialmente responsables, ha explicado Fortuna.
Empresas familiarmente responsables
El seminario de verano incluyó la participación de destacados expertos en RSC y directivos empresariales de la región que están realizando proyectos en este nuevo marco profesional. La responsable de AENOR en Extremadura, Mónica Barroso, reconoce que la validación y la certificación de RSC ha pasado a ser un creciente y prometedor entorno de trabajo para AENOR. Barroso dibuja un mapa de la región en el que se puede apreciar el camino recorrido por las pequeñas empresas: “la mayor parte está optando por lograr el nivel más básico de las certificaciones en Responsabilidad Social”, la denominada Empresa Familiarmente Responsable, que refleja la preocupación por conciliar la vida familiar con la profesional. “Este primer escalón es como una manera de tomar contacto con la Responsabilidad Social” previa a la consecución de la Memoria de Sostenibilidad”. Ésta supone un compromiso más ambicioso de la firma con el ámbito económico, social y ambiental. Barroso afirma que todavía son muy pocas las empresas preocupadas por gestionar este certificado en el territorio extremeño.
A escala nacional el Gobierno de España planea el impulso de las alianzas público-privadas en Cooperación al Desarrollo y echa mano de las principales corporaciones ante las graves repercusiones que la crisis económica está teniendo en la positiva tendencia, hasta el momento, experimentada en términos de RSC.
El acto de inauguración del curso estuvo presidido por la vicerrectora de Calidad y Formación Continua de la UEx, María José Martín, y el vicepresidente de la Confederación Regional Empresarial Extremeña, José Manuel González.