Según los últimos datos de la Secretaría de Estado de la Energía, los hogares españoles consumieron aproximadamente en 2008 el 28 por ciento de la energía final en nuestro país, mientras el sector industrial se alimentó con cerca del 34 por ciento y el transporte empleó un 38 por ciento del total.
En tan solo veinte años el consumo energético se ha duplicado en España, con los consiguientes efectos negativos sobre el medio ambiente. Así, aunque durante 2008 disminuyó ligeramente la tasa de emisiones de CO² por vivienda, la contaminación total generada por el sector residencial ha vuelto a repuntar.
En concreto, cada hogar español fue responsable de emitir una media de 1,1 toneladas de CO² en 2008, sumando un total de 8.683 kilotoneladas (el 5,5 por ciento del total de CO² generado en nuestro país), un 1,6 por ciento más que el año anterior[1].
Como señala Alfonso Santos, director de Desarrollo de Negocio para Utilities & Smart Grid en Cisco, “la proliferación de nuevos equipos como PCs, portátiles, PDAs o teléfonos móviles, unido a los electrodomésticos tradicionales ysistemas de calefacción y aire acondicionado, son los grandes consumidores de energía en los hogares, contabilizando aproximadamente el 65 por ciento de la electricidad que gastamos en casa”.
“Además” -continúa Santos- “teniendo en cuenta que según la organización de consumidores FACUA el recibo de la luz se ha encarecido un 26 por ciento en apenas dos años y medio, es necesario tomar algunas medidas urgentes para optimizar el consumo energético en los hogares españoles”.
Recomendaciones
Tanto las instituciones españolas como la Unión Europea cuentan con diversos programas de orientación que promueven un consumo energético responsable en nuestras viviendas, recomendando medidas tan sencillas como contratar únicamente la potencia necesaria, reemplazar las bombillas incandescentes por las de bajo consumo, apagar las luces en las estancias desocupadas o regular el termostato del agua caliente.
La sustitución de electrodomésticos antiguos por otros de clase energética A o evitar en la medida de lo posible dejar los dispositivos electrónicos en modo de espera (apagando el clásico piloto rojo) constituyen otras medidas que pueden reducir significativamente el consumo energético.
Conocer para actuar
No obstante, a pesar del creciente precio de la electricidad los hogares europeos siguen derrochando un 16 por ciento de la energía, según cálculos de la Comisión Europea. Por esta razón, la Comisión ha puesto en marcha un plan de concienciación para reducir el consumo global un 20 por ciento hasta 2020. La reducción del consumo en los hogares permitiría evitar la emisión de 780 millones de toneladas anuales de CO² y ahorrar unos 100.000 millones de euros.
“Aunque estos planes son efectivos, se necesitan nuevas herramientas tecnológicas que nos ayuden verdaderamente a monitorizar y controlar el consumo”, destaca Santos. “Es decir, cada hogar debería saber lo que gasta con todo detalle, tanto en tiempo real para evitar picos de potencia innecesarios como a posteriori para cambiar los malos hábitos de una manera automatizada”.
Esto es posible a través de dispositivos como Cisco HEM (Home Energy Management), que permiten monitorizar y gestionar el consumo energético con gran facilidad apoyándose en las comunicaciones de Internet y las redes Smart Grid (redes eléctricas inteligentes).
Control táctil
La solución cuenta con una pantalla táctil LCD que se comunica en red con otros dispositivos inteligentes -como un contador, enchufes inteligentes, termostatos programables y neveras o calentadores- permitiendo optimizar la demanda de energía dentro del hogar.
“Se trata de una solución que, a diferencia de los tradicionales contadores de la luz, informan sobre el gasto realizado por dispositivos concretos, mostrando con sencillez la huella de carbono que generan los televisores siempre encendidos en el hogar o el lavavajillas a medio llenar”.
Al disponer de información detallada, los usuarios pueden establecer políticas y calendarios para el uso de la energía en función de los datos de consumo de cada dispositivo, que se reciben tanto en tiempo real como a posteriori.
En este sentido, IDC estima que cuando los usuarios obtienen información en tiempo real reducen su consumo energético total entre un 4 y un 15 por ciento, mientras la consultora Parks Associates prevé que habrá más de 50 millones de contadores inteligentes instalados en hogares de todo el mundo para 2014.
Además, los usuarios y las utilities podrán coordinarse en torno a innovadores servicios ajustados a cada demanda, mientras Cisco HEM ofrece un portal para consumidores que incluirá información acerca de los costes energéticos previstos y consejos para ahorrar.
Como sentencia Santos, “en Cisco nos hemos propuesto contribuir a optimizar el consumo energético a lo largo de toda la cadena de valor, contemplando desde la generación, transporte y distribución de la electricidad por parte de las compañías de utilities hasta las empresas y los consumidores finales. La clave está en emplear las redes de datos como plataforma inteligente, pues permite aprovechar mejor los recursos”.
Es imprescindible reducir el consumo energético en nuestro país. Sólo así podremos crecer de forma sostenible, cumplir con el Protocolo de Kioto[2] y minimizar nuestra dependencia energética del exterior, que en el caso de España representa el 80 por ciento frente al 50 por ciento de media del conjunto de la UE.
[1] Datos obtenidos del informe Perfil Ambiental de España 2009, publicado en junio de 2010 por el Ministerio de Medio Ambiente.
[2] El Protocolo de Kioto limita el crecimiento de emisiones de gases de efecto invernadero al 15% de los niveles de 1990 para 2012. Tras esa fecha se deberán reducir estas emisiones en un 20% hasta el año 2020.