Situada en el corazón de la Ribera del Duero, en Burgos, Bodegas Portia es el primer proyecto vitivinícola que el prestigioso arquitecto Sir Norman Foster diseña para el grupo bodeguero Faustino. La ingeniería Arup desarrolló el proyecto de estructuras, instalaciones y cerramientos exteriores para el arquitecto inglés.
La nueva instalación, que posee unos 12.500 metros cuadrados y una capacidad de producción de un millón de botellas al año, ha contado con los servicios de la ingeniería Arup en el diseño estructural, de instalaciones y de fachadas.
El diseño arquitectónico está pensado para promover las condiciones topográficas del paisaje natural circundante, con unos inviernos extremadamente fríos y unos veranos calurosos y con escasas precipitaciones. El esquema facilita el proceso de elaboración del vino, creando unas condiciones de trabajo óptimas y reduciendo las demandas energéticas del edificio y su impacto visual en el paisaje.
Para llevar a la práctica este propósito, el equipo de Foster optó por una distribución en forma de trébol que expresa las tres principales etapas de la producción: la fermentación en cubas de acero, el envejecimiento en barricas de roble y, finalmente, el envejecimiento en botella. Las dos alas que contienen las barricas y el botellero están parcialmente incrustadas en la tierra para producir las condiciones ambientales más favorables al envejecimiento del vino. Por su parte, el ala de fermentación está expuesta, permitiendo liberar el dióxido de carbono. La bodega está diseñada para beneficiarse de la pendiente del terreno. La uva se descarga con camiones que acceden por una rampa hasta la cubierta superior, desde donde se usa la gravedad para mover la uva dentro del edificio, maximizando la eficiencia y minimizando los daños sobre la pulpa.
La inclusión del edificio en el paisaje permite que su impacto visual sea mínimo. Entre otros beneficios ambientales se han incorporado células fotovoltaicas en la cubierta y se aprovecha la estructura de hormigón para que su inercia térmica ayude a controlar la temperatura interior, reduciendo la demanda energética.
Las fachadas exteriores están revestidas con grandes paneles de acero corten preoxidado que dan al edificio su color característico. El ala más próxima a la autopista Madrid – Burgos incorpora unos grandes volúmenes de acero inoxidable en forma de cubas de fermentación, que hacen referencia a la función del edificio.
Está previsto que el conjunto albergue un restaurante, que complementará el circuito de visitas a los viñedos y a la bodega.