La Subcomisión de análisis de la estrategia energética española para los próximos 25 años del Congreso de los Diputados ha hecho públicas sus conclusiones en un documento en el que, en primer lugar, se puede constatar que no responde al propio título de la subcomisión y que por tanto se ha perdido una oportunidad de pactar entre las fuerzas políticas un escenario energético futuro sostenible que sirva de referencia para todos los agentes del sector. La Fundación Renovables considera positivas las referencias a la necesaria “seguridad jurídica” tan cuestionada desde la propia Administración y celebra que se haya incluido, lo que ha sido nuestra primera propuesta como interlocutor en el debate energético: que los incentivos a las energías renovables sean soportados por todo el sector energético y no solo por el sector eléctrico.
Errores y carencias
La Fundación Renovables considera que el documento da la sensación de querer contentar a todo el mundo sin definir prioridades, con una fórmula de “café para todos”, que se traduce en un mix (que debemos deducir ya que se ha retirado el cuadro con los objetivos concretos para cada tecnología) inviable e insostenible económica y ambientalmente.
La Subcomisión no ha planteado una estrategia energética que dé respuestas a los retos a los que se enfrenta el sector respecto a la lucha contra el cambio climático, la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y sus efectos medioambientales, ni siquiera a lo que, en el caso de España, es prioritario: la reducción de la dependencia energética. No se considera, en efecto, la geopolítica del petróleo y del gas y de la necesaria reducción del CO2 que va a cambiar el panorama energético mundial antes de la mitad de esta década con costes e impactos muy elevados.
“El documento de conclusiones no fija objetivos de reducción de CO2 y plantea mantener las cosas tal y como están, es decir: más gas, más carbón, mantener la nuclear y rebajar los objetivos de renovables, el CO2 sigue sin existir y eso hace que sea un mix que se sigue basando en más combustibles fósiles y más emisiones, a contracorriente”, ha manifestado Javier García Breva, Presidente de la Fundación Renovables, quién ha añadido que “a 2035 no sólo es una barbaridad sino que el mix que se deduce del texto es un mix imposible y como documento de prospectiva no tiene ningún valor”.
También echa de menos la Fundación Renovables una mayor consideración de ciertas tecnologías renovables (infravaloradas en el PANER y ahora en las conclusiones de la Subcomisión) como la biomasa, la solar térmica de baja temperatura y otras en las que España tiene un gran potencial.
Aspectos positivos
Sin duda, la consideración de la conveniencia de que los incentivos a las renovables los soporte todo el sector energético hay que valorarlo como un gran éxito de la propuesta lanzada desde la Fundación Renovables para alcanzar la corresponsabilidad y equidad en la construcción de un modelo energético más sostenible pero no como un incremento de la fiscalidad aunque algunos medios hayan querido presentarlo así.
Asimismo es satisfactorio encontrar en el documento de conclusiones la petición de mayor claridad regulatoria y el respeto a la seguridad jurídica de los proyectos en marcha, lo que enmienda la actuación reciente del Ministerio de Industria que ha hecho todo lo contrario sumiendo al sector en una incertidumbre regulatoria que ha resultado nefasta para el mismo. Otros aspectos positivos pueden ser, por una parte, el hecho de que se reclame que el precio de la energía refleje su coste real –es imprescindible que se deje de hacer demagogia con la tarifa eléctrica, por ejemplo, y que se internalicen todos los costes- y, por otra, las referencias a la información y educación de los ciudadanos, propuestas ambas que coinciden con los objetivos de la Fundación.
La Fundación Renovables reclama
En conclusión para la Fundación Renovables este acuerdo suma más carencias y errores que aportaciones positivas por lo que teme que vaya a servir de muy poco y tiene el riesgo de convertirse en papel mojado. Para la Fundación Renovables se trata de otra oportunidad perdida de consensuar una nueva política energética por una enorme falta de visión política a largo plazo y carencia de estrategia energética y para que sea útil, lo que en principio era una iniciativa positiva, reclama:
a) Poner en marcha la propuesta de corresponsabilidad de todo el sector energético para soportar los incentivos a las tecnologías renovables que hoy solo pagan los consumidores eléctricos.
b) La Fundación Renovables insiste en que se debe ratificar el objetivo de consumo final de renovables de al menos el 22,7% para 2020 ya comunicado a Bruselas – y no el 20% al que se hace referencia en estas conclusiones- e incrementado con los objetivos que se deben de añadir teniendo en cuenta los mecanismos flexibles de la Directiva que permite acordar con otros estados miembros y terceros países proyectos de renovables que computen en el objetivo español. Dada la internacionalización de nuestro sector renovable es una oportunidad y una posibilidad real de incrementar nuestro objetivo.
c) La Fundación considera que cuando el documento habla de una nueva iniciativa legislativa es imprescindible que ésta pase por la urgente trasposición al ordenamiento jurídico nacional de la directiva de Renovables, cuyo plazo termina el 5 de diciembre próximo, y la de Eficiencia Energética en Edificios para que en 2011 haya un Plan nacional de edificios de consumo nulo y emisiones cero, con objetivos intermedios y obligatorios para 2015 y con una relación de medidas e instrumentos financieros y con un paquete de medidas fiscales que incentiven el ahorro de energía. En este sentido pedimos que se dé más relevancia e incentivos a la rehabilitación energética de edificios.