El año 2010 ha sido complicado para el sector eólico, lo que se ha reflejado en una ralentización de su ritmo de crecimiento. En total, se instalaron 1.515,95 MW en España, lo que supone un aumento de la potencia instalada del 8% respecto al año anterior, el crecimiento más lento desde 2003 en términos absolutos. La potencia instalada a 31 de diciembre en España se situaba en 20.676,04 MW, ligeramente por encima del objetivo fijado en el Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010, de 20.155 MW.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE), que hace un seguimiento de todas las empresas del sector en España y utiliza el criterio de acta de puesta en servicio definitiva para calcular la potencia instalada, ya advirtió que en 2010 se produciría esta situación por el impacto de la entrada en vigor del Registro de Preasignación a mediados de 2009. A esta norma, se ha sumado la incertidumbre por la falta de un marco regulatorio que establezca las reglas del juego a partir de 2013 y la crisis económica, lo que ha tenido como consecuencia la suspensión de pedidos y la pérdida de empleo, fundamentalmente en el sector industrial.
Para 2011 y 2012, quedan pendientes de puesta en marcha inscritos en el Registro de Preasignación menos de 3.000 MW. A partir de entonces, no se conoce ni la retribución que percibirán las instalaciones, ni el sistema que se utilizará, lo que frena que comience la instalación de parques eólicos de cara al futuro. Esto es importante, ya que España deberá cumplir, como todos los países de la Unión Europea, el objetivo de que el 20% del consumo final de energía proceda de fuentes renovables en 2020, para lo que la eólica será fundamental. Según las previsiones enviadas por el Gobierno a Bruselas en su Plan de Acción de Energías Renovables (PANER), se espera que en 2020 haya 35.000 MW de eólica terrestre y 3.000 MW de eólica marina en España. Para cumplir estos objetivos, será necesario que se clarifique el marco regulatorio futuro del sector sin más dilación.
En 2010, Castilla y León fue, por segundo año consecutivo, la Comunidad Autónoma que más energía eólica instaló, con 917 MW, el 60,4% de toda la nueva potencia instalada en España. Le siguieron Cataluña, con 326,87 MW nuevos, y Andalucía, con 139,41 MW. De este modo, Castilla y León, continúa a la cabeza del ránking de potencia instalada por Comunidades Autónomas, seguida por Castilla-La Mancha (que instaló 6 MW en 2010) y Galicia (54,80 MW).
Numerosas comunidades (Andalucía, Aragón, Canarias, Cantabria, Cataluña, Extremadura y Galicia) realizaron concursos eólicos en 2010 y adjudicaron potencia eólica por encima de 7.000 MW. Sin embargo, en ausencia del nuevo marco regulatorio, no se sabe ni cómo ni cuándo podrá instalarse esta potencia.
En lo que se refiere a las empresas promotoras, Iberdrola Renovables continúa liderando el ránking español, con un total de 5.168,50 MW. En 2010, fue la compañía que más instaló, al sumar 289,22 MW. También instalaron más de 200 MW en el año EDPR (249,78 MW) y Govade (232,52 MW). En el ránking de potencia instalada, Acciona continúa en segundo lugar, con 4.036,82 MW, seguida por EDPR, con 1.862,92 MW.
El criterio utilizado por AEE para calcular la potencia instalada es el Acta de Puesta en Servicio de los parques, que no siempre coincide con los datos publicados por los promotores. La cifra total por promotor está ligada a la potencia atribuible en función de su porcentaje de participación en los parques eólicos.
Entre los fabricantes, los aerogeneradores de Gamesa sumaron 760,7 MW en 2010. La empresa mantiene el primer puesto de la clasificación, con un total de 11.108,07 MW. Vestas, con nueva potencia instalada por valor de 500,4 MW y un total de 3.528,72 MW, permanece en segundo lugar. Alstom Wind pasa a ocupar el tercer puesto, con 1.559,85 MW, tras instalar 141,78 MW en 2010.
En 2010, la energía eólica cubrió el 16,6% de la demanda eléctrica en España (según datos de Red Eléctrica de España) y se consolidó como la tercera tecnología que más aporta al sistema, tras la nuclear y los ciclos combinados. Gracias a la eólica, que con su capacidad instalada actual podría cubrir las necesidades de electricidad de dos tercios de los hogares españoles, el sector eléctrico redujo en 2010 sus emisiones de CO2 un 26% respecto al año anterior.