El Observatorio anual de la electricidad de WWF constata una reducción de las emisiones de CO2 del 28,7% en 2010 respecto al año anterior. Esta buena noticia se debe al importante incremento de las energías renovables, que han llegado a representar el 46,2% de la electricidad producida, siendo las protagonistas la eólica y la hidráulica.
Esta mejora de la calidad de la electricidad (pasando de calificación C a una B) es fruto de la mayor y mejor integración de las energías renovables en la red. Esto se debe a las fuertes lluvias y al exceso de viento de 2010, que han incrementado de forma considerable la hidráulica, la eólica, así como el resto de las energías renovables.
En cambio, ha aumentado durante varios meses de 2010 la contribución del contaminante carbón autóctono al resto de fuentes generadoras de electricidad. Como consecuencia, se ha producido una punta peligrosa de emisiones de CO2 por esta fuente de combustibles fósiles, desde abril a septiembre de 2010. No obstante, WWF subraya que en el conjunto del año ha habido una disminución general respecto a 2009.
También se ha incrementado la producción nuclear, con el consiguiente aumento de la cantidad de residuos radiactivos de alta, baja y media actividad, disminuyendo la calidad ambiental a la calificación D, respecto a 2009 (calidad C). WWF recuerda que la solución al tratamiento de los residuos nucleares de alta actividad sigue todavía sin resolver.
Asimismo, aunque la demanda en 2010 ha aumentado en un 2,54% respecto al año anterior, ha sido cubierta en su mayor parte por renovables, notándose un descenso importante de la contribución de los ciclos combinados de gas, que en 2010 han reducido sus horas de funcionamiento, a consecuencia de la disminución del consumo industrial. Mientras que en 2009 los ciclos combinados aportaron el 29,0% al mix eléctrico, en 2010 han aportado solo el 23,2%.