La Asociación Española para la Calidad Acústica (Aecor) valora el conjunto de la nueva Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica, aprobada este 25 de febrero de forma positiva, ya que promueve una mayor calidad acústica y regula aspectos no recogidos en la ordenanza anterior. Estos aspectos suponen la adaptación a la legislación nacional, compuesta por la Ley 37/2003 del ruido y sus desarrollos reglamentarios, lo cual evitará conflictos de interpretación al unificarse los criterios para evaluar el ruido, que muchas veces determina la viabilidad o no de una actividad.
El gerente de Aecor, Juan Frías, afirma que la ordenanza “fija medidas encaminadas al cumplimiento de los objetivos de calidad acústica que se establezcan por la normativa de ruido”. La asociación ve en la nueva normativa medidas encaminadas a gestionar la contaminación acústica de manera más eficaz, favoreciendo una ciudad más habitable y beneficiando el descanso y bienestar de sus ciudadanos. A este respecto, “la ciudad de Madrid fue de las primeras en tener un mapa de ruido para conocer y diagnosticar su presencia en la ciudad y en enviar los planes de acción al Ministerio de Medio Ambiente, por lo que sabemos que existe esa sensibilidad en el Ayuntamiento”, añade Frías.
La ordenanza contempla la declaración de Zonas de Protección Acústica Especial, como el entorno de asilos o centros sanitarios, y Zonas Acústicamente Saturadas por Ocio y establece un catálogo de medidas concretas a aplicar, como limitaciones a la implantación de nuevos establecimientos de ocio nocturno o mayor insonorización de locales. Con ello, Aecor espera que se especifique un procedimiento claro para la declaración de las Zonas Acústicamente Saturadas, que evite que estas situaciones ya de por sí conflictivas, lo sean más de lo necesario.
Aecor espera que el Ayuntamiento siga escuchando a los profesionales de la acústica como viene realizando y pueda abordar aspectos que no han quedado definidos de la manera más satisfactoria o detallada, tales como la sanción mediante medios no técnicos de las fiestas en domicilios particulares o a las concentraciones de personas en la vía pública, que en opinión de Aecor responderían mejor a una ordenanza de convivencia ciudadana.
Debido a que las deficiencias acústicas son la primera causa de reclamación de los compradores de nuevas viviendas, la asociación también considera que debería apostarse por un mayor control de las condiciones acústicas en nuevos edificios, de acuerdo al Documento Básico de Protección frente al ruido (DB-HR) de Código Técnico de la Edificación, mediante mediciones acústicas ya que sería la única manera de verificar su efectivo cumplimiento como ya han implantado otras administraciones como la de Castilla y León.
Asimismo, debido a la complejidad de los estudios y ensayos acústicos que pueden llegar a determinar si una actividad o instalación cumple o no con la normativa de ruido, autorizándose o no su funcionamiento, sería necesario especificar una cualificación mínima para los laboratorios encargados de realizar dichos ensayos, garantizando su corrección técnica.